'El innombrable” (AMLO) también pide se defienda el TLCAN, presume Salinas

jueves, 23 de noviembre de 2017 · 22:29
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El refrán popular de “genio y figura, hasta la sepultura”, aplica a la perfección para Carlos Salinas de Gortari, presidente de México del 1 de diciembre de 1988 al 30 de noviembre de 1994. Esta mañana presentó su libro “Aliados y adversarios. TLCAN 1988-2017” en la sede del Colegio Nacional de Ingenieros Civiles de México, en Bosques del Pedregal, muy cerca de la que ha sido su residencia en la capital del país, sobre la avenida Camino a Santa Teresa. En su turno al micrófono, después de Herminio Blanco, uno de los principales negociadores del Tratado de Libre Comercio original con Estados Unidos y Canadá, en los primeros años de los noventa –y quien luego sería secretario de Comercio y Fomento Industrial en la administración de Ernesto Zedillo (1994-2000)–, Salinas se remontó más de 20 años atrás para insistir en su tradicional pero elíptico mensaje: “Después de mí, la tempestad. Yo todo lo hice bien.” Y volvió mostrar esa animadversión, ya enfermiza, contra su sucesor Ernesto Zedillo, a quien ha culpado de la gran crisis devaluatoria de 1995 que provocó el mayor desplome de la economía nacional en la historia reciente del país. Nunca le ha perdonado a Zedillo Ponce de León que haya metido a la cárcel a su hermano Raúl –el “hermano incómodo”– por el delito de enriquecimiento ilícito y de ser el presunto autor intelectual del asesinato del cuñado de ambos, en 1994, el entonces secretario general del PRI, Francisco Ruiz Massieu –esposo de la hermana Adriana de aquéllos y padre de la excanciller Claudia Ruiz Massieu Salinas. Si en el periodo del TLC la economía no creció como se había estimado, al 5% anual –dijo–, y no se crearon los empleos bien remunerados que se preveían… no fue culpa del tratado, sino de la gran crisis de 1995, el “error de diciembre” que Salinas siempre ha achacado a Zedillo. “Si no hubiera ocurrido esa crisis –aseguró–, México habría crecido entre 5 y 6% desde 1995, cuando menos, si no es que al 8 o al 9%”. Ante un público más bien reducido, no más de 50 invitados, y una treintena de periodistas –entre ellos su actual esposa Ana Paula Gerard y sus hijos Carlos Emiliano y Cecilia; Jaime Zabludovsky, también del equipo negociador original, y Justo Ceja, quien fue su secretario privado en la Presidencia. Nadie de su gabinete–, Salinas contó la historia del TLC desde su perspectiva muy personal, de los cuatro años de “intensas y complejas” negociaciones. Luego comparó con las negociaciones que hoy se están realizando para la “muy necesaria e ineludible” modernización del TLCAN. Dijo: “Hoy tenemos una nueva realidad. La realidad del acoso, ante un evento inesperado, y que ha resultado adverso. Arranca con la elección del presidente Trump en Estados Unidos, donde hay una élite que está buscando enfrentarse a una realidad que los va derrotando, una realidad demográfica, que está convirtiendo en una minoría a la población de origen euroamericano, que está siendo avasallada por la población de origen hispano y asiático”. Las negociaciones del TLC original, dijo, fuero tensas y complicadas, pero respetuosas. “Hoy vemos decisiones a partir de arranques personales, una actitud antiglobalización, que en realidad es darle vuelta al reloj 200 años para regresar a una pretendida autarquía”. Igual aseguró que el TLCAN “cambió la manera del entendimiento político entre México y su complicadísimo vecino al norte. Modificó más de un siglo de historia, de retórica y de percepciones. Permitió el cambio en la relación con Estados Unidos, en el cual ya no somos ni vemos a México como un problema sino como parte de la solución”. Salinas también criticó que las autoridades estadunidenses hayan vuelto a los estereotipos añejos con los que se estigmatizaba a los mexicanos. “Utilizan un lenguaje inaceptable sobre los mexicanos. El intento de construir un muro… es inviable…” Y en su típico estilo de responsabilizar a otros por palabras que no se atreve a hacer propias, dijo que “los propios compatriotas de Trump lo han señalado como misógino, corrupto y vengativo. Bravucón incompetente para ejercer la presidencia, lo calificó uno de sus contrincantes en la campaña.”. Agregó que “esa es y así es nuestra contraparte en las actuales negociaciones. Y eso exige un talento extraordinario y un profundo nacionalismo para enfrentar la adversidad que hoy tenemos”. Pero no se atrevió a decir si las autoridades mexicanas tienen o no estas prendas. Hechura suya, dijo que el TLC ha dado resultados “extraordinarios”. Entre ellos: México exporta cada día más de mil 500 millones de dólares; en sus 24 años, ha llegado al país inversión extranjera adicional, acumulada, por más de 300 mil millones de dólares. También, que los empleos relacionados con la industria exportadora reciben salarios que son 40% superiores a los del resto de la economía. Y 90% de los trabajadores de esas empresas están sindicalizados. Para hacer ver que el TLC ha sido un éxito y un instrumento valioso para el país, contó que en su libro narra que, hace dos meses, “el dirigente del PRD me dijo: ‘Nos equivocamos al oponernos al tratado de libre comercio en sus inicios; hoy es momento de defenderlo’. Otra, hace dos semanas otra persona –no voy a decir quién, porque es innombrable– dijo que al TLC hay que defenderlo”, en obvia alusión a Andrés Manuel López Obrador, el presidente nacional de Morena. Hábil como siempre con el micrófono y en el manejo de los públicos, Salinas de Gortari recurrió, como en sus mejores tiempos en la Presidencia, a cuanta figura retórica pudo para descalificar a los críticos del Tratado de Libre Comercio y, particularmente, ensañarse con su némesis Ernesto Zedillo.

Salinas en la presentación de su nuevo libro sobre el TLCAN. #Foto: @lafotomiranda #Procesofoto #instagram

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Las críticas al TLC, dijo, son “estereotipos que la mala historia ha querido adjudicar al tratado”. Por ejemplo, “dicen: ¿Cómo es posible que hoy tengamos estos niveles de pobreza después de un cuarto de siglo del TLC? Se les olvida que, durante el arranque del tratado, entre 1988 y 1994, la pobreza en México disminuyó, de acuerdo con el Banco Mundial, en 2 millones de mexicanos. Se les olvida el periodo 95-96 en el que la mayúscula crisis económica llevó a más de 10 millones de mexicanos a la pobreza y revirtió los avances que se habían logrado. “Si no hubiera ocurrido esa crisis, habríamos logrado una dramática disminución de la pobreza, no sólo por el tratado sino por las políticas complementarias que se requerían”. Otro estereotipo, según Salinas. Que el TLC afectó sensiblemente al campo mexicano. “La verdad es que desde la introducción del TLC ha crecido notablemente la producción agropecuaria en México. Que hay una circunstancia de pobreza en una gran cantidad de campesinos, es cierto, pero no es producto de que el TLC haya depauperado al campo mexicano, sino de malas o insuficientes políticas durante 25 años para atender a las zonas rurales”. O sea, como lo decía durante su administración y ya como expresidente, él hizo bien las cosas; los que le siguieron, no. Otro estereotipo de la “mala historia”, según él, es el de que la migración explotó a raíz de la introducción del TLC, del campo a las ciudades y de México a Estados Unidos. “Sí, la migración explotó a partir de 1996 y 1997, como lo documenta el FMI. En los siguientes 10 años salieron 5 millones de compatriotas hacia Estados Unidos. Es una de las mayores migraciones del mundo en tiempos de paz. ¿Producto del tratado? No, producto de la crisis de 1995-1996”. Otra vez, el culpable es Zedillo. También se critica, dijo el expresidente, qué cómo es posible que teniendo el tratado sólo hayamos tenido un crecimiento económico de 2%. “Veamos las cifras. Al arranque del tratado México ya estaba creciendo al 5% anual en 1994. Los siguientes cinco años Estados Unidos tuvo el periodo de expansión económica más largo de su historia. Entre 1995 y 2000 ese país no tuvo un solo ciclo económico de caída, sino pura expansión. Si no hubiera habido la crisis de 95-96, la economía hubiera crecido cuando menos a 5 o 6%, si no es que a 8 o 9%”. Siempre Zedillo, pues. Esta vez, Salinas no fue el ave de tempestades de otras ocasiones. No quiso agitar el avispero político. A su salida del salón donde presentó el libro, lo abordó el nutrido grupo de reporteros, camarógrafos y fotógrafos de prensa, para “sacarle” algo; había avidez por la “nota” política. “¿Cómo ve a José Antonio Meade como candidato? ¿Cómo ve a los aspirantes priistas? ¿Quién es su gallo para el 18?”. Y cosas por el estilo preguntaron a gritos a Carlos Salinas, mientras él se abría paso, entre empujones de reporteros y escoltas. Pero Salinas de Gortari no cedió. “Hoy sólo hablo del Tratado. Hoy sólo hablo del Tratado”…

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