CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El gobierno mexicano no condenó la decisión de Donald Trump de instalar en Jerusalén la embajada de Estados Unidos en Israel pero informó, en un boletín de tono cuidadoso, que “mantendrá su embajada en Tel Aviv, como es el caso ahora de todos los países que mantienen relaciones diplomáticas con Israel”. “México continuará manteniendo una relación bilateral estrecha y amistosa con el Estado de Israel, como se evidenció en la reciente visita del Primer Ministro Benjamin Netanyahu a nuestro país, y seguirá también apoyando las reivindicaciones históricas del pueblo palestino”, planteó el gobierno a través de la Cancillería. Palestinos, diplomacias de diversos países occidentales y de algunos países de la región, así como Antonio Guterres, el secretario general de la ONU, condenaron la decisión de Trump, que podría enterrar la solución de dos Estados para resolver el conflicto entre Israel y Palestina, y acabar con el precario proceso de paz. Desde la aprobación del plan de escisión de Palestina, adoptado por la ONU en 1947, Jerusalén se convirtió en un punto de crispación entre palestinos e israelíes, pues ambos gobiernos la reivindican como capital. Cuando Israel declaró a Jerusalén capital “una e indivisible” de su Estado, en agosto de 1980, el Consejo de Seguridad de la ONU urgió todos los países a retirar sus embajadas de la ciudad. Hasta hoy, los 86 países que mantienen relaciones diplomáticas con Israel tenían su embajada en Tel Aviv.