Dedican festividades a víctimas del terremoto de septiembre en Chiapas

lunes, 15 de enero de 2018 · 20:28
CHIAPA DE CORZO, Chis (apro).- Grupos de danzantes dedicaron a las víctimas del terremoto del 7 de septiembre sus festividades de este año para celebrar así al santo patrono de este ciudad fundada en la Colonia, justo en el siglo XVI. En el arranque este lunes de la fiesta grande de la localidad, la del Cristo del Señor de Esquipulas, el maestro jubilado Rubisel Gómez pidió al gobierno estatal y federal agilizar la reconstrucción de los templos y monumentos a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Como cada mes de enero, las chiapanecas los parachicos iniciaron este día las festividades en honor a San Sebastián Mártir, por lo que antes de iniciar el recorrido, Gómez Nigenda dijo que en esta ocasión la celebración estaría dedicada a todas aquellas personas que fallecieron durante el sismo y todas aquellas familias que perdieron sus casas. También lamentó la negligencia del gobierno para responder ante la necesidad del pueblo damnificado y urgió que se atienda el reclamo de quienes aún no tienen un lugar seguro, digno y firme dónde vivir. El sismo dejó 16 muertos y cerca de 58 mil 365 familias damnificadas, es decir, unas 242 mil 997 afectados. Igual se estima que unas 41 mil casas sufrieron daños parciales y otras 16 mil 796 registraron daños totales. Las festividades de los parachicos fueron declaradas en el 2010 por la UNESCO como un Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La música, la danza, la artesanía, la gastronomía, las ceremonias religiosas y las diversiones forman parte de esta festividad en honor del Señor de Esquipulas y de dos santos del catolicismo, San Antonio Abad y San Sebastián, siendo especialmente honrado este último. Las danzas de los parachicos –término con el que se designa a la vez a los bailarines y al tipo de baile que ejecutan– se consideran una ofrenda colectiva a los santos venerados. Los bailarines recorren toda la localidad llevando las imágenes santas y visitando diversos lugares de culto, y sus danzas comienzan por la mañana y finalizan de noche. Con máscaras de madera esculpidas, tocados con monteras y vestidos con sarapes, chales bordados y cintas de colores, los bailarines van haciendo sonar unas sonajas de hojalata llamadas “chinchines”. Durante la Fiesta Grande, la danza de los parachicos invade todos los ámbitos de la vida local, propiciando el respeto mutuo entre las comunidades, los grupos y las personas, describe la UNESCO en su sitio oficial.

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