El heroico desafío de Kaepernick a la NFL

domingo, 21 de enero de 2018 · 09:21
El quarterback negro Colin Kaepernick se enfrenta a un gigante de 32 cabezas. En octubre interpuso una demanda contra los dueños de los equipos de futbol americano profesional de Estados Unidos, acusándolos de conspirar para que nadie lo contrate en la NFL –una especie del “pacto de caballeros” tan conocido en el futbol mexicano– en represalia por su activismo contra la brutalidad policiaca que se ensaña con la comunidad negra. Su activismo antirracista ha sido tan fuerte, que investigadores y medios locales lo comparan con el de Martin Luther King y el de Ella Baker. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La portada más reciente de la revista The New Yorker presenta una ilustración de Martin Luther King arrodillado junto al quarterback Colin Kaepernick y al ala defensiva de los Halcones Marinos de Seattle Michael Bennett. Es obra del artista Mark Ulriksen, quien quiso celebrar que los jugadores han politizado el deporte. “¿Cómo se sentirían si tuvieran que presentarse en el trabajo todos los días y saludar a un país que trata a las personas negras como ciudadanos de segunda clase? Estoy seguro que si King estuviera hoy, estaría decepcionado por el lento ritmo del progreso: dos pasos adelante, 20 pasos atrás. O 10 yardas atrás, como puede ser la metáfora”, explicó el autor de la ilustración titulada En la batalla creativa. La portada es un homenaje al movimiento por la defensa de los derechos civiles que en la pretemporada de 2016 comenzó Kaepernick, cuando aún era jugador de los 49ers de San Francisco. Las dos primeras veces que protestó, aunque no estaba uniformado, permaneció sentado en la banca mientras se entonaba el himno de Estados Unidos. Su activismo cobró notoriedad en el tercer juego de la pretemporada cuando el quarterback, con el número 7 en la espalda, se sentó en medio de dos barriles, que contenían la bebida con la que se hidratan los jugadores, para protestar contra el racismo y la brutalidad policiaca a nombre de todas las personas negras que mueren a manos de quienes, se supone, están para protegerlos. En el último juego de pretemporada, el 1 de septiembre de 2016, Kaepernick optó por arrodillarse durante el himno. Después de haber hablado con el exjugador de la NFL y veterano militar Nate Boyer, quiso mostrar respeto por los soldados sin dejar de lado su protesta. “No me voy a levantar para mostrar orgullo por la bandera de un país que oprime a los negros. Para mí, esto es más grande que el futbol y sería egoísta de mi parte mirar hacia otro lado. Hay cadáveres en la calle y las personas a las que se les paga (policías) se van y se salen con la suya”, dijo. Se arrodilló durante todos los partidos de la temporada 2016 de la NFL. Desde marzo de 2017, Kaepernick se convirtió en agente libre. La información oficial indica que hizo válida una opción de su contrato para no continuar con los 49ers. En la reciente temporada no jugó porque ningún equipo le ofreció un contrato, lo cual generó señalamientos de los propios jugadores que indicaban que era un castigo a su activismo. Entre julio y agosto trascendió que los Cuervos de Baltimore estaban interesados en contratar a Kaepernick. Nada se concretó. De acuerdo con Ray Lewis, exjugador de ese equipo, el propietario Steve Bisciotti intervino para evitarlo. Estrellas como Tom Brady (Nueva Inglaterra) y Alex Smith (Kansas City) cuestionaron la ausencia de Kaepernick, un mariscal de campo que, si bien había bajado su rendimiento deportivo, era una opción más viable que jugadores que, incluso, regresaron del retiro, como Jay Cutler, quien firmó con Miami, y fueron contratados. Parte de la prensa estadunidense publicó rumores sobre el bloqueo a Kaepernick, otro sector sostuvo que nada tenían que ver las acciones políticas del jugador. Berrinche de Trump Indignado porque en los partidos de la NFL se generalizaban las protestas a pesar de la ausencia de Kaepernick, el presidente Donald Trump exigió a la NFL que despidiera a “esos hijos de puta” que le faltan al respeto a la bandera y al himno al arrodillarse. A partir de la tercera semana de la temporada regular, cada vez más jugadores en la NFL, negros y blancos, y de otros deportes siguieron el ejemplo de Kaepernick. Los que no se arrodillaban, no salían del vestidor durante la ceremonia del himno. Así ocurrió jornada tras jornada. Las protestas fueron bien recibidas, sobre todo por los aficionados de raza negra, mientras que los anglosajones arremetieron contra todos aquellos a los que consideraban irrespetuosos. Federico Samaniego, ingeniero graduado de la Universidad Autónoma Metropolitana que vivió 10 años en Washington para estudiar el fenómeno del racismo en Estados Unidos, explica que la protesta de Kaepernick es tan importante como las que encabezaron Muhammad Alí e, incluso, el propio Martin Luther King, para visibilizar el racismo que todos los días viven los negros en ese país. Samaniego plantea que el origen del problema radica en que los estadunidenses blancos no quieren ni siquiera discutir acerca de la segregación prevaleciente; tampoco desean voltear al pasado para tratar de negar que la esclavitud existió. Sin embargo, es un tema que aparece cíclicamente. “Kaepernick no divide a la sociedad norteamericana, está expresando que esa sociedad ya está dividida, que es una sociedad segregada donde los policías matan a cientos de jóvenes negros, una sociedad en cuyas cárceles hay cuatro millones de negros y no reconoce el maltrato histórico a los negros”, explica. –¿La protesta de Kaepernick es estéril? ¿Logrará un cambio? –Ya logró lo que se propuso. No ha querido ser protagonista, no da conferencias ni aparece en todos lados. Ya hizo visible el problema del racismo que irrita muchísimo a los blancos. ¿Por qué los dueños de los equipos de la NFL no corren a los negros, a pesar de que ellos mismos son racistas y ni porque se los pidió Trump? Porque se pelearían con su propio dinero. Es el mismo problema que ocurría durante la esclavitud. “Ahora dicen: ‘Les pagamos lo que pidan’. La metáfora de los jugadores negros, contratados como deportistas, con la esclavitud es simétrica. Distrae el hecho de que reciben millones de dólares, pero los negros deportistas son poseídos por sus dueños, la voluntad del jugador está sujeta a un contrato, no es la voluntad de un individuo libre; son los esclavos modernos. “Habrá quien diga que quiere ser un esclavo que cobra millones de dólares. Compensa algo, pero no todo. Pueden tener dinero y fama, pero no les quita la condición de esclavos por el color de piel y por su condición real en la sociedad. “El movimiento de Kaepernick ha sido muy importante porque los han volteado a ver. Los negros siempre quieren estar hablando del problema porque es lo que los sitúa en la sociedad. Ha sido un sector sistemáticamente excluido, que ha padecido el racismo. Nosotros no lo entendemos porque tendríamos que tener la piel de ese color y ver qué se siente. Eso sólo se experimenta desde el otro lado, cuando todos los días importa tu color”. Pleito legal El pasado octubre, con la asesoría del abogado criminalista Mark Geragos, Kaepernick presentó una queja por colusión contra los dueños de los equipos de la NFL y la propia liga, alegando que se pusieron de acuerdo para mantenerlo alejado del futbol debido a sus protestas. Los casos de colusión en la NFL se presentan ante un árbitro independiente: Stephen B. Burbank, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Pensilvania, quien ha ocupado ese puesto durante años. Kaepernick y su abogado deberán ­reunir pruebas, como correos electrónicos y llamadas telefónicas, mensajes escritos o declaraciones de testigos en las que propietarios o funcionarios de diferentes equipos o de la NFL acordaron no firmarlo y lo privaron del derecho de contratarse. El abogado Michael McCann, analista para la revista Sports Illustrated, publicó en noviembre que el hecho de que cada equipo individualmente haya decidido no firmarlo por razones políticas, ideológicas o personales, más que por motivos deportivos, no constituye colusión. “Si bien puede objetar que los equipos participen en un comportamiento en el que, a pesar de estar desesperadamente necesitados de un buen quarterback, decidieron individualmente no contratar a Kaepernick y en su lugar contrataron quarterbacks sin experiencia y con menos talento, no hay colusión. La colusión requiere varios equipos, o al menos un equipo, y la liga”, dice. Entonces, Kaepernick debe persuadir a Burbank de que los equipos realmente conspiraron entre sí (o la NFL) para no contratarlo. Según Geragos es una evidencia que deliberadamente está pasando por alto a su cliente. Matt Mitten, director ejecutivo del Instituto Nacional de Derecho Deportivo de la Facultad de Derecho de la Universidad de Marquette, le dijo a The New York Times que demostrar la colusión será difícil, porque los equipos tienen muchas razones para contratar a un quarterback por encima de otro, incluyendo edad, salario, temperamento, cómo encaja en un sistema ofensivo y otros jugadores disponibles. Geragos presentó una lista de las personas que quiere que se presenten a rendir testimonio, entre ellos el comisionado de la NFL, Roger Goodell, y varios dueños que han expresado su oposición a las protestas de los jugadores, incluidos Jerry Jones, propietario de los Vaqueros de Dallas; Robert Kraft, de los Patriotas de Nueva Inglaterra; y Bob McNair, de los Texanos de Houston. Del caso bajo investigación poco se sabe. Ya está en la fase de recopilación de pruebas, pero no hay fecha para anunciar la decisión final. Si Kaepernick gana, según el contrato de trabajo, recibiría el doble de lo que podría haber percibido si jugara. En 2016, el jugador obtuvo alrededor de 12 millones de dólares más bonos. “La NFL y sus dueños se han confabulado para privar al señor Kaepernick de los derechos laborales, en represalia por el liderazgo y la defensa por la igualdad, y la justicia social y su conocimiento de instituciones peculiares que aún socavan la igualdad racial en Estados Unidos. Proteger a todos los atletas de tal conducta colusoria es lo que obligó al señor Kaepernick a presentar su queja”, declaró Geragos. The New York Times también publicó que las partes podrían llegar a un acuerdo, lo cual no significa que Kaepernick sería contratado. “La NFL podría negociar, por ejemplo, para evitar la comparecencia de sus altos ejecutivos o cualquier publicidad negativa derivada del caso. A cambio de que abandone el caso, podrían ofrecerle a Kaepernick un acuerdo financiero, sin admitir haber cometido ningún delito. La liga no puede obligar a un equipo a firmar a Kaepernick.” Discriminado desde pequeño Kaepernick llegó a la NFL en 2011, firmado por los 49ers de San Francisco. En seis temporadas sumó 12 mil 271 yardas con 72 anotaciones y 30 intercepciones. En 2013, gracias a su talento, condujo al equipo al Super Bowl por primera vez en 17 años, aunque perdió 34-31 ante los Cuervos de Baltimore. Si bien tuvo campañas irregulares y en 2016 perdió la titularidad, es un quarterback que podría ser el suplente en cualquiera de las 32 franquicias de la NFL. Es hijo adoptivo de Teresa y Rick Kaepernick, un matrimonio blanco que tras haber perdido un par de bebés, a consecuencia de un mal congénito, decidieron buscar otra opción. Es hijo biológico de un hombre negro y una mujer blanca que dio a luz a un niño trigueño, que fue discriminado por tener la piel café, en Wisconsin, donde no había mestizos. Con el tiempo su familia adoptiva se mudó a California. Kaepernick creció jugando basquetbol, beisbol y futbol americano. Desde pequeño mostró gran habilidad para los deportes y se convirtió en un devoto metodista. Cuando cursaba cuarto de primaria escribió una carta para sí mismo donde expuso su deseo de asistir a una buena universidad y jugar en la NFL. “Espero ir a una buena universidad de futbol americano y posteriormente jugar con los Niners o con los Packers, incluso sin importar que estos equipos no sean muy buenos dentro de siete años”. Catorce años después de haberlo escrito, fue llamado por San Francisco en la selección 36 de la segunda ronda. En la Universidad de Nevada se graduó en administración de empresas. Uno de sus maestros, el doctor Reginald Stewart, contó al diario USA Today que Kaepernick era muy inteligente, “un pensador muy profundo” que acostumbraba lecturas sobre el movimiento por los derechos civiles y la teoría poscolonial. Leyó la autobiografía de Malcolm X y Los condenados de la tierra, de Frantz Fanon. “No es como si encendiera el televisor y dijera: ‘Wow, ¿de dónde vino esto?’. Ha estado pensando sobre estos temas desde que lo conozco. En algún momento tomó la decisión de que esto era lo suficientemente importante como para que actuara”, detalló el académico. Kaepernick también asistió a clases en la Universidad de California en Berkeley, cuna de movimientos sociales, donde conoció a Ameer Hasan Loggins, quien obtuvo un doctorado en estudios de la diáspora africana. En el medio digital de deportes The Athletic, Loggins escribió un texto en agosto del año pasado donde comparó a Kaepernick con Ella Baker, la activista por los derechos civiles que murió en 1986. “Conocí a Kaepernick antes de que se convirtiera en un icono cultural y un pararrayos de la esperanza y el odio. La gente que rastrea nuestra conexión en Berkeley asume que se politizó en mi clase. Pero Colin era consciente, estaba enfocado, leía y estaba ansioso por aprender. “Ella Baker empujó a la gente a politizarse y movilizó a la gente a través del liderazgo centrado en el grupo. Aquí estoy, tomando las señales de liderazgo de Ella Baker, y lo siguiente que sé es que estoy en el círculo interno de una estrella de la NFL apasionada, inteligente y consciente, con un corazón tremendo y una justa indignación por el trato a los oprimidos.” El año pasado Kaepernick recibió el Premio Sports Illustrated Muhammad Ali Legacy, galardón otorgado a atletas que utilizan el deporte “como plataforma para cambiar el mundo”. También fue nombrado “Ciudadano del Año” por la revista GQ. Este reportaje se publicó el 14 de enero de 2018 en la edición 2150 de la revista Proceso.

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