COATEPEC, Ver. (apro).- María Georgina Domínguez Colio, imputada desde hace ocho meses por tráfico de influencias, incumplimiento de un deber legal y coalición, presentó una recusación ante el Consejo de la Judicatura para pedir que la juez de Control Verónica Portillo Suazo se aparte del caso. Según su abogado, Rafael García, la juez ha dado muestras de “animadversión” y “parcialidad” en contra de su cliente. Domínguez Colio, bautizada en el sexenio de Javier Duarte como “La Vicegobernadora” y conocida por solicitar despidos de periodistas, intimidar a reporteros críticos al gobierno y humillar a secretarios del gobierno duartista, presentó este miércoles un oficio para solicitar la “suspensión” de su audiencia intermedia en tanto el Consejo de la Judicatura no “califique” si su recusación es procedente o desechada. Y es que, según Domínguez, se han vulnerado sus derechos humanos y garantías constitucionales, incluso –detalla el oficio– el impedimento de ingerir sus alimentos el día de ayer, mientras se desarrollaba otra audiencia. Tras ocho meses en prisión, la exfuncionaria apareció en la Sala de Juicios Orales 4 con el rostro adusto. Acostumbrada a vestir ropa de diseñador y finas joyas, este miércoles apareció con una mascada europea y unas arracadas de oro, que no combinaban con sus botas de gamuza café ya gastadas y un pantalón de mezclilla austero, el pelo desteñido y prominentes ojeras. La juez de Control Verónica Portillo Suazo señaló que será en las próximas semanas cuando el Consejo de la Judicatura “califique” si se desecha o se admite la queja de la imputada, mientras tanto, la audiencia intermedia quedará “suspendida” hasta nuevo aviso. En Veracruz es conocida la animadversión entre Domínguez y el gobernador Miguel Ángel Yunes, quien considera a “La Vicegobernadora”; al exjefe policiaco de Duarte, Arturo Bermúdez; al extesorero, Mauricio Audirac, y al exsecretario de Salud, Juan Antonio Nemi (todos ellos ya en prisión), como piezas clave en la compleja red de corrupción y desfalcos millonarios que tejió Javier Duarte, socios y familia para desfalcar las arcas públicas de la entidad. Gina Domínguez llegó acumular un inmenso poder en Veracruz al ser la protectora de la imagen de Javier Duarte cuando él se desempeñaba como mandatario estatal. Los miembros del gabinete veracruzano la apodaron “La Vicegobernadora”. La exvocera de Mario Villanueva y de Duarte amasó una fortuna muy difícil de justificar. La mujer manejaba un presupuesto multimillonario sin rendirle cuentas a nadie, y adquirió residencias de lujo en Xalapa, un hotel exclusivo en Xico y tres medios de comunicación, hoy concesionados a prestanombres. De acuerdo con un vocero de la FGE, el gobierno de Miguel Ángel Yunes tiene abiertas 777 carpetas de investigación contra 300 servidores públicos del gobierno anterior. De esas carpetas, una decena ya fueron sobreseídas por la dependencia, dado que varios funcionarios que sirvieron al gobierno de Duarte ya pactaron impunidad con el gobierno de Miguel Ángel Yunes a cambio de “entregar información” que comprometa más a Javier Duarte y a familiares, pero también a cambio de votos para la próxima elección en donde el hijo de Yunes, Miguel Ángel Yunes Márquez, busca suceder a su padre a través de la coalición, PAN, PRD y MC. Gina Domínguez empezó a trabajar con Duarte cuando fue candidato a la diputación federal por Córdoba, en 2009; antes dirigió el periódico Milenio-El Portal –propiedad del exdiputado federal priista Alejandro Montano– y también fungió como directora del diario Az y jefa de información del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social en el gobierno de Villanueva Madrid. El 1 de diciembre de 2010, cuando Duarte rindió protesta como gobernador de Veracruz, Domínguez vivía en una modesta casa en el barrio popular de San Bruno, en la colonia Ferrer Guardia, en Xalapa, y construía una casa en el residencial Monte Magno, según cuentan sus amigos y exempleados. Hoy, aunque está en prisión, acumula una decena de propiedades en el estado de Veracruz.