Pintores mexicanos llegan a Valparaíso con la muestra 'Conexión Oaxaca”

lunes, 29 de enero de 2018 · 13:34
OAXACA, Oax. (apro).- Con la muestra "Conexión Oaxaca", que se inauguró el pasado viernes 12 y permanecerá abierta hasta el 9 de febrero, México y Chile se han hermanado a través de una propuesta artística que busca la armonía entre ambos países. Los mundos de color e ideas de las ciudades coloniales de Oaxaca, México, y Valparaíso, Chile, se muestran en las pinturas y grabados de los artistas Maximino Javier, Miriam Ladrón de Guevara, Álvaro Santiago, Felipe Morales, Eddie Martínez y Enrique Flores, expuestas en la Galería municipal de arte de Valparaíso. Sobre la exposición, el escritor Manuel Matus Manzo, Premio Nacional de Mito, Cuento y Leyenda Andrés Henestrosa 2004, resaltó: “Conexiones invisibles se mueven en secreto, la palabra o el color. Insuficiente es decir que esta tierra es una línea de luz sobre la superficie. México se dibuja hacia el Norte, al Sur miran sus grandes personajes. Por México hablaron Reyes y Paz, hacia el confín lo hicieron Neruda y Borges. Pusieron a la altura de lo contemporáneo una visión muy particular, el enlazamiento de las muchas Américas. Así el de las artes plásticas, de lo rupestre a la Colonia, y de la Independencia a lo contemporáneo. “Desde el maíz y la Muerte nos prefiguran en una tradición; continúa el muralismo, entre figura e ideología masificada, con enorme distinción; su permanencia permite dar saltos enormes. Resonancia elevada consta a Oaxaca. De ninguna manera se puede pronunciar su identidad si no se vislumbra de su arte prehispánico, novohispánico, religioso o sacro. De nacimiento ha de nombrarse, hasta alcanzar la novedad del nuevo colorido de los pulsos míticos. “Se podría decir que nada es borrable para México, en Oaxaca mucho menos. Una espina, el barro, una planta o unos pies se dice que tomaron su origen de las nubes. Cada elemento guarda su plasticidad; de piedra se moldearon los dioses, de barro las musas, de las nubes la palabra. De ellos nació la cultura y el arte, por decir que los colores provienen de tal secreto; por eso no es nada fijo, se moldea entre nubes, entre vientos y las plásticas albas en flor. Se asocian flores, frutas, tanto como el amanecer, las tierras y los crepúsculos con la historia: todo está vivamente en la piel y las manos. “¿Y por qué Oaxaca? Nos preguntan sin hora y fecha. Nos preguntamos: ¿qué raíz universal es ésta? Y hay en ello la fuerza silenciosa del tiempo: qué hizo en ello el maíz, el chile, los dioses que la abundancia diera que el murciélago sea una deidad, como el oro se talló en la luz del jaguar en la plena noche de belleza. “¿Es acaso poca cosa la plasticidad de la Serpiente Emplumada? Su plumaje permite el vuelo y con ello la levedad de la creación, una deidad de la plástica y protector de la escritura. Sueño e imaginación aún permanecen en el Inframundo y los tomamos en dosis de historia y arte. Con luz, con imagen; lo visual lleva sus propias significancias que, en mucho, con la palabra comparte silencios, lo que se comparte no solo con América, lo visual es universal. Y eso nos hace personas de nuestro tiempo en cualquier latitud. “Entonces, trasladar un cuadro de una latitud a otra, ha de dar una lectura a los ojos necesariamente con el riesgo de las visiones; ¿qué espectador espera mirar un trozo de sol en resumen plástico? Está frente a un reto de la temporalidad”. El artista Maximino Javier (1948) es originario de San Juan Bautista Valle Nacional. Desde 1978 ha presentado múltiples exposiciones, entre las que destacan las de la Galería del Instituto Francés de América Latina; Galería Rubicón, los Altos, California; Klein, y Arts Workshop Gallery, en Chicago. También las presentadas en el Museo de Arte Moderno de San Francisco, Grand Palais, en el Museo de Monumentos Franceses y en la Galería de Arte, centro Aldaba, Madrid. Su obra forma parte de las colecciones: Continental Bank, Chicago, Phillip Morris Corp., Nueva York; Museo Mexicano, San Francisco, Cal.; Museo de Arte, Universidad de Iowa; Banco Nacional de México, Ciudad de México; Museo de Arte Byer, Chicago; museo de Arte Contemporáneo, Montevideo; y colección Ben Nordemann, Nueva York. Maximino Javier recibió el premio de Adquisición 1983 en la I Bienal de grabado Iberoamericano, Montevideo; premio en la Tercera Trienal World Prints Council 1979. Su obra fue elegida, entre 4 mil 129, para exhibirse con otras 150 obras en el Museo de Arte Moderno de San Francisco, California. Miriam Ladrón de Guevara es madre, psicóloga, escultora, instaladora ecologista y protectora animal. A los 14 años inició con la cerámica y la fotografía; curiosa por las motivaciones de la conducta humana, estudia psicología clínica, donde se involucra con el arte-terapia a manera de dar salida sus dos pasiones, pero termina por dedicarse solamente a la creación plástica. En su obra integra toda clase de residuos, muele el papel, lo mezcla con cemento y aglutinantes y hace una pasta con la que después cubre los esqueletos de alambre engrosados con los plásticos de las bolsas y va dando forma poco a poco a la pieza, una vez terminada y seca le da color con pigmentos naturales, tierras, laminas, etc. Ladrón de Guevara da talleres de desarrollo de la creatividad a grupos de ciegos y débiles visuales, les enseña a hacer escultura, visitan museos y zonas arqueológicas. La artista mexicana vivió en Colombia, donde expuso por primera vez su trabajo, y de regreso al país se fue a vivir a la ciudad de Oaxaca, donde reside desde hace 25 años. Álvaro Santiago (1953) nació en el municipio de Guadalupe Hidalgo. Su obra plástica la dio a conocer por primera vez en la Fundación Cultural Miguel Cabrera de Oaxaca, en 1978; a partir de ese momento, su quehacer plástico ha sido muy fructífero. En los años setenta, en esta capital había una gran efervescencia política-estudiantil y Santiago no fue ajeno a ella. Su obra abordó esta temática y comenzó a desarrollar un estilo propio, si bien muy influido por los grandes muralistas, principalmente por la obra de David Alfaro Siqueiros. Se trata de uno de los artistas contemporáneos más versátiles y expresivos, con una vasta obra que incluye pintura, murales, dibujo e ilustración, grabado, cerámica, etcétera. Álvaro Santiago destaca por un manejo natural de las más variadas técnicas de creación artística, por su poderoso colorido y por trascender las pautas del llamado "arte oaxaqueño". Felipe Morales (1959) nació en San Pedro Mártir Ocotlán. En 1959 ingresó al taller Rufino Tamayo y se adentró en el estudio de las artes plásticas; su actividad lo llevó también a la ilustración del libro Myth and magic, Oaxaca past and present Mitos y Magia. A partir de 1994 realizó exposiciones individuales en esta capital. Eddie Martínez (1963) es originario de San Francisco del Mar, Juchitán. En 1980 ingresó al Taller de Artes Plásticas “Rufino Tamayo” de Oaxaca bajo la dirección de Roberto Donís, y en 1984 trabajó en el Taller Libre de la Gráfica Oaxaqueña, recibiendo orientación y supervisión del maestro Juan Alcázar. Enrique Flores (1963), originario de San Pablo Huitzo, estudió en el taller de Artes Plásticas Rufino Tamayo, y en 1984 ingresó al Taller Libre de la Gráfica Oaxaqueña bajo la dirección de Juan Alcázar. En 1988 fundó su propio taller de pintura y gráfica en Huitzo.

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