CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La realización de una “posible reunión” entre Enrique Peña Nieto y Donald Trump “dependerá del nivel de progreso alcanzado en los acuerdos vinculados con la relación integral, incluyendo el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) y otros temas en materia de seguridad, migración y cooperación económica”, anunció hoy la Cancillería, en el marco de la visita de Jared Kushner a México. Durante su corta estancia en México, Kushner comunicó de Trump –su suegro– sobre “la importancia de seguir avanzando en las iniciativas conjuntas”, informó esta tarde la dependencia en un comunicado, aunque no profundizó en los detalles del encuentro, ni sobre las “iniciativas conjuntas” mencionadas. Hace dos semanas, Trump canceló una visita oficial que Peña Nieto iba a realizar a Washington los pasados 27 y 28 de febrero, después que el magnate se molestó cuando el mexicano le pidió que no abordara en público los temas más sensibles en la relación bilateral, como la construcción del muro fronterizo o las amenazas de salir del TLCAN. Este miércoles, Peña Nieto recibió a Kushner –quien llegó a México en calidad de “Asesor Senior” y “Enviado” (la Secretaría de Relaciones Exteriores puso las mayúsculas) del mandatario estadunidense-, junto con el canciller Luis Videgaray Caso -amigo del estadunidense– y el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal. Kushner, por su parte, estuvo acompañado por Kimberly Breier, subsecretaria para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, y funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Según la Cancillería, los funcionarios estadunidenses y mexicanos hablaron sobre “temas de interés mutuo” como el combate a los grupos criminales transnacionales, migración y las negociaciones del TLCAN “de manera expedita”. La séptima ronda de negociaciones del acuerdo de libre comercio concluyó el lunes pasado en medio de la onda expansiva que detonó una nueva declaración de Trump: el jueves 1 de marzo, el presidente estadunidense anunció que cobraría aranceles de hasta 25% sobre las importaciones de acero y de 10% sobre el aluminio, lo cual desestabilizó las bolsas internacionales e hizo que analistas predijeran la muerte del TLCAN.