Analistas de Goldman Sachs vislumbran debacle del PRI y adopción de AMLO

jueves, 29 de marzo de 2018 · 18:21
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Los datos disponibles “sugieren que los votantes buscan un cambio, un nuevo orden político, y para ello parecen dispuestos en adoptar a Andrés Manuel López Obrador”, aseveraron analistas del banco de inversión estadunidense Goldman Sachs, al añadir que “existe una probabilidad relativamente alta que el PRI perderá la presidencia y sufrirá una reducción de su bancada en el Congreso”. Aunque la perspectiva de una presidencia del ahora candidato de Morena no le guste al banco –pues pone en riesgo las privatizaciones y políticas neoliberales emprendidas en el sexenio actual--, éste reconoció que “el liderazgo significativo y temprano de AMLO puede ser difícil de deshacer en 100 días”, según el estudio “México: Enfrentando 100 días de incertidumbre y potencial tragedia”. Goldman Sachs cobró fama tanto por su manera agresiva y sin escrúpulos de especular --se enriqueció de manera vertiginosa durante la crisis financiera del 2007-- como por su injerencia en asuntos políticos, mediante la colocación de empleados en puestos claves del gobierno de Estados Unidos y de instituciones internacionales. El informe enlistó algunas razones del probable éxito de López Obrador: a diferencia de 2006 –año en que Felipe Calderón consiguió la presidencia de la República, con un margen de voto que rebasó oficialmente al de López Obrador en menos de un 1%-- la campaña electoral será “mucho más corta”; el PRI y el PAN se libran un pelea política “de alta intensidad”, y la coalición Por México al Frente está sacudida por tensiones internas. El documento recordó que existe una “tasa muy alta de rechazo hacia el PRI” –un sondeo de Grupo Reforma estableció que el 47% de los mexicanos “nunca votaría” por ese partido--, que el candidato priista, José Antonio Meade Kuribreña, despierta una opinión negativa de 19 puntos y que el PRI lidera las encuestas de intenciones de voto en apenas tres estados (Campeche, Sonora y Zacatecas). Según el informe, publicado el pasado 23 de marzo, la administración de Enrique Peña Nieto dejó los mexicanos en una situación económica compleja en este año electoral. Destacó, entre otros: “crecimiento modesto, producción de petróleo a la baja, inflación elevada, altas tasas de interés, condiciones para acceder al crédito al consumo cada vez más exigentes, restricciones al gasto fiscal, decrecimiento del salario real”. Aunado a ello, la percepción positiva de Peña Nieto y del PRI se derrumbó a lo largo del sexenio, conforme salieron a la luz los sonados casos de corrupción –la mayor parte de los cuales quedaron impunes-- y se dispararon los niveles de violencia en el país. Por ello, el estudio del banco resaltó que las elecciones no se definirán en torno a los asuntos económicos, sino hacia los principales temas de preocupación de los mexicanos: la inseguridad y la corrupción. El resultado de las elecciones “podría anunciar un cambio desde la política hasta ahora convencional y amigable con las inversiones hacia una plataforma potencialmente más cerrada, heterodoxa, intervencionista y centrada en el estado”, refrendó el documento. Sin embargo, el documento insistió en que a pesar de todo lo anterior, “el PRI sigue siendo una fuerza que se debe tomar en cuenta, dados su maquinaria electoral eficiente y probada con el tiempo, así como otras ventajas logísticas que pueden ayudar en mitigar la insatisfacción creciente del público hacia el PRI”. En la perspectiva neoliberal de Goldman Sachs, las aparentes pretensiones de López Obrador de ejercer un mayor control estatal sobre la economía desencadenarán una serie de consecuencias negativas, entre ellas la “mala colocación de recursos públicos” o la “subinversión”. “Mientras una administración de AMLO puede no poner en riesgo la estabilidad difícilmente ganada o la independencia del banco central, ni tampoco debilitar de manera significativa la postura fiscal, puede ser reticente en aprobar reformas necesarias y adoptar medidas requeridas para atraer inversiones y mantener a México en un camino fiscal disciplinado a medio plazo”, planteó. Los analistas admitieron que “a pesar de su retórica a menudo hostil hacia las inversiones y los mercados, parece que en este punto los mercados están dispuestos a darle el beneficio de la duda a una administración de AMLO”, y subrayaron que los discursos del propio candidato “se volvieron más mainstream y amigables hacia los negocios”. Opinaron, por ejemplo, que López Obrador no cancelará la reforma energética emprendida a lo largo del sexenio de Peña Nieto, ya sea porque difícilmente conseguirá las dos terceras partes del Congreso para revertir la reforma constitucional, y porque anular los más 90 contratos exploración otorgados al sector privado resultaría “un reto legal”. “Pero AMLO podría cambiar el estatus quo en el sector energético al frenar la implementación de la reforma energética, haciéndola menos predecible y amigable a los mercados, y al intervenir más en el sector de manera directa e indirecta mediante el otorgamiento de más dinero, poder e influencia a Pemex, la empresa estatal ineficiente”, apuntó. El estudio planteó la probabilidad de que la coalición Por México al Frente consiga más asientos legislativos que Morena en el Congreso; sin embargo, aseveró que tradicionalmente, PAN y PRD “estuvieron en los dos lados opuestos del espectro político” por lo que resulta “poco clara” la efectividad de la alianza en el legislativo. A la incertidumbre sobre la postura respecto al neoliberalismo que tendrá el próximo ocupante de Los Pinos y el cuerpo legislativo, se suma renegociación del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN). Si bien los analistas del banco destacaron una “mejora” en el panorama de las negociaciones, advirtieron que, en el caso de no tener una versión terminada del nuevo TLCAN entre los próximos meses de mayo y junio, las probabilidades de encontrar un acuerdo en 2018 “caerán significativamente” y “el riesgo de un escenario comercial más disruptivo crecerá”. Goldman Sachs sugirió que “el anuncio de un acuerdo de principio sería probablemente interpretado de manera muy positiva por los inversionistas y los mercados”.

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