Roberto Carlos Hernández, alias Chico Ché Chico

martes, 12 de junio de 2018 · 18:58
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Hay quienes dicen que “nunca segundas partes fueron mejores”, mientras otros más aseguran aquello de que “hijo de tigre, pintito”. La última palabra la tiene el tiempo, ese “gran asesino” según Véronique Sanson… https://youtu.be/6J6-MNL_B58 A casi tres décadas de la muerte de Chico Ché, el ídolo de la fiesta choca tabasqueña, su segundo hijo Roberto Carlos Hernández Rodríguez, alias Chico Ché Chico, lanza un plato láser con algunos de los grandes éxitos de su papá, como “Macorina pon pon” y “Quién pompó”. “Descubrí mi vocación escuchando a mi padre en los ensayos; la música siempre ha sido parte de mi vida y desde la primaria yo ya estaba tocando en varios grupos”, cuenta Chico Ché Chico. https://youtu.be/ZOtawM0-Qus “Durante una etapa fui parte de su exitoso grupo La Crisis, hecho que me sirvió tanto para conocer al público que durante tantos años ha mantenido vigente la música de mi papá, así como para convivir con sus seguidores, además de visitar muchos de los lugares donde él tocó y sentir el cariño de la gente hacia su música y carisma. Todo ello ha sido muy enriquecedor.” https://youtu.be/0A1vHBZdaMA Chico Ché Chico estudió en la Escuela Nacional de Música (ENM- UNAM, en la Academia G. Martell y la Escuela de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM). “Escuchar los discos de mi papá y sus influencias me acercó a la música de Cuba y a la canción latinoamericana; pero también descubrí a Carlos Santana y Eric Clapton en su tocadiscos siendo un adolescente, yo los escuchaba constantemente después de que falleció y aquellos discos tuvieron un gran impacto en mi formación.” La cadena estadunidense VH1 calificó a “Quién Pompó” como una de las mejores canciones en español, “lo cual no es extraño pues este tema no sólo puso a bailar y cantar a millones de personas en México y el extranjero, sino que representó otra forma de hablar chusco, de denunciar con simpatía, de conjuntar ritmos, de innovar en muchos sentidos y a la fecha, es uno de los temas más aplaudidos en cualquier fiesta”. Precisamente así se llama el disco debut de Chico Ché Chico. Quién pompó. https://youtu.be/XSqbzJlWxNI “Mis influencias en la composición vienen de Facundo Cabral, Joaquín Sabina, Luis Alberto Spinetta, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Violeta Parra y Antonio Carlos Jobim. Me gusta los blues, la bossa nova, el jazz, la música afrocubana y los boleros.” Según cierto reportaje sobre Chico Ché (cuyo nombre real era Francisco José Hernández Mandujano), realizado hace un par de años por Kristian Antonio Cerino, Roberto Carlos Hernández ha investigado el estilo musical de su papá: “Era un híbrido, la inclusión de la guitarra se oía como huapango. Fue un estilo variado pero no era ni salsa, ni cumbia, ni merengue, pero cada músico le aportó ideas en los ensayos. Creó un estilo único no sólo por sus lentes, melena y famoso overol, sino por imprimir su sello en cientos de contagiosas composiciones con ritmo tropical, que con picardía abordaban no sólo temáticas ligeras, sino hasta la problemática social de aquella época.” El sonido de cumbia con rock de Chico Ché (llamado despectivamente “chun cha ca”), logró fama en todo el país e influenció en su tierra a Karmito y los Supremos en la década de los setentas y hasta finales de los ochenta: Chico Ché falleció el miércoles 29 de marzo de 1989 en la Ciudad de México, donde había nacido 43 años atrás; su cuerpo fue llorado una semana entera en Villahermosa. “Siempre sencillo aún en la cúspide de la fama, Chico Ché es recordado por muchos por su personalidad y originalidad, pues desde entonces sus creaciones nos siguen poniendo a bailar, a reír, a aprender nuevas palabras y a pensar. Grabó 44 álbumes y tuvo medio centenar de exitosos sencillos, entre los que destacan ‘Los nenes con los nenes’, ‘De quén chon’, ‘Dónde te agarró el temblor’, ‘El pato’, ‘La muralla’, ‘No le hace que le aunque’, ‘Tons qué mami’, ‘Chi cómo ño’ y ‘La Reforma Agraria’.” https://youtu.be/l-f_bxR-SUQ Estas son algunas de las 16 piezas que conforman el primer álbum de Roberto Carlos Hernández, alias Chico Ché Chico, cuya elaboración duró aproximadamente año y medio.

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