Marruecos, con 17 nacionalizados ante el difícil camino del Grupo B

viernes, 15 de junio de 2018 · 12:20
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Marruecos regresó a un Mundial después de 20 años. A Rusia 2018 llegó con un equipo de 23 seleccionados de los cuales sólo seis nacieron en aquel país y empezó su participación en Rusia con una derrota por autogol en el último minuto del duelo contra Irán. El entrenador francés Hervé Renard tiene en su plantilla ocho jugadores nacidos en Francia, cinco en Holanda, dos en España, uno en Canadá y otro en Bélgica. Veinte de esos 23 futbolistas juegan en alguna liga de Europa: España, Inglaterra, Holanda, Alemania, Italia, Francia, Bélgica y Turquía. Los jugadores nacieron en países europeos y son hijos de marroquíes migrantes que se casaron, en algunos casos, con parejas de otros países como el caso del mediocampista Mendhi Carcela-González que nació en Bélgica y su padre es español. La clave para armonizar un vestidor donde se habla árabe, inglés, francés y español, por mencionar sólo algunas lenguas, es el entrenador francés Hervé Renard quien tiene larga experiencia en el futbol africano. Ha dirigido a Uganda, Zambia, Angola y Costa de Marfil. En 2012 guió a Zambia a ganar la Copa Africana de Naciones. En 2015 lo repitió, pero con Costa de Marfil. Renard se ocupa de conocer bien a sus jugadores, de entender sus costumbres y respetar sus diferencias. Marruecos emprendió una reestructuración de su futbol. Además de construir nuevos estadios en Marrakech, Agadir y Tánger, renovaron los de Casablanca y Rabat. Todo con el afán de obtener la candidatura para organizar la Copa del Mundo 2026 que ya perdieron ante Estados Unidos, Canadá y México. Pero en ese esfuerzo por intentar posicionarse en el futbol mundial se esmeraron con un ejército de visores que recorrieron kilómetros por toda Europa hasta encontrar a los hijos de aquellos marroquíes que partieron en la búsqueda de un futuro más próspero. Lo que es un hecho es que hay más y mejores futbolistas entre los 2 millones que viven fuera de Marruecos que entre los 35 millones de habitantes que están en el norte de África. Y como en toda selección que recurre a los jugadores de doble nacionalidad: que si visten la camiseta porque no tendrían ninguna oportunidad en equipos más competitivos, que si más bien las raíces llaman. Para atajar esos problemas la Federación de Futbol de Marruecos ya trabaja en la formación de futbolistas en su país. El organismo construyó cuatro centros de formación regionales y exigió a los clubes de la Liga local uno propio donde los jugadores puedan vivir y estudiar. Es un proyecto a largo plazo, pensando que en una década Marruecos cosechará jugadores de buen nivel. Mientras tanto, en el grupo B de Rusia 2018 donde la lógica indica que España y Portugal se repartirán los dos pases a la segunda ronda, los jugadores marroquíes hechos en Europa no tienen grandes oportunidades. Seguramente volverán a casa tras la fase de grupos. Los 23 marroquíes y sus clubes Porteros: Mounir El Kajoui (Numancia, España), Yassine Bounou (Girona, España), Ahmad Reda Tagnaouti (Ittihad Tanger de Marruecos). Defensas: Mehdi Benatia (Juventus, Italia), Romain Saiss (Wolverhampton Wanderers, Inglaterra), Manuel Da Costa (Basaksehir, Turquía), Nabil Dirar (Fenerbahce, Turquía), Achraf Hakimi (Real Madrid, España), Hamza Mendyl (Lille, Francia). Medios: M'bark Boussoufa (Al-Jazira, Emiratos Árabes), Karim El Ahmadi (Feyenoord, Holanda), Youssef Ait Bennasser (Caen, Francia), Sofyan Amrabat (Feyenoord, Holanda), Younes Belhanda (Galatasaray, Turquía), Faycal Fajr (Getafe, España), Amine Harit (Schalke, Alemania). Delanteros: Khalid Boutaib (Malatyaspor, Turquía), Aziz Bouhaddouz (St. Pauli, Alemania), Ayoub El Kaabi (Renaissance Berkane de Marruecos), Nordin Amrabat (Leganés, España), Mehdi Carcela-González (Standard de Liege, Bélgica), Hakim Ziyech (Ajax, Holanda).

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