CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Tras su llegada triunfal al Zócalo capitalino, el virtual presidente Andrés Manuel López Obrador agradeció a los miles de mexicanos reunidos frente a él y recibió explosiones de gritos esperanzados al prometer, en dos ocasiones: "No les voy a fallar". En su primer discurso público como ganador de las elecciones en la principal plaza del país, anunció el programa que desarrollará antes de la toma de posesión, el cual iniciará con una reunión con el presidente Enrique Peña Nieto el próximo martes 3 en el Palacio Nacional, con el objetivo de lograr una transición "con armonía y de manera pacífica" y garantizar que no se genere una crisis económica. El futuro mandatario también aprovechó la ocasión para refrendar sus compromisos con los electores: "No se van a decepcionar. Soy muy consciente de mi responsabilidad histórica (...) quiero pasar a la historia como un buen presidente de México". "¡Pre-si-dente!", "¡Sí se pudo!", "¡No estás solo!", le contestaron las decenas de miles de personas reunidas frente a él. Si bien algunos anuncios del líder fundador de Morena provocaron truenos de aplausos, gritos y chiflidos -como la "nueva etapa de México", la duplicación de las pensiones para los adultos mayores desde el primer día de gobierno o la promesa de que los jóvenes tendrán derecho al estudio y al empleo-, otros no encontraron eco en la asistencia. Así, a excepción de Tatiana Clouthier, cuya evocación fue muy celebrada por el público, cuando López Obrador mencionó a los miembros del equipo de transición -Carlos Urzua, el magnate Alfonso Romo, el exjefe de gobierno capitalino Marcelo Ebrard y el futuro canciller Héctor Vasconcelos-, la muchedumbre se quedó silenciosa. El anuncio de que su equipo no le "faltará el respeto" a la administración de Peña Nieto tampoco despertó el entusiasmo del auditorio. Algunos, incluso, retomaron en coro una consigna reiterada a lo largo del sexenio actual: "¡Fuera Peña!". De nuevo, los simpatizantes se quedaron callados cuando el político tabasqueño evocó a los "millones de católicos y a los millones de evangelistas" -estos últimos conforman la base social del PES, su partido aliado-, pero estalló de alegría cuando mencionó a los "millones de libre pensadores". En la misma línea que en su discurso de cierre de campaña -celebrado en el Estadio Azteca-, el líder de Morena rindió un homenaje a los dirigentes sociales, políticos, así como a los "miles de ciudadanos, indígenas, campesinos, obreros, estudiantes y profesionistas de todas clases sociales" quienes se adhirieron al movimiento que lo llevó al poder. “Por el pueblo, con el pueblo y para el pueblo” Ganador de las elecciones después de dos derrotas en las urnas, concluyó su mitin con la promesa de que "no va a haber divorcio" entre él y los mexicanos y que su gobierno será "por el pueblo, para el pueblo y con el pueblo". Miles de voces lo acompañaron cuando reiteró que seguirá sus tres principios: "no mentir, no robar, no traicionar al pueblo". Y luego, gritaron el "¡Viva México!" a todo pulmón. Con ello culminó la jornada electoral que llevó a un triunfo electoral de Morena. Al filo de la media noche, decenas de miles de capitalinos se apropiaron de las calles del Centro Histórico y poco a poco ocuparon -sin atascarlo- el Zócalo, el lugar elegido por López Obrador para celebrar su victoria. Frente al templete, donde el mariachi entretenía a los mexicanos mientras el político daba su conferencia de prensa en el hotel Hilton, se agitaba un mar de banderas, algunas de México, las otras con el rostro del líder de Morena impreso en ellas. "Con-fe-rencia, con-fe-rencia", gritó la asistencia a la banda de mariachi. Reclamaba que se difundiera el mensaje del exjefe de gobierno en la pantalla gigante instalada para ver los partidos del Mundial de futbol, pero la banda se negó en abandonar el escenario y siguió tocando. Cuando llegó la camioneta blanca en la que iba el próximo mandatario federal, decenas de personas se avalanzaron para sacarle una foto y gritarle. Con duras penas y a paso lento, el vehículo avanzó entre la marea humana. "Representa mucha alegría, mucha esperanza", dije Patricia, una señora que llegó al evento con sus dos hijas y su madre. "Tres generaciones, apoyamos a AMLO desde que ella era chiquita", añadió mientras señaló a la adolescente a su lado. "Soy conductor y la gasolina, a ver si es cierto que la va a bajar", explicó Javier, un hombre de cuarenta años que acudió al evento para apoyarlo al próximo presidente de la república mexicana.