TOLUCA, Edomex. (apro).- El reparto de programas sociales, la compra del voto y la estrategia del miedo, que el año pasado facilitaron al PRI mantener la gubernatura, en esta ocasión fracasaron en el Estado de México. La participación, al cierre del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) –con 92% de las actas capturadas, en promedio--, alcanzaba 67.9% de la lista nominal mexiquense (en la que se encuentra registrados más de 11 millones de electores). Con más de 3 millones de votos, en 42 de 45 distritos y en 55 de 125 municipios (los más importantes poblacional, política y presupuestalmente) la tendencia favorece a la coalición Juntos Haremos Historia. La coalición PAN-PRD-PT, con millón y medio de votos en promedio, es segunda fuerza, pero Acción Nacional tendrá (de confirmarse los resultados en el cómputo oficial) sólo dos diputados de mayoría y, en conjunto, los tres partidos gobernarán 35 municipios. Convertido en tercera fuerza, con menos de millón y medio de votos, el PRI apenas va adelante en un distrito electoral local y en 23 municipios (algunos de los cuales aún se disputa con Juntos Haremos Historia). Eventualmente, el Partido Verde (PVEM) gobernará seis municipios y accederá a un diputado de representación proporcional; el partido político local Vía Radical será gobierno en dos municipios, pero perderá el registro al no alcanzar 3% del umbral de la votación, y Nueva Alianza (Panal) liderará cuatro ayuntamientos, pero se quedará sin registro ni representación en el Congreso local. Los resultados, adversos al PRI incluso para conservar cotos emblemáticos como Atlacomulco, Toluca o Ecatepec, ocurrieron a pesar de la “legalización” del uso de recursos públicos para la compra de conciencias. A mediados de mayo, previo al inicio de las campañas locales, la legislatura mexiquense autorizó la operación de 47 programas sociales estatales durante la veda electoral; por ello, la la oposición acusó objetivos proselitistas. Gasto en programas sociales El Informe de la Aplicación de los Recursos y Evolución de los Programas Sociales al mes de mayo de 2018, que considera sólo los 13 apoyos más importantes (operados por la Secretaría de Desarrollo Social estatal) reveló que para esa fecha se habían ejercido mil 226 millones 343 mil 653 pesos, que significan 25.51% del presupuesto previsto para todo el año. Para entonces, se había gastado prácticamente la mitad de los recursos del programa Salario Rosa; 96.42% de Por Una Infancia en Grande, y 52.82% en Seguridad Alimentaria. También, 25% del presupuesto para el programa Niñez Indígena; 18.67% para Personas Adultas Mayores, y 1.21% para Alimentación Mexiquense. Tampoco arrojó buenos dividendos al PRI la presunta compra de votos denunciada en municipios como Nezahualcóyotl, Toluca, Ecatepec y Coacalco a cambio de despensas, tinacos o dinero en efectivo; ni el condicionamiento a cambio de agua, como en Ecatepec. La entrega de dinero por credenciales de elector o copias de éstas, a gran escala, quedó evidenciada la primera semana de junio, cuando militantes de varias entidades –incluido el Estado de México-- hicieron fila en la sede del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, pero ese reparto de efectivo no se palpó a la hora de los resultados. Tirar cabezas de cerdo a las afueras de la casa de la candidata del Frente en Otzolotepec, el asesinato de perredistas horas antes de la jornada en Donato Guerra, el homicidio de tres candidatos durante el proceso electoral, las agresiones e intimidaciones a brigadistas y ciudadanos en municipios como Chimalhuacán, Ixtapaluca, Toluca o Los Reyes La Paz (en algunos casos con uso de armas de fuego) tampoco desmotivó al electorado mexiquense. Los esfuerzos del PRI, desde todas las trincheras, por mantener su hegemonía en el Estado de México, fueron palpablemente insuficientes.