CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El peso inició la semana ganando terreno frente al dólar, luego de que la divisa estadunidense tuvo un debilitamiento generalizado ante las monedas emergentes. En sucursales bancarias, el billete verde se ofertó en 19.28 unidades; mientras que a nivel interbancario se cotizó en 18.85 pesos, es decir, 0.35% más barato que el cierre del pasado viernes, según información del Banco de México (Banxico). De acuerdo con el análisis del Banco Base, el tipo de cambio enfrentó presiones moderadas al alza, aunque el peso logró recuperarse. Dichas presiones al alza para el tipo de cambio se debieron inicialmente a la publicación de las Perspectivas de la Economía Global del Fondo Monetario Internacional (FMI), en donde se mantuvo sin cambio la proyección de crecimiento para México de 2.3% durante 2018, pero fue revisada a la baja la proyección de crecimiento para 2019 de 3% a 2.7%. Dicha publicación ocasionó que el tipo de cambio subiera momentáneamente de 18.80 pesos a 18.90 pesos por dólar. Aunque a nivel global no se ajustaron las proyecciones de crecimiento, el FMI destacó que las medidas proteccionistas emprendidas por Estados Unidos y las represalias de varios de sus socios ponen en riesgo el crecimiento de la economía global en el mediano plazo. Para el caso particular de México, el FMI destacó como riesgo la prolongada incertidumbre por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la incertidumbre asociada a las políticas que implementará el nuevo gobierno. Por otra parte, la administración de Donald Trump hizo pública una queja ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), en contra de China, la Unión Europea, Canadá, México y Turquía, por haber implementado medidas de represalia contra Estados Unidos, luego de que el país impuso aranceles a las importaciones de acero y aluminio. Según la Oficina del Representante de Comercio, las acciones de Estados Unidos son legítimas y justificadas, mientras que los aranceles en represalia están diseñados para castigar a los trabajadores, los agricultores y las compañías estadunidenses.