El consultorio de Monsi y la Doctora Ilustración

sábado, 21 de julio de 2018 · 11:23
Con diversas y muy nutridas líneas en su catálogo y en preparación –política, literatura, música…– Malpaso Ediciones, cuyos libros alcanzan además las librerías de Barcelona, Buenos Aires y Nueva York, recupera en dos volúmenes los breves texto que, entre mayo de 1974 y abril de 1983, Carlos Monsiváis publicó, con ironía sin par, bajo el título de “El consultorio de la Doctora Ilustración” en La cultura en México. La historia es contada minuciosa y amenamente por Juan Guillermo López, editor de Malpaso, quien anuncia además las novedades. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El consultorio de la Doctora Ilustración (Ph. D.), el primer volumen de dos donde Malpaso Ediciones reúne “los textos más hilarantes y corrosivos” publicados por Carlos Monsiváis en el suplemento La Cultura en México de la revista Siempre, es buen ejemplo de que aún habrá letras y letras de Monsi un largo rato… Lo profetiza el librero Juan Guillermo López, editor de Malpaso, quien tras conocer el avasallador triunfo presidencial de AMLO visualiza: “El momento que está viviendo nuestro país seguro que le provocaría un enorme entusiasmo a Carlos, que a lo largo de más de cuarenta años se colocó al lado de las causas más justas (las perdidas, decía él).  “Tantos dijimos que luchábamos por que las generaciones futuras lograran un mejor horizonte aunque nosotros nunca alcanzáramos a verlo, y resultó que sí nos tocó atestiguar la caída y segura desaparición del PRI, la retirada vergonzante del PAN y el triunfo de la perspectiva de nuestros sueños. Carlos estaría exultante, y de cualquier modo, su sonrisa nos abarca a todos.” Con portada, viñetas y prólogo de Rafael Barajas, alias El Fisgón, a lo largo de 213 páginas El consultorio de la Doctora Ilustración (Ph. D.) –entre mayo de 1974 y abril de 1983–, incluye 76 divertidos “recuadros” de Monsi, cuyo Museo del Estanquillo aguardaba el sábado 14 de julio pasado el mediodía para ser el volumen inicial presentado por la escritora Elena Poniatowska, el monero de La Jornada, y Juan Guillermo López. Conversador intenso y de oficio “librófago”, López (nacido en el barrio bravo de la Guerrero hacia 1953) se nota entusiasmado: “Ahora en Malpaso Ediciones lanzamos un primer volumen de compilación con recuadros que publicaba Carlos Monsiváis bajo el título de El consultorio de la Doctora Ilustración en La cultura en México, creado por Fernando Benítez en Siempre!, luego que a Benítez lo corrieron de Novedades y don José Pagés Llergo lo alojó en su revista diciéndole: ‘En las páginas centrales, ¡ahí tienes tú para hacer tu suplemento!’.   “Benítez hizo aquel suplemento rebelde y contestatario, teniendo luego la sabiduría de formar cuadros y pasar la estafeta a los jóvenes para que ellos hicieran La cultura en México, y le dijo a su secretario de relaciones, un José Emilio Pacheco jovencísimo: ‘Ahora que el director sea Carlos Monsiváis’.” Era 1972 y Monsiváis permaneció 15 años al frente, apunta López. “Pero Carlos, que también era muy inteligente desde joven, dijo: ‘Bueno, mejor que el suplemento sea colectivo’, y al cabo de tres años creó una especie de consejo de redacción con jóvenes cultísimos de la época. En este suplemento extraordinario Carlos tenía la sección Por mi madre bohemios y ahí hacía un recuadrito que publicaba no siempre, sino a veces, llamado El consultorio de la Doctora Ilustración (Ph. D.). “Su antecedente era una publicación para señoras que se llamaba La novela semanal, un libro gordo, ‘la novela café’ le decíamos pues era en sepia, ilustrada con dibujos y temas del corazón: la niña que viene del campo llorando y trabaja de sirvienta para casarse con toda la ilusión del mundo. Eran historias almibaradas y hoy absolutamente machistas, que al final contenían una sección de cartas llamada La doctora corazón.” Juan Guillermo López no consigue reprimir breves carcajadas: “La doctora corazón era una señora que seguramente redactaba esas mismas historias, y a quien las señoras lectoras le enviaban cartitas porque el marido les estaba poniendo el cuerno, o él se estaba metiendo con su hermana, o que no le pasaba el gasto y era muy borracho; entonces La doctora corazón le daba consejos: ‘Querida amiga, yo te sugiero que tal y cual cosa…’ ¡Carlos, tomando ese modelo, creó su Doctora Ilustración! ¿Y quiénes son los que la consultan? Poetas que no encuentran la inspiración, pintores que van a las galerías pero nadie los pela, políticos que esperan la llamada del tapado para obtener un hueso, ¡son unas cartas absolutamente delirantes, totalmente absurdas, pero lo mejor es la respuesta de la Doctora Ilustración que en tres o cuatro líneas te doblas de la risa!” El consultorio de la Doctora Ilustración (Ph. D.) compila algunas de esas divertidas cartas de Monsi con sus respectivas consejas. Como de costumbre, esta edición de Malpaso incluye e-book (www.malpaso.com). Tesoro de doctas   Juan Guillermo López solía ofrecer charlas literarias en la librería Profética de Puebla, cuando una tarde descubrió en una habitación contigua de la casa de lectura, un tambache de suplementos antiguos de La cultura en México.  “¡En papel, los reales! Todo un tesoro… Lo vi y les digo: ‘¿Qué hacen con esta maravilla aquí?’ ‘Los estamos digitalizando’, me dicen. ¡Los estaban escaneando plana por plana, todos los ejemplares de La cultura en México para ponerlos a la disposición del público!” López, quien se tituló en Letras Francesas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde realizó un doctorado en Literatura Inglesa,  solicitó entonces permiso de José Luis Escalera, director de la Profética y ciclista urbano, para entrar a las páginas y capturar esas misivas de Monsiváis.  “Yo había dado cursos en la Universidad del Claustro de Sor Juana y llamé a dos jóvenes para que hicieran su servicio social transcribiendo, recuadro por recuadro cada texto de El consultorio de la Doctora Ilustración (Ph. D.), de plano fue una tarea de amanuenses, durante meses estuvieron tecleando y tecleando las cartas.” Mientras aquellos muchachos de nombres Guadalupe Zavaleta Vega y Diego Eaton Gil soltaban risotadas al ir conjuntando su labor, Juan Guillermo López se dio cuenta de que su olfato editorial había triunfado: “Guardaban silencio trabajando todo ese legajo, y de pronto sonaba una carcajadota inmensa. Ellos me decían gritando: ‘¡Pero este señor Monsiváis está rete loco…!’ O sea, los jóvenes conectan con el joven Carlos. Este era mi propósito: traerle a los lectores jóvenes, actuales, a ese Carlos Monsiváis también joven y desmadroso, absolutamente irreverente que no se respetaba ni a sí mismo, para comprobar que ambas juventudes conectan efectivamente.” El prólogo de El Fisgón es también una carta redactada por un tal Máximo A. Prieto a la doctora, que en respuesta recibe un rap norteño: Monsi era macizo. Era bien ojete, escribía sus textos con AK-47. Si uno muy mamón se sentía muy divo, Monsi lo aplacaba con su cuernito de chivo... “Carlos Monsiváis, a quien quise tanto, al final en Apocalipstick (2009) por ejemplo, era todavía un Carlos muy irónico, con mucho sentido del humor, pero ya era un Carlos enojado con la realidad mexicana, porque no había podido atestiguar el cambio que todos queremos. No pudo verlo, estaba frustrado por decirlo de algún modo. “Lo dijo en varias ocasiones, que siempre anduvo bregando como defensor de las causas perdidas en México. Ese era el último Monsiváis; pero el primero, desde los dieciocho a los veinte, treinta años, es un Carlos verdaderamente fresco, generoso, muy divertido e irreverente. Por ello, al haber transcrito tanto de él Lupita con Diego, nos da para sacar un segundo volumen: El regreso de la Doctora Ilustración, con textos más orientados a la cosa social y política; lo prologa Lorenzo Meyer. Malpaso publicará otros libros más con Pável Granados de la Fonoteca Nacional de programas y guiones de Carlos Monsiváis en la Radio UNAM de Max Aub, para oírlos en ‘Realidad Aumentada’, es decir, que abres el libro con un código frente a tu teléfono celular y suena un programa de radio de los que hacía en Radio UNAM. Tengo la suerte de ser amigo de sus primos, Rubén y Bety Sánchez Monsiváis, así que juntos estamos tramando más, pues hay Carlos Monsiváis para rato.” Biografía de McCartney –Usted lleva más de tres décadas como editor. Lo fue en Trillas, Patria, Plaza y Janés, Planeta, e incluso en España dirigió el Fondo de Cultura Económica (FCE) por tres años y medio. ¿Cómo llegó a Malpaso Ediciones, cuyos libros se publican en Barcelona, Buenos Aires, México y Nueva York? –Gracias a un querido amigo, un editor hispano de larga trayectoria quien creó Los Libros del Lince, Enrique Murillo, él decía que los editores puntillosos e incisivos ya somos una especie en extinción, como el lince español. Me invitó a integrarme al grupo Malpaso y ahora yo estoy proponiendo títulos, que es lo que he hecho toda mi vida como editor.  López sugirió publicar en Malpaso el título Los migrantes del sur, del padre Alejandro Solalinde y Ana Luz Minera, “que ha funcionado muy bien, pese a ser un libro bastante duro por la situación de explotación y violencia que muestra”, al igual que “las crónicas periodísticas escalofriantes” de Aníbal Santiago, México tierra inaudita. Y Prosas reunidas, de la poeta polaca Wilslawa Szymborska, Premio Nobel de Literatura 1996.  “Malpaso, como sello editorial, tiene un montón de vetas, ya sean de libro político o de narrativa de altos vuelos, y una muy importante de ellas es la línea de música, a cargo de Laura Roldán Urbán”, refiere. Entrevistada por separado, la colega de Juan Guillermo López anunció la salida del polémico libro de Paul McCartney. La biografía, de Philip Norman (Paul McCartney: The Life, en el inglés original, 2016); 912 páginas traducidas por Eduardo Hojman Altieri sobre la acuciosa investigación de Norman, quien denostó al ex Beatle en una biografía anterior dedicada a John Lennon, Shout! (1981). Igual, tres joyas del Nobel 2016, Bob Dylan: Letras completas, Crónicas 1 Memorias y Tarántula.  Además: 33 RPM. La canción de protesta, de Dorian Lynskey; Tócala otra vez Bach, de Máximo Pradera; Nacer Crecer Metallica Morir, de Paul Branigan e Ian Winwood; Autobiografía de Morrisey; En busca de aquel sonido. Mi música, mi vida, de Ennio Morricone, y Palabras sin música, de Philip Glass; Toma interior, del cantautor irlandés Van Morrison; Gus y yo, del guitarrista Keith Richards, de los Rolling Stones; Sueño de un hippie, de Neil Young, y Who I Am de Pete Townshend, entre otros muchos de su enorme catálogo.  En cuanto a cómics, Malpaso ha adquirido el 70% de las acciones de Dibbuks, sello fundado en 2004 y dedicado a la publicación de novelas ilustradas y cuentos infantiles. “La gente en México sí lee, es un mito decir que no. Pero ya porque un libro vende mil o dos mil ejemplares es un éxito, no, es un fracaso cuando tenemos ciento veinte millones de habitantes y deberíamos vender diez, veinte mil ejemplares para cubrir un hueco mínimo del potencial de lectores en este país”, apunta Juan Guillermo López. Hace una década, en el metro y los autobuses se veía gente leyendo El libro vaquero “o cosas así”; mas “ahora es interesantísimo que te subes al metro y la gente trae libros, en ocasiones son trozos de unas ochocientas páginas”. –Se lee mucho best-seller, ¿verdad? –Pues sí, pero eso no está mal, ¡lo importante es que lea la gente libros!, eso es lo que mantiene vivo el afán de los libreros. Porque en determinado momento esos lectores van a dar un salto cualitativo hacia un libro de Lorenzo Meyer o de Carmen Aristegui o de John Ackerman, por mera curiosidad. “Pero el medio de los libros en México está muy castigado, las ventas son muy bajas. Hace quince años, cuando yo estaba en el FCE, en México publicábamos ocho mil novedades por año, ¡y en España publicaban setenta mil! Hoy tienes un nuevo libro en exhibición, en mesa de librerías, sólo durante tres meses, si bien te va. Luego te mandan a estantes, donde es mucho más difícil que la gente te vea, y después, devolución. Y la devolución te mata.” Por tanto, para López (quien jamás ha sido dueño de ninguna editorial) el oficio de editar libros “aunque vicio maravilloso, es un placer frustrante”.   Este texto se publicó el 15 de julio de 2018 en la edición 2176 de la revista Proceso.

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