Por inseguridad, pobladores bloquean vías en Cuautla; retienen a dos funcionarios
CUAUTLA, Mor. (apro).- “La inseguridad está fuera de control en el estado”, advierte un manifiesto hecho público por representantes de 16 comunidades de varios municipios del oriente y Altos de la entidad, quienes cansados de las extorsiones, secuestros, robos y abigeos, decidieron cerrar los accesos a sus pueblos, montar guardias comunitarias y bloquear las carreteras en Cuautla.
Pero no quedó ahí, pues el bloqueo duró más de seis horas y los inconformes sólo lo levantaron cuando retuvieron al subsecretario de Gobierno estatal, Carlos Benítez Urióstegui, y a otro funcionario menor, a quienes se llevaron a la comunidad de Hueyapan, pasadas las cuatro de la tarde.
Hasta el momento, los vecinos están en tránsito de Cuautla a Hueyapan, en las faldas del volcán Popocatépetl, donde sostendrán una reunión con los funcionarios retenidos.
Desde el fin de semana se colocaron puestos de vigilancia en decenas de comunidades de los municipios de Tlayacapan, Totolapan, Tlalnepantla, Atlatlahucan, Zacualpan de Amilpas, Yautepec y Ocuituco, mientras que en Tetela del Volcán y el recientemente creado municipio indígena de Hueyapan, desde las cinco de la mañana de este lunes decidieron cerrar los accesos para evitar el ingreso de personas no deseadas.
Luego, medio millar de pobladores de esas comunidades bajaron a Cuautla y bloquearon todos los accesos a la capital histórica de Morelos.
De esta forma cerraron la Autopista Siglo XXI, la carretera Chalco-Cuautla, la vía Cuautla-Izúcar de Matamoros y el libramiento La Pera-Cuautla, con lo prácticamente “sitiaron” la ciudad.
Miles de automovilistas foráneos y locales quedaron varados desde las diez de la mañana, hora en que iniciaron los bloqueos.
Por los bloqueos, los automovilistas han sostenido discusiones con los inconformes, en que algunas de ellas casi terminaron a golpes.
El incidente que ha desatado la furia de los vecinos fue el cobro de “derecho de piso” a los transportistas que prestan el servicio público de pasajeros de Cuautla a Tetela del Volcán y Hueyapan, en las faldas del Popocatépetl.
Sin embargo, los concesionarios y choferes se negaron a la extorsión. Pero la semana pasada uno de los conductores fue herido por miembros de la delincuencia organizada.
Frente a esta situación, el sábado pasado en asamblea comunitaria en Hueyapan, los pobladores decidieron realizar este lunes la protesta. En la reunión, los vecinos desconocieron al Mando Único y decidieron impedir el acceso de los elementos policiacos, pues “no nos hacen ningún favor, no actúan del lado de la ciudadanía”.
Los pobladores, indígenas descendientes de nahuas y xochimilcas, anunciaron que no pararán hasta encontrar solución.
Además, hicieron un llamado a todos los pueblos de las regiones de Los Altos y oriente a sumarse a la protesta, pues las extorsiones, secuestros exprés, robos y abigeo, entre otros delitos, “ya no se aguantan”.
Los ilícitos también son cometidos contra aguacateros que “dejan todo en su cultivo y luego nomás vienen esos cabrones a robárselo a la hora de la cosecha”.
Además, han sido afectados pequeños empresarios y comerciantes, productores de ganado, así como transportistas, quienes “ya no aguantamos, si no nos hacen caso, que no les extrañe que nos vamos a armar y nos vamos a chingar a quienes se la pasan jodiéndonos todo el tiempo”, advirtió uno de los manifestantes.
Guardias comunitarias
Hace menos de un mes, el 28 de junio, estuvo en Morelos el doctor José Manuel Mireles Valverde, quien vino a presentar su libro “Todos somos autodefensas”. Sin embargo, durante su visita, además de visitar Cuautla, visitó Totolapan, Yecapixtla y Tetela del Volcán, a donde se reunió, en actos privados y masivos, con personas que ya se organizaron para establecer guardias comunitarias.
Aunque el gobierno de Graco Ramírez ha negado la presencia de estos grupos, Apro dio a conocer, el 10 de mayo de 2016, la constitución del Consejo de Seguridad Comunitaria. En la entrevista, realizada en el Exconvento de Santo Domingo de Guzmán, en Hueyapan, participaron una decena de “comandantes” de distintos grupos de seguridad comunitaria.
Según la historia que contaron, en 2010 en Tetela del Volcán la comunidad detectó a un grupo de personas que secuestraba a pobladores. La banda de plagiarios actuaba en combinación con una mujer que era cajera en la sucursal bancaria local.
“Ella les ponía el dedo a las víctimas” y los plagiarios actuaban en consecuencia. La población los detectó cuando estaban a punto de secuestrar a un empresario local.
Entonces se organizaron rápidamente y cercaron el vehículo donde se encontraban los presuntos delincuentes, cuatro hombres y una mujer. Los sacaron a golpes del vehículo, prácticamente los desnudaron y luego los ataron al asta bandera de la plaza de armas del municipio. Consiguieron leña y amenazaron con prenderles fuego.
Después de varias horas de negociación, autoridades del gobierno del estado lograron que la población entregara a los presuntos secuestradores, quienes fueron puestos a disposición del Ministerio Público, procesados y condenados.
A partir de ahí decidieron organizarse para impedir que la situación se repitiera. Así nacieron los “Relámpagos” y, desde entonces, en la zona se ha propagado calladamente su ejemplo, aunque el gobierno lo niega.
Durante la visita de Mireles, Apro fue testigo de varias reuniones en las que también participaron algunos de esos líderes y otros más de comunidades y municipios de esa zona del estado. El médico les habló de la necesidad de construir organización social y unidad, para luego “hacer lo que se tiene qué hacer para defenderse”.
“No podemos permitir que nadie se meta a nuestras casas y nos deje sin el sustento, que nos robe lo que nos ganamos con el sudor de nuestra frente. En mi casa, yo soy la autoridad, y si se mete un cabrón, le parto su madre”, aconsejó.
Luego, en Totolapan llamó a la comunidad de no tener temor:
“No tengan miedo. El miedo es un estado mental. Miren, los que tienen miedo mueren todos los días, todos. Los que no tenemos miedo, estamos bien conscientes de que sólo moriremos un día, pero no cualquier día. No el día que quiera algún pendejo, más bien, el día en que el señor de allá arriba, decida”.