Uno de cada cinco mexicanos ha sido víctima de discriminación: INEGI

lunes, 6 de agosto de 2018 · 13:37
CIUDAD DE MEXICO (apro).- En México, uno de cada cinco residentes es discriminado por alguna característica personal como el tono de piel, manera de hablar, peso o estatura, forma de vestir o arreglo personal, por su clase social, el lugar donde vive, sus creencias religiosas, sexo, edad y orientación sexual, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Al dar a conocer la Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis 2017), misma que capta actitudes, prejuicios y opiniones hacia distintos grupos de la población discriminados por motivos étnicos, etarios o de orientación sexual, entre otros, el organismo de estadística dejó ver que la discriminación permea en diferentes ámbitos sociales, desde la atención médica y la calle hasta la familia. Según la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación (LFPED), se entiende por discriminación toda distinción, exclusión, restricción o preferencia que, por acción u omisión, con intención o sin ella, no sea objetiva, racional ni proporcional y tenga por objeto o resultado obstaculizar, restringir, menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y libertades. En el país se observa que los estados con mayor prevalencia de discriminación en los últimos 12 meses son: Puebla, Guerrero, Oaxaca, Colima, Morelos y Estado de México, en donde el 24% de la población mencionó haber sido discriminada. En contraparte, las entidades con menor prevalencia en discriminación son: Nayarit, Zacatecas, Nuevo León, San Luis Potosí, Durango, Coahuila, Guanajuato, y Chihuahua. Al agrupar las categorías acerca de tono de piel, peso o estatura y forma de vestir o arreglo personal, que forman parte de la “apariencia” de las personas, se observa que más de la mitad de la población 53.8% ha percibido discriminación en el último año debido a estos rasgos. Las prácticas discriminatorias concretas suelen presentarse en ámbitos institucionales específicos. La ENADIS 2017 captó la discriminación experimentada en los últimos 12 meses en distintos ámbitos sociales, tales como el trabajo o escuela, la familia, los servicios médicos, oficinas de gobierno, el negocio, centro comercial o banco, calle o transporte público, y las redes sociales. Los grupos sociales más discriminados en México son las personas con alguna discapacidad superando al promedio nacional, además de los indígenas. Ambos se sienten discriminados en los servicios médicos, la calle o transporte público, e incluso en la misma familia. En tanto, las personas con diversidad religiosa, las de edad mayor, los adolescentes y jóvenes, así como las mujeres indicaron como espacio de discriminación principalmente la calle o transporte público, el trabajo o escuela y también en el seno familiar. La situación de discriminación mayormente declarada en casi todos los grupos de estudio fue a través de burlas o dichos que molestaran, con excepción de las personas con discapacidad, donde 19.4% declaró situaciones incómodas por la forma de mirarlos o tratarlos. La negación de los derechos La discriminación también puede escalar a la negación de derechos de manera injustificada como la atención médica o medicamentos; la atención o servicios en alguna oficina de gobierno; la entrada o permanencia en algún negocio, centro comercial o banco; recibir apoyos de programas sociales y obtener algún crédito de vivienda, préstamo o tarjeta. De esta forma, cerca de 23.3% de la población de 18 años y más considera que, en los últimos cinco años, se le negó injustificadamente algún derecho; de manera general, destaca la posibilidad de recibir apoyos de programas sociales y la atención médica o medicamentos. Sin embargo, la cifra se dispara al 40% de las trabajadoras domésticas sector que afirmó que se les negó algún derecho; la misma situación para 31% de las personas discapacitadas; 29.2% de los indígenas; 25.8% de las mujeres, y 24.8% de los adultos mayores. Discriminar desde el hogar En México también existe una percepción alta de discriminación que empieza por los hogares. Cuando el INEGI preguntó a los entrevistados “¿Si pudiera rentar un cuarto de su casa, ¿se lo rentaría a una persona…?”. Se pudo identificar que las principales características por las que en general la población de 18 años y más no le rentaría un cuarto de su vivienda a alguna persona sería por: ser extranjera (39.1%), ser joven (38.6%), ser una persona trans (36.4%), tener VIH o sida (35.9%), o ser gay o lesbiana (32.3%). En ese mismo sentido, la población que no estaría de acuerdo en que su hijo o hija se casara con una persona con sida o VIH es de 56.6%; en contraste, con una persona del mismo sexo es de 43.0%, y para personas de la diversidad religiosa de 13.3%. Son las tres características con el mayor porcentaje de rechazo. Según el INEGI, uno de los factores que incrementan el riesgo de sufrir discriminación es la pertenencia a un grupo sobre el que existan prejuicios y actitudes negativas reiteradas en el conjunto de la sociedad. Según la encuesta, poco más de 60% de la población de 18 años y más está de acuerdo en que “la mayoría de las y los jóvenes son irresponsables”. Eso no es todo, 44.7% de la población en el rango de edad señalado estuvo de acuerdo en que “mientras más religiones se permitan en el país, habrá más conflictos sociales”; asimismo, 24.5% considera que “las personas con discapacidad son de poca ayuda en el trabajo”. La Enadis 2017 también arrojó que el principal problema para las personas indígenas es la falta de empleo; para las personas con discapacidad, son las calles, el transporte público y las instalaciones. En el caso de las personas mayores, el problema más relevante es una pensión insuficiente; para las trabajadoras domésticas, la falta de prestaciones; mientras para las personas con diversidad religiosa, la falta de respeto a las costumbres y tradiciones.

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