'El aviso”: Decepción de último momento

miércoles, 22 de agosto de 2018 · 20:39
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El aviso (España-2018), de Daniel Calparsoro, es una entretenida historia de suspenso disponible en la plataforma de Netflix, que oscila entre el thriller psicológico-místico y la ciencia-ficción, que desgraciadamente se cae al mero final. La historia gira en torno a dos personajes: Jon (Raúl Arévalo), un matemático de 32 años que se ha obsesionado con la muerte de un amigo suyo, ya que comienza a encontrar extrañas coincidencias numéricas; y por otro lado tenemos a Nico (Hugo Arbues), un niño de 10 que es presa del bullying casi todos los días. La cinta comienza con Jon siendo testigo de cómo asesinan a su amigo David (Sergio Mur) en un minisúper que está junto a una gasolinería. Jon descubre poco a poco que en ese lugar hubo asesinatos similares en el pasado, con algunas constantes en la edad de los involucrados y el número de personas relacionadas. Por cierto, el personaje padece esquizofrenia. https://youtu.be/JQeoXv1dqLs Nico es una especie de punching bag para tres de sus compañeros de escuela, más fuertes y grandes que él, de quien por cierto no conocemos mucho salvo que tiene una amorosa madre llamada Lucía (Aura Garrido), que lo insta todos los días a defenderse. ¿Qué relación guardan las dos historias? Lo iremos averiguando casi hasta el final, pero por lo pronto Daniel Calparsoro irá tejiendo una historia de suspenso que nos engancha cada vez más, sin decirnos casi nada de los protagonistas; sólo sabemos que Jon está obsesionado con resolver un acertijo matemático, mientras que Nico desea escapar de su realidad a como dé lugar. El encanto de la cinta es su estructura dramática, que deja de lado todo el background y motivaciones de los personajes, es decir, éstos están motivados, pero más que por alguna compleja problemática psicológica, por un problema inmediato: Nico debe lidiar día a día con sus bullies, y Jon está intrigado por su descubrimiento matemático. Y sólo con eso, el director consigue atraparnos. Hay buenas actuaciones y un gran manejo de la historia que, faltando casi 20 minutos, se torna terrorífica. Sin embargo, para los últimos minutos, el trabajo de Calparsoro cae de manera estrepitosa. Lástima, pues llevaba casi un paso perfecto.

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