'Nos quieren cargar el muerto”, dice el presidente de la CEE sobre impugnaciones en NL

miércoles, 29 de agosto de 2018 · 11:33
MONTERREY (apro).- A diferencia de la opinión del Tribunal Estatal Electoral (TEE), que anuló por irregularidades decenas de casillas en los municipios de Monterrey y Guadalupe, lo que revirtió los triunfos del PAN para dárselos al PRI, el presidente de la Comisión Estatal Electoral de Nuevo León (CEENL), Mario Garza Castillo, afirma que en todos centros de votación hubo un limpio trabajo de funcionarios ciudadanos. Sostiene, en entrevista, que no puede pronunciarse sobre la determinación del TEE, pues la elección aún se encuentra en litigio, con los dos partidos acusándose de haber cometido fraude, por lo que se limita a defender el desempeño de los encargados de las urnas, en sitios donde no se observó ni una sola irregularidad producto del dolo. “Le quieren cargar el muerto a la Comisión Estatal Electoral y esa no se encarga de las casilla, ni capacitarlos (a los ciudadanos), ni reclutarlos, ni contar los votos. Eso lo hace el Instituto Nacional Electoral, nomás que ponen el foco en nosotros, pero igual defiendo a esos funcionarios, porque sé que hicieron su trabajo”, dice, al referir que los encargados de las casillas fueron entrenados por la autoridad federal de los comicios. Por ahora, Garza Castillo se limita a defender el desempeño de los responsables de los centros de votación, que mostraron un desempeño comprometido y ejemplar. “No voy a hablar de eso, porque sigue la cadena impugnativa. Te digo lo que hizo la autoridad electoral y (lo otro) todavía no causa ejecutoria, no es definitivo. Yo te digo lo que hicimos: que no hubo dolo, nunca dejaron de estar custodiados los paquetes, tanto en el INE como en la Comisión Estatal Electoral”, dice. Cuando se le pregunta por qué, entonces, el Tribunal cambió los resultados en esos dos municipios, Garza Castillo señala que las razones hay que cuestionárselas a ellos. “Eso tienes qué ir a preguntárselo a los magistrados o leer su sentencia. Yo tengo la conciencia tranquila y seguiré defendiendo el trabajo de aquí. Aquí se hizo por defender la voluntad general manifestada en las urnas y reivindicar el trabajo de los funcionarios”, dice. En las pasadas elecciones municipales, el PRI y el PAN se acusaron mutuamente de trampas en decenas de casillas de municipios de Monterrey y Guadalupe. El Tribunal Estatal Electoral (TEE) revirtió el pasado 17 de agosto las elecciones en ese municipio y ordenó que le fuera retirada en los dos municipios las constancias de mayoría a los albiazules Felipe de Jesús cantú y Pedro Garza, para dárselas a los nuevos ganadores tricolores, Adrián de la Garza y Cristina Díaz, con el argumento, según trascendió, de que hubo amaños en conteos, traslados y custodia, que motivaron la invalidación de paquetes electorales. El árbitro electoral nuevoleonés invita a la ciudadanía en general a analizar a detalle la argumentación del TEE, para que conozca las causas por las que procedieron las impugnaciones promovidas por el PRI. “Niego que haya irregularidades, porque por más confusión y sobrecarga, no puede un partido político permitir que otro le meta un gol. Ahí están en todas las casillas, aquí estaban (…) Ya las sentencias te pediría que las sistematices, les metas el microscopio, las analices con los criterios que usan para que juzgues con tu propio juicio, porque yo no puedo decir nada eso porque todavía está la cadena impugnativa”, enfatiza. A diferencia de las voces que han señalado que hubo fraude electoral, Garza Castillo señala que, las fallas que él observó en el proceso del 1 de julio son atribuibles a la casilla única impuesta desde el mismo Congreso en el 2014, lo que ocasionó que, en el caso de Nuevo León, los mismos funcionarios de casilla tuvieran que valorar hasta seis elecciones. Esta concentración de funciones en un centro de votación se estrenó en la entidad en el 2015, con éxito, aunque sin menos carga de procesos. La saturación de responsabilidades, alega, ahora provocó que los encargados de contar votos acusaran sobrecarga de trabajo, fatiga, lo que los llevó a confusiones, aunque sin dolo. “No hay ni dolo, ni irregularidades, te lo afirmo y te lo sostengo. No hay situaciones que puedan ser sistemáticamente percibidas como dolosas, insisto. Lo que pasó es que hubo un poco de retardo de tiempo por la carga de trabajo. Hubo retardo para atender a la gente, porque se congestionaba el tiempo para que la gente colocara las boletas. Pero el retardo fue en escrutinio y cómputo, al llenar actas”, explica.      

Comentarios