Esencia sanadora del trovero Arturo Meza

miércoles, 29 de agosto de 2018 · 18:26
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Esencias se intitula el nuevo trabajo musical de Arturo Meza (Tocumbo, Michoacán; diciembre 15 de 1956), artista espiritual, trovador independiente y compositor cercano al movimiento de rock rupestre en la década de los ochenta, quien respondió a un amplio cuestionario enviado por la agencia informativa Apro para el suplemento Cultura en la Mira. Aquella extensa entrevista con el también escritor y multi instrumentista Meza, cuya reciente grabación suma la número 35, fue considerada por él mismo como “esencial, pero no experimental”, amén de significar “la concreción consciente y plena de mi alma”. Quien redacta esta su gustada columna Silencios.Alteraciones agradece al sociólogo chihuahuense Adrián Botello Mares (1984), de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, creador del Catálogo subjetivo de la dialéctica de la canción: la herencia musical de Rockdrigo González (2010), su generosa participación en la charla con Arturo Meza, que aquí ofrecemos fragmentada. --¿Qué podemos esperar de Esencias? --Hay música bella, una bella conjunción armónica de sonidos y poesía. Voy desde la balada medieval simple hasta música sinfónica con una inevitable razón de ser así; el alma de los textos lo exigió de esa manera. “Ahora hay muchos arreglos sinfónicos a grupos de rock, pero la mayoría me parecen ridiculeces: El Tri, Soda Stereo, Rock en tu idioma… Un tema que me sorprendió fue el de José Fors a ‘Señorita cara de pizza’, es excelente el arreglo sinfónico, ¡aunque la letra no me gusta nada! Si escuchas canciones mías como ‘Corazón de polvo’, ‘Exiliado celeste’, ‘Migrantes’ o ‘Barca de sal y luz’, tu alma pide que aquel manantial desemboque en mares sinfónicos. A ello apelo en algunos temas de este mi CD Meza esencial”. Participan en él los músicos: Eblén Macari (vihuela renacentista) y Olga (esposa de Eblén) al clavecín; Mario Salinas (en viola da gamba), Aída Cristina Hinojosa (violoncelo); Jarris Margalli (guitarra eléctrica), Marco Corona (del grupo progresivo Códice, en la eléctrica), Ana Elisa López (batería), Gerardo Triana (bajo), Javier Martín del Campo (de La Revo, guitarras procesadas), Pierre Chaurand (de Fachada de Piedra, batería), Servando Ayala (de Spiders, teclados), Jorge Salles (de 39.4, contrabajo), la soprano sonorense Gabriela Ahumada, e ingeniería de Fernando Díaz. Verbo y sanación La cosmovisión de la población indígena es recurrente en la literatura de Arturo Meza, quien afirma: “Confío en los guardianes de la tradición de las culturas arcaicas. Los nuevos esenios son los mismos de la antigüedad, mantienen viva la flama (de Cristo), y las etnias mexicanas hacen lo propio. Yo en mi libro El Diablero (Gente de México, 1995) fortalezco y me hago uno con la magia de nuestro país; no dejo que agonice ni mucho menos que muera lo que amo de esta tierra que nos alberga”. --¿Qué experiencias podría compartir de las bondades del mestizo y del criollo en México? --Mi mente no tiene esas categorías de subdivisiones de criollos, indígenas, sangre azul, negra o verde. Todos tienen el compromiso ante la vida de despertar en el amor y ejercerlo… “El soberbio de antaño tiene cuentas amargas por pagar en la más profunda de las supuestas indignaciones para recuperar su humildad. Imagina que la mente posee ciertas placas que podríamos llamar conductuales y vienen sucias por el paso de los siglos. Limpiarlas duele, pero es necesario, ya que imagina que, en el organismo, dentro de la masa física, existen otras placas que podríamos llamar metabólicas; éstas se ven afectadas por la suciedad de las conductuales. Nuestra historia kármica es fácil de limpiar, la naturaleza provee y auxilia en toda magnitud. Además de la interrelación de los unos con los otros, que es donde se da la lectura de nuestras placas”. --¿Considera sus presentaciones como una labor, un trabajo, donde se conoce esa diversidad? --“Trabajo” es un término terriblemente frío y desolador, creo que viene de un instrumento de tortura llamado trabare. La única misión del ser humano es quitarse el miedo e ir en aras de la libertad. Alguien libre en un mundo de prisioneros no padece hambre. El trabajo hoy por hoy esclaviza, no hace libres a los hombres. Yo no trabajo, hago felices a los demás, escribo; es un placer, hago música; sano, armonizo, es un bello placer y por ello recibo besos, abrazos y dinero que me permite seguir... En el año 2010 redactó el documento México Nación en el que expuso “un sistema de nación, una nueva revolución sustentada en principios rectores universales”, donde en uno de los capítulos habla de las cooperativas, comentando que “si en un restaurante trabajan diez meseros, tres cocineras y ocho ayudantes generales, y cuyo patrón no es un buen patrón, explota, denigra, etcétera, yo propongo que se unan, no para rebelarse al dueño, sino para todos ellos montar su propio restaurante como cooperativa, y listo”. --¿Qué significado tiene la frontera norte de México para Arturo Meza? --No creo en las fronteras. Si reinase el amor no habría fronteras…  Socializar la tierra ociosa es otra de mis propuestas en ese documento que hice llegar tanto a Evo Morales como a Andrés Manuel López Obrador en su casa de campaña, cuando Felipe Calderón le robó por fraude su elección… Ahora bien, hay en verdad personas que buscan llegar a ese país norteño tan espeluznante por malos proyectos económicos de sus países. Yo como millones nos hemos quedado a realizar nuestra misión en la peor de las miserias, represiones y corrupciones que emanan del falso poder en este país. --¿Cómo valora el sincretismo religioso en su propuesta? --Religare es igual a unir mi música, mi terapéutica, mi literatura. Mi religión es la justicia, el amor, la verdad. El problema de la discordia entre religiones es que tienen fronteras y categorías xenofóbicas y racistas, que nada tienen que ver con el término religare, con la unión fraternal. Cada quien posee su verdad y la defiende a espada, arcabuz, ballesta y bombas nucleares. No debemos tomarnos tan en serio ni con tanto ahínco la solemnidad religiosa. “A Jesús le encantaría que carcajeáramos, que sonriéramos hasta en nuestro propio velorio. La vida es eterna y bella, tenemos la eternidad para divertirnos. La religión del flagelo fastidia; la de la culpa y del pecado, destruye. Nuestra religión debe ser, para comenzar, nuestro respeto a todas las especies y a nuestros semejantes. Ahí ya hay sabiduría.” --¿El conocimiento es o debe ser silencioso? --El conocimiento debe ser escandaloso, debe resonar en todo espacio muerto que el ruido ha aniquilado, el conocimiento debe ser estruendoso, mayor que el ruido de las guerras, que el ruido de las motocicletas de los impotentes. Mayor que el ruido de los narcocorridos y música banda y música rock… “La única respuesta a todo es el amor, donde él gobierna toda ley está de más. Si reinase el amor no existirían tarjetas de identidad ni fronteras. Existiría la confianza, la armonía. El amor es la mejor música del universo. Yo opto por hacerme digno de tocar esa música, la que unifique, la que abrace, la que llene de esperanza a los caídos y desencantados”. --¿En sus terapias contempla el paradigma científico, físico, psicológico y psiquiátrico? --Mi medicina es amorosa, trabajo en correlación con los campos energéticos que da la proyección de voluntad consciente emanada del amor y de campos magnéticos pulsantes con excelentes resultados. Mi medicina es armonización; no me llamo médico ni permito que me llamen así, soy armonizador, afino cuerpos como afinar un instrumento… --¿Cómo vincula su labor médica con la artística? ¿Es equilibrio? --Es lo mismo. Mi música sana, divierte, hace sonreír, hace llorar; lava, exorciza, ama, te hace amar. Mis 34 discos han servido para tal efecto, lo mismo mis 22 libros de narrativa. “Es sumamente importante sanar para hacer que este espacio brille en luz armónica, en luz verdadera, no en simulacro. Hay artistas de la farándula que se visten y se disfrazan de falsa luz con sus reflectores durante sus shows y la gente está hipnotizada y se da cuenta cuando sale de ese espectáculo vacío. En mis conciertos ni a luz llegamos y agradezco eso, porque la luz la fabricamos ahí en el humilde escenario donde hay las mil carencias, menos de amor… Amar es la verdadera ciencia del espíritu; amar a tu peor enemigo y perdonar es un doctorado en amor, ¿Quién hace esto en este mundo? Sólo veo guerras y engaño. --¿Considera importante dejar una semilla sembrada de tu conocimiento médico? --Por supuesto que sí, por ello escribo; por ello respondo estas preguntas que amablemente me hacen, porque sé que llegarán a alguien y llevará a la práctica esto que digo, lo comprobarán y lo ejecutarán porque el mundo lo necesita. --¿Cómo evalúa su labor médica y artística en el paso por la vida? --No tengo esa capacidad de evaluar, sólo sé que en ello he puesto todo mi empeño y energía amorosa… Mi música fluye como el viento y como el agua, buscando oídos sanos y enfermos para amarlos. Sólo el hombre pide siempre recompensa por su supuesto amor otorgado.

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