Pixelatl, hacia una industria audiovisual propia

martes, 4 de septiembre de 2018 · 08:40
Con su séptima edición, que dará inicio este martes 4, Pixelatl se consolida como el festival internacional que reunirá a 80 especialistas en la producción audiovisual y representantes de grandes empresas de animación, videojuegos y cómics en el mundo, con el fin de encauzar el gran potencial de talento en nuestro país. Habrá, por ello, una cumbre de negocios para profesionales. Para su organizador, José Iñesta, se requiere de un instituto audiovisual que las autoridades no han dimensionado. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Pixelatl no se anda con juegos. El director del encuentro, José Iñesta, afirma que en México hay enorme talento audiovisual, y la prueba es la séptima edición del Festival Pixelatl –del 4 al 8 de este mes en Cuernavaca, Morelos–, que reunirá a las grandes empresas de animación, videojuegos, cómics, así como a especialistas de varios países. Dará cabida también a estudios nacionales en búsqueda de proyectos y coproducciones 100% mexicanas. En México se han realizado películas de animación de gran calidad, como La leyenda de la Nahuala (2007) y Día de Muertos que pospuso su estreno para 2018, y ahora mismo la recién estrenada cinta filmada en 3D, Ana y Bruno es un alarde tecnológico, “pero esta es sólo una pequeña gran muestra”, dice Iñesta, ingeniero mexicano en computación por la Universidad de Texas, en Austin, Estados Unidos. Nacido en 1974 en Cuernavaca, espera nivelar el concepto del mexicano como “consumidor de contenidos” a “creador de contenidos”. Y es que Pixelatl, fundado en 2011 (y cuyo nombre se tomó del “pixel”, la unidad mínima de una imagen en pantalla, y de “atl”, agua en náhuatl), se trata de un festival que busca fomentar el intercambio de conocimiento y experiencias, promover proyectos emergentes, pero sobre todo crear nuevos públicos y fortalecer el espíritu de la comunidad. En su séptima edición –luego de cinco en la CDMX y una en Cuernavaca–, contará con 80 invitados de 15 países, como Lee Unkrich, realizador de películas como Toy Story 3 y Coco –quien ofrecerá una clase-maestra sobre el proceso creativo–, Steve Ahn, director de Voltron y creador de Blossom Detective Holmes, y Deanna Marsigliese, directora de arte del estudio de animación Pixar para Los Increíbles 2; así como 15 nacionales, como Sofía Carrillo, guionista y directora recientemente nombrada parte de la Academy of Motion Picture Arts And Sciences en Estados Unidos, e integrantes del estudio mexicano Hyperbeard, que con el videojuego KleptoCats se situó en el top de las listas de descargas en varios países, entre otros. Además de vicepresidentes y ejecutivos de cadenas como Disney Worldwide, Warner Brothers Animation, Cartoon Network, Dreamworks TV, Amazon Studios, Mattel Creations, Nickelodeon y Discovery Kids, por nombrar a algunos, igualmente en pos de proyectos originales para desarrollar y coproducir. El festival, que este año tendrá el lema “Concordia. Sólo juntos prevalecemos”, arropará además a 19 empresas de Quebec, Canadá, que ofrecen 100 ofertas de trabajo para contratar ilustradores, animadores, modeladores 3D e ingenieros de audios; entre ellas, Framestore (Blade Runner y Harry Potter) y Rodeo Effects (Game of Thrones). –¿Qué nivel tiene el mexicano en tecnología? –Hay mucho talento mexicano. Pixelatl nace porque queremos crear una industria audiovisual en México, que todavía no existe, estamos dando pequeños pasos, pero debe ser una apuesta. Puede ayudar al país, no sólo por la posible derrama económica, sino por la transformación social que genera. Cuando eres capaz de contar historias, también eres capaz de cambiar tu propia historia. Contenidos nuestros Iñesta explica que México, a nivel interno, se caracteriza por ser consumidor de contenidos, tan sólo 29 millones de niños menores de 12 años consumen un promedio de 4.5 horas de contenido diario, y de ese tiempo el 60% no es apto para ellos: “El problema no es la cantidad, sino la calidad: El superhéroe sigue siendo el güero de ojo azul y la Barbie perfecta que no reflejan nuestro entorno. La idea es que consumamos nuestro contenido”, dice Iñesta, quien tiene maestrías en administración de empresas y gerencia internacional, con experiencia en el ramo de alta tecnología para Texas Instruments y mercadotecnia en Ford Motor Company. “Estamos generando un cine muy valioso, de denuncia, documental, pero el audiovisual está quedando de lado. México es la cuarta taquilla de consumidores de boletos, sólo detrás de Estados Unidos, China e India. A la fecha los niños siguen consumiendo caricaturas de hace treinta, cuarenta años. Debemos crear nuestras propiedades intelectuales originales (la creación de un producto/marca), una sola propiedad intelectual puede generar 500 millones de dólares por año. “Es una apuesta que puede generar derrama económica en diversos sectores, no sólo en la pantalla. Tenemos una audiencia que está desatendida en México. Con ciento veinte millones de habitantes, somos la ventana para América Latina (quinientos sesenta millones), y si consideramos al 13% de la población hispana en Estados Unidos, estamos desatendiendo uno de los mercados más importantes del mundo. Eso es por falta de apoyo del gobierno.” Informa que la inversión del festival es de 12 millones de pesos, un millón otorgado por la LXIII Legislatura de la Cámara de Diputados y el resto con patrocinio de la marca “México”, así como del municipio de Cuernavaca, y estudios nacionales –que patrocinan alimentos y eventos– como Migthy, SAE México, YogoMe Smart Kids, Ánima, Vanilla Studio, Hyperbeard.  Además de delegaciones que pagarán su acreditación, vuelos y hospedaje, como: Acción Cultural Española, la Agencia de Cultura de Japón, el Instituto de Cine y Creación Audiovisual de Ecuador, las representaciones de Quebec y de Ontario, Canadá, y Chile a través del estudio Chilean Animation. “Tenemos un instituto de cine que es obsoleto para las nuevas tecnologías. Tendríamos que tener un instituto de audiovisual mexicano, pero el Imcine no lo ve y no lo entiende. Este año ni siquiera nos acercamos a ellos. –¿México está en este momento para la creación del instituto? –Creo que perdimos una gran oportunidad cuando se creó la Secretaría de Cultura, pero espero que con el nuevo gobierno se apueste por un instituto audiovisual mexicano, que sea capaz de crear incentivos a videojuegos animación, realidad virtual, realidad aumentada, series, televisión. No todo ocurre en las salas cinematográficas, las pantallas también están en las manos. Tenemos que producir, apostar por el desarrollo de nuevas tecnologías y plataformas. Iñesta comenta que el año pasado, durante el festival, se promovió trabajo para 243 creadores nacionales, tanto en México como el extranjero. “Este año tendremos mucha audiencia especialista de California y Florida, Estados Unidos. Vienen porque saben que los tomadores de decisiones van a estar en Cuernavaca ¡estarán en México, para nosotros y América Latina! Algunos grandes nombres como Aaron Warner (productor de Shrek y Kung Fu Panda) vendrán sólo como público. Antes pedíamos que vinieran y ahora no nos damos abasto. Tenemos poco apoyo, y por ello muchos asistentes están viniendo por su cuenta.” El contenido del festival se estructuró en cuatro ejes, cuyas actividades sucederán de manera simultánea a lo largo de los cinco días: Doce proyecciones internacionales y el estreno mundial del cortometraje La Noria, del español Carlos Baena. Una Feria Creativa con exposiciones artísticas, muestras de animación en realidad virtual, un show room de videojuegos mexicanos, así como un foro de exhibiciones artísticas en vivo. 250 actividades de formación entre conferencias y talleres. Y una Cumbre de Negocios Creativos para profesionales, charlas, y pitches (presentaciones a posibles inversores) con creadores y ejecutivos internacionales. “Este es un encuentro hecho a partir de contar las historias y experiencias”, finaliza el director de Pixelatl. El costo de entrada es de 500 pesos por día, y se espera un estimado de 3 300 personas diarias. El programa completo está en pixelatl.com    Este texto se publicó el 2 de septiembre de 2018 en la edición 2183 de la revista Proceso.

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