Inmujeres: ¿un premio?

domingo, 9 de septiembre de 2018 · 08:35
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Una designación que tiene en ascuas al movimiento feminista es la que AMLO debe hacer respecto a la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres). Hay quienes se preguntan por qué no se ha nombrado todavía a la persona que lo va a dirigir. La razón de este silencio es normativa: la junta de gobierno del Inmujeres debe presentarle una terna a AMLO para que él decida. Y para que eso ocurra hay que esperar hasta después del 1 de diciembre. En “radio pasillo” circulan los nombres de muchas candidatas, pero en especial de cinco; por orden alfabético son: Ximena Andión, Maricela Contreras, Paola Félix, Nadine Gasman y Candelaria Ochoa. Conozco bien a las cuatro feministas y no sólo no conozco a Paola Félix, sino que me sorprende que esté siendo considerada junto con compañeras de sólida y larga trayectoria en el tema. ¿Qué ha hecho posible que su nombre esté junto al de destacadas luchadoras, funcionarias y académicas feministas? Félix tiene un perfil conservador y carece totalmente de trayectoria feminista, pero del Partido Verde se pasó a Morena para competir por la alcaldía de Cuajimalpa. ¿A eso se debe que Félix comparta espacio en una lista de conocidas defensoras de los derechos de las mujeres? ¿Quién la propuso? ¿El PES o tal vez Romo?, cuya fundación durante años operó un programa “pro-vida” muy en sintonía con la postura de rechazo del Verde a la interrupción legal del embarazo. Ante lo ominosa que resulta esta sorpresiva aparición de Paola Félix en la lista principal, no puedo menos que preguntarme qué es el Inmujeres para AMLO. Los temas relacionados con el género –es decir, con las ideas culturales sobre “lo propio” de las mujeres y “lo propio” de los hombres–, nunca han sido de su interés. Si bien Andrés Manuel ha armado un gabinete paritario, lo cual muestra sensibilidad respecto a la participación política de las mujeres, no imagino qué tipo de política espera que se impulse desde el Inmujeres. Además, algo ausente en lo que él ha escrito sobre “su proyecto de nación” es precisamente ese tema. No voy a repetir lo que he escrito en este espacio acerca de por qué considero que las instancias de las mujeres deberían evolucionar y convertirse en instancias de igualdad de género. Mi preocupación actual gira en torno al criterio de AMLO para la designación de la próxima presidenta del Inmujeres: ¿hará una retribución simbólica al Verde por su apoyo en Chiapas, una concesión a su operador empresarial (Romo) o dará un “premio”, sea “de consolación” o por “militancia”? Ojalá no sea ninguna de éstas. Espero que tome la decisión a partir del perfil idóneo que debe tener la elegida para conducir esa institución a fin de encarar con eficacia los problemas derivados de nuestro orden de género. Un grupo de destacadas feministas de distintas organizaciones le han hecho llegar a Olga Sánchez Cordero un perfil del tipo de funcionaria que requiere el Inmujeres. Ellas le señalaron la importancia de que llegue una mujer con un liderazgo excepcional que nos haga avanzar, que sea una mujer con una larga y probada trayectoria en el ámbito de los derechos de las mujeres, comprometida con la agenda feminista y que tenga las capacidades para formular e implementar, a partir del diálogo con las organizaciones feministas y de mujeres, la agenda de género que se requiere para lograr la igualdad sustantiva. También expresaron: Nos preocupa mucho que esa posición pueda ser ocupada por una mujer que no corresponda al perfil antes descrito, porque la responsabilidad que conlleva esta posición exige no sólo de un comprobado compromiso, sino de capacidades políticas y gerenciales, así como de conocimientos teóricos y técnicos que permitan una óptima gestión y avancemos juntas en los pasos necesarios para que el logro de los objetivos que compartimos. Si AMLO tomara en cuenta este criterio, tendría frente a él los currículum de las cuatro candidatas feministas –Andión, Contreras, Gasman y Ochoa– no para definir quién “lo merece más”, sino para elegir de acuerdo a la orientación de la política pública que quiera que se impulse desde el Inmujeres. Obvio que entre las cuatro hay distintos conocimientos y diferentes perspectivas. Por más que a mí me guste un poco más la visión que tienen dos de ellas, y de que considero que una tiene una mayor y más útil experiencia para ese puesto, esas cuatro feministas, que comparten el principalísimo valor democrático de la inclusión y conocen los mecanismos de rendición de cuentas y trasparencia, están más que sobradas para desplegar un proyecto valioso y necesario para AMLO en el Inmujeres. Como dicen las firmantes de la carta (entre las que no me encuentro) el Inmujeres es producto de la lucha social del movimiento feminista en México. No es un premio. Es una palanca crucial para avanzar en la compleja tarea de construir igualdad social entre los seres humanos. Y mientras hay candidatas cuya trayectoria en el feminismo y la izquierda las vuelve capaces para mover esa palanca hacia el objetivo de la justicia social, cada día aparecen más advenedizas y circulan más nombres. Tengo confianza en que Olga Sánchez Cordero sabrá separar el trigo de la paja y aconsejar a AMLO respecto a la terna que le presentará la junta de gobierno del Inmujeres. Este análisis se publicó el 2 de septiembre de 2018 en la edición 2183 de la revista Proceso.

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