La UNAM contribuye a verificar la autenticidad del cuarto códice maya más antiguo

martes, 25 de septiembre de 2018 · 09:25
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- De ser considerado apócrifo por la academia, el Códice Maya de México es actualmente el cuarto códice maya prehispánico legible más antiguo de américa, el más estudiado y en su autentificación participan expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Se le practicaron exámenes de datación, materiales orgánicos e inorgánicos, técnicas de factura, entomología, iconografía, microscopía, fotografía en el espectro visible e invisible, caracterización químico-mineralógica, morfometría, cronología, astronomía, estilo y simbolismo”, informó la máxima casa de estudios mediante un comunicado. En el estudio de las diez páginas que se preservan del códice, participaron expertos en disciplinas como física, estética, entomología forense, ingeniería y filología. Tomás Pérez Suárez, coordinador del Centro de Estudios Mayas del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFL), aseguró que durante la investigación del códice antes llamado Grolier, pudo constatarse que no forman parte de él técnicas o materiales que hayan sido introducidos a América tras la Conquista. “Jamás habíamos estado ante uno del siglo XII y ésa es una de las razones por las que parecía extraño. A diferencia del resto de los códices legibles que conocíamos, que se hicieron poco antes o después de la Conquista, éste proviene de un periodo del que tenemos poca información en cuanto a la arqueología e historia del arte”, refirió Erik Velásquez García, académico del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE), de la UNAM. Velásquez García agregó que el códice procede de saqueo y fue presentado en 1971, en la muestra Ancient Maya Calligraphy, realizada por el Club Grolier de Nueva York. Rápidamente se polarizó el mundo académico entre quienes defendían su autenticidad y quienes señalaron que si bien el papel del códice era antiguo, fue pintado en el siglo XX. “Se necesitaba volver a examinar las fibras, realizar estudios de radiocarbono controlados y más sistemáticos, microscopía y química orgánica e inorgánica”, añadió el historiador del arte.

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