CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El Banco Mundial (BM) redujo su pronóstico de crecimiento económico para México de 2.6% a 2.3% para el 2019, primer año del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. En su informe “Sobre incertidumbre y cisnes negros. ¿Cómo lidiar con riesgo en América Latina y el Caribe?”, dado a conocer este viernes, el organismo internacional señaló: “México, por otro lado, continúa registrando un rendimiento inferior al esperado, aunque cabe señalar que las prolongadas y difíciles negociaciones sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por su sigla en inglés), la incertidumbre política asociada a las recientes elecciones, y las dudas acerca de la continuidad de las políticas actuales han tenido una repercusión negativa sobre las perspectivas de crecimiento, al menos a corto plazo”. De acuerdo con el reporte, existen tres factores externos que siguen siendo relativamente positivos para la región: el fuerte crecimiento en Estados Unidos, el crecimiento en disminución, pero aún superior a 6% en China, y la recuperación del precio de las materias primas. Sin embargo, uno de los nubarrones que se ciernen sobre el horizonte es, acotó el documento, es la normalización de la política monetaria en Estados Unidos que, al aumentar las tasas de interés, ha contribuido a una drástica reversión de la entrada neta de capitales a la región, un fortalecimiento del dólar, y una caída de la moneda doméstica en la mayoría de los principales mercados emergentes. Aunque el estudio del BM no considera la llegada del acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés) deja ver su preocupación por la sostenibilidad de algunas reformas claves en México y las guerras comerciales que estallan con alarmante frecuencia y afectan a los mercados cambiarios. De hecho, explicó que la volatilidad de la entrada bruta de capitales privados (en relación con el PIB potencial) para toda la región es la más alta de entre todos los mercados emergentes (junto con Asia emergente). Entre las subregiones, Sudamérica y México sufren alrededor del doble de volatilidad de los flujos brutos de capital privado que experimentan las economías avanzadas. Otro de los riesgos a los que está expuesto México en los últimos años, recordó el organismo, son las fluctuaciones del precio del petróleo implican inestabilidad para los productores y los exportadores netos de petróleo como nuestro país. Al respecto, el Banco Mundial señaló que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de compra opciones de venta que otorgan al país el derecho a vender petróleo a un precio futuro predeterminado (las cuales serán ejecutadas en caso de que el precio de mercado sea menor que el precio de ejercicio). Desde 2001, detalló, México ha gastado, en promedio, alrededor del 0.1% del PIB cada año para disponer de esta opción. México ha ejercido esta opción solo en 2009, 2015, y 2016, con ganancias que representan el 0.5, 0.6, y 0.3% del PIB, respectivamente. Venezuela arrastra crecimiento de AL Para América Latina en su conjunto, el BM prevé un crecimiento de 1.6%. Sin embargo, quitando a Venezuela, la región crecerá hasta 2.1% en 2019, ya que el país gobernado por Nicolás Maduro tendrá una recesión de 8.4%. Otro país que tendrá una economía en picada es Argentina con un retroceso de 1.6%. “Durante los últimos meses, desafortunadamente, algunos obstáculos han aparecido en el camino hacia la recuperación”, precisó el organismo internacional. “Los esfuerzos de Argentina para transformar su economía, al tiempo que confrontaba el desafío de lidiar con desbalances macroeconómicos y mitigar los costos sociales de la transición, tomaron un giro inesperado cuando, el 8 de mayo, el gobierno anunció que solicitaría al Fondo Monetario Internacional (FMI) considerable apoyo financiero para asegurar el pago de sus obligaciones externas durante los próximos tres años”, detalló el documento. Mientras que, para la crisis de Venezuela, la situación ya afecta a su país vecino Colombia a donde han emigrado millones de nativos de la república bolivariana. Según la Organización Internacional para las Migraciones de las Naciones Unidas, más de 1.6 millones de personas han abandonado Venezuela desde el 2015, lo que está ejerciendo aún más presión sobre los recursos sociales y de vivienda en los países vecinos, sobre todo en Colombia, que actualmente alberga un estimado de 935 mil migrantes venezolanos.