El IPN lucha contra el pulgón amarillo y los insecticidas

miércoles, 17 de octubre de 2018 · 21:56
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Mucho se ha hablado de los efectos nocivos que pueden causar los insecticidas y pesticidas que se utilizan en las cosechas y plantíos, tema que la industria de los químicos ha negado o, por lo menos, minimizado como causantes de enfermedades como el cáncer. Por ello, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) busca la protección del medio ambiente y la salud humana. Alfredo Jiménez, científico del instituto adscrito al laboratorio de Interacciones Planta-Insecto del Centro de Desarrollo de Productos Bióticos (Ceprobi), resaltó que ahí trabajan en métodos de control biológico que permitan manejar las poblaciones sin dañar al medio ambiente con plaguicidas artificiales e incorporar toda esa información en un paquete de manejo agro-ecológico que pueda ser producido de manera comercial en un futuro. Lo anterior, a raíz de que el politécnico dio a conocer que investiga métodos para contrarrestar los daños causados por la plaga del pulgón amarillo del sorgo (Melanaphis sacchari), polisón que llegó a México hace cinco años proveniente de Estado Unidos y ha dañado cultivos de al menos 24 estados del país. La idea es utilizar a los propios depredadores naturales de este insecto para evitar el uso de sustancias químicas en su erradicación. Y es que, la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria lo ha considerado como una plaga de importancia económica, ya que ha dañado cultivos de sorgo, avena, caña de azúcar, trigo y cebada, además de alojarse en otras plantas como arroz, maíz y zacate Johnson, lo que ha provocado pérdidas millonarias. Las cosechas de sorgo dañadas, según el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo, Pesca y Alimentación (Sagarpa), se localizan en los siguientes estados: Campeche, Coahuila, Colima, Chiapas, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán, donde en suma alcanzan cinco mil 198 millones de toneladas anuales, con un valor de 17 mil 200 millones de pesos, mismos que se han visto mermados, pues en algunos estados las pérdidas representan hasta 100%. El pulgón amarillo no es propio de nuestro país. Llegó en 2013 proveniente de Estados Unidos. Según Jiménez Pérez, doctor en Protección Vegetal por la Universidad de Massey, Nueva Zelanda y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SIN) Nivel II:
“Al ser una plaga nueva se desconocía cómo controlarlo. Se optó por utilizar insecticidas sintéticos que causaron daños a plantíos, a los organismos benéficos y al medio ambiente, pero no se resolvió el problema”.
Como la evidencia mostró que la aplicación de insecticidas no controló a las poblaciones del insecto, en 2016 se intentó el control biológico mediante liberaciones masivas de su depredador, la especie Chrysoperla sp, también conocida como crisopa verde, mosca de ojos dorados o león de los áfidos, que son sus enemigos naturales. El IPN refirió: “El éxito en los programas de control biológico dependen del conocimiento específico de la interacción de los organismos controladores con las plagas en el tiempo y el espacio”. Por ello, el proyecto Respuesta Funcional de Chrysoperla sp sobre Pulgón Amarillo en Condiciones de Laboratorio, que realiza el estudiante de doctorado en Ciencias en Manejo Agroecológico de Plagas y Enfermedades del Ceprobi, Luis Eduardo Herrera Figueroa -con la asesoría de Jiménez Pérez-, tiene como objetivo “conocer la capacidad de depredación en función de la densidad y estado biológico de la presa y el depredador”. Por lo pronto, el IPN buscará saber en qué estado larval y cuantitativo del depredador se necesita liberar para contrarrestar el crecimiento poblacional de pulgón y así integrar a futuro este y otros conocimientos en un paquete tecnológico confiable, basado en la investigación realizada en las condiciones del sector agrícola nacional.

Comentarios