Piñera entorpece la investigación del Caso Neruda

viernes, 2 de noviembre de 2018 · 10:16
Dos laboratorios, uno en Canadá y otro en Dinamarca, están realizando exámenes forenses que podrían demostrar que el poeta chileno Pablo Neruda, Premio Nobel de Literatura en 1971, habría sido asesinado y que no murió de cáncer, como estipuló la dictadura de Pinochet. Sin embargo, el actual gobierno de Chile, encabezado por Sebastián Piñera, inexplicablemente se ha negado a pagar esas pruebas periciales, lo que mantiene entrampado el Caso Neruda. SANTIAGO (Proceso).- “Es una tristeza para Chile y un agravio para nuestro pueblo el que su gobierno no pague los exámenes forenses que se hicieron en el extranjero y que están resultando claves para comprobar que Neruda fue asesinado.” Dice lo anterior en entrevista Manuel Araya, quien fue chofer y asistente del poeta Pablo Neruda, en alusión a la renuencia gubernamental a pagar los 37 mil 165 dólares que se adeudan a los laboratorios de las universidades de McMaster, Canadá, y Copenhague, por los trabajos ya realizados en torno a esta causa.  Esta deuda ha provocado que el ministro de la Corte de Apelaciones, instructor del caso, Mario Carroza, se niegue a autorizar la realización del principal examen restante: la toma de muestras de tierra en los alrededores de la tumba de Neruda , en Isla Negra, a fin de descartar la posibilidad de que la abundante cantidad de bacterias clostridium botulinum –presentes en un molar del cadáver del poeta– tengan su origen en una contaminación externa. Esta neurotoxina bacteriana causante del botulismo fue hallada por el Segundo Panel Internacional de Expertos del Caso Neruda –también conocido como Panel II– que, reunido en octubre de 2017 en la capital chilena, determinó que el poeta no murió de “caquexia por cáncer metastizado de próstata”, como afirmaba la versión oficial construida por la Junta Militar encabezada por Augusto Pinochet.  Esta versión se basaba en el certificado de defunción emitido un día después del deceso del poeta, ocurrido la noche del 23 de septiembre de 1973 en la clínica Santa María de Santiago.  El Panel II estaba compuesto por científicos de Dinamarca, España, Canadá, Estados Unidos y Chile, entre los que destacan Heindrick y Debi Poinar, matrimonio de genetistas de la canadiense Universidad de McMaster.  El tanatólogo español Aurelio Luna puntualizó –el 20 de octubre de 2017, al informar ante la prensa internacional los resultados del trabajo del panel– que “se necesita una serie de estudios complementarios que se están desarrollando, tanto en los laboratorios de la Universidad de Copenhague como en Canadá, para poder establecer si se trata de un origen endógeno o si ha podido ser suministrada con intenciones criminales por un tercero o bien si se trata de una contaminación y carece de relevancia en el caso”. Luna, académico de la Universidad de Murcia, anunciaba además –acompañado por otros 11 expertos– que estudios de genómica microbiana permitirán confirmar o excluir, en un lapso de entre seis meses y un año, si Neruda fue o no asesinado, “ya que con los resultados actualmente existentes, y a la espera de estos resultados, no podemos excluir ni confirmar la naturaleza natural o violenta de la muerte de Pablo Neruda”. Cabe consignar que la causa 1038-2011 “Caso Neruda” fue abierta el 31 de mayo de 2011 tras una querella presentada por los abogados Eduardo Contreras y Pedro Piña en representación del Partido Comunista de Chile. Esto ocurría 23 días después de que se publicara en este semanario (Proceso 1801) el reportaje Neruda fue asesinado. Éste provocó impacto mundial ante las revelaciones allí entregadas por el asistente del poeta, Manuel Araya, quien después de 38 años pudo hacer oír su testimonio sobre lo realmente ocurrido con el Premio Nobel chileno en sus instantes finales. Las conclusiones del segundo panel de expertos contradicen radicalmente lo afirmado por un primer panel del caso Neruda. Éste, congregado en Santiago el 8 de noviembre de 2013, aseguró –en voz del entonces director del Servicio Médico Legal de Chile, Patricio Bustos– que “no se ha encontrado evidencia forense alguna que permita establecer una etiología médico-legal por causas no naturales en la muerte de Pablo Neruda”. Esto motivó que la prensa mundial prácticamente diera validez a la versión oficial. No obstante, el empuje de los querellantes –el Partido Comunista y los sobrinos de Neruda– y las investigaciones de prensa permitieron que el caso Neruda siguiera abierto. Araya estima que “es irrisorio que Piñera no quiera pagar… ¡creo que este gobierno no quiere que se sepa quién asesinó a Pablo Neruda!”. El chofer del poeta no tiene dudas: “¡Pablo Neruda fue asesinado por la dictadura militar de Augusto Pinochet! Y ellos –gobierno y derecha– lo saben bien claro, porque fueron parte de estos crímenes de la humanidad, de los cuales se cometieron muchos en este país”. Agrega: “A Chile le corresponde pagar porque el Estado de Chile asesinó a Pablo Neruda… y el gobierno no quiere que esto se sepa… quieren callarlo”. Finalmente hace una reflexión que es a la vez un reconocimiento: “Chile ha callado el crimen de Neruda. Si no hubiera sido por México y su revista Proceso, este caso nunca se habría sabido”.  Piñera contra Neruda “El presidente (Sebastián) Piñera está siendo inconsecuente y tiene una deuda con un chileno que es personaje histórico y mundial”, dice a Proceso el abogado querellante en el Caso Neruda y representante legal de la familia del poeta, Rodolfo Reyes Muñoz. Añade: “Resulta que el estudio clave para poder determinar esto está detenido por no pago del Estado”. Y agrega: “El ministro Carroza tiene toda la buena voluntad por terminar de la mejor manera este asunto, pero no puede ordenar la diligencia que falta por el no pago a los laboratorios”.  Reyes denuncia que el gobierno “se está dando vueltas y vueltas y no soluciona nada, perjudicando la investigación”.  En efecto, el Ministerio del Interior, querellante en esta causa, dice que no tiene “plata” para pagar pruebas periciales a los laboratorios de Canadá y Dinamarca. Así se expresó la jefa de la División Jurídica de la mencionada cartera, Ximena Risco, en carta a Carroza el pasado 30 de agosto. El pasado 21 de agosto Andrés Chadwick, ministro del Interior, giró instrucciones al contralor general de la República, Jorge Bermúdez, para que se pronuncie respecto de la obligación que tiene el Ministerio por él encabezado de financiar los exámenes.  Argumentó que los fondos asignados a ese tema fueron generados en 2015 –durante el mandato de Michelle Bachelet– por el Programa de Derechos Humanos del Ministerio de Interior, y que las funciones de éste fueron traspasadas en 2017 al Ministerio de Justicia, por lo que no le correspondería a su cartera generar el pago. Para la familia de Neruda “el problema interno del gobierno, respecto de a quién le corresponde pagar, lo debe superar el gobierno mismo, pero lo importante es que pague”.  Subrayan que el Estado de Chile –en la anterior administración, la de Bachelet– se comprometió a pagarles a los laboratorios extranjeros; el actual gobierno de Piñera hasta la fecha no lo ha hecho.  Reyes, a su vez, manifiesta que en el Caso Neruda “hemos recorrido cientos de kilómetros y cuando estamos a metros de llegar a la meta se interrumpe todo por falta de pago… ¡Esto no puede ser!”. La burla y el desagravio Reyes y su colega Elisabeth Flores –con quien comparte rol como querellante en el Caso Neruda– realizaron recientemente una gira por Europa que tuvo sus más exitosas escalas en Madrid y Barcelona.  El 21 de septiembre fueron invitados principales en un homenaje a Neruda que se realizó en la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid. Éste fue promovido por su rector, Carlos Andradas, y por el emblemático juez Baltazar Garzón, y contó con la participación del cantante Paco Ibáñez y de Mario Amorós, biógrafo del poeta. Allí Reyes dio a conocer las trabas que el gobierno chileno pone al avance de la justicia, información que fue reproducida por las agencias internacionales. Pese al escándalo provocado, La Moneda –sede de gobierno– no ha dado muestras de dar un giro en su más que cuestionable comportamiento. Este proceder es más que una casualidad, parece ser la norma de la administración de Piñera. Prueba de ello es la negativa a apoyar el acto impulsado por los familiares de Neruda, en Barcelona, con motivo del 45 aniversario de la muerte del Premio Nobel chileno. El cónsul de Chile en la ciudad condal, Jaime Bascuñan, justificó su proceder en “las inconveniencias de llevar un acto promovido por las autoridades del gobierno de Chile en momentos en que el tema del independentismo de Cataluña es un hecho muy sensible y complejo, que está siempre presente en las distintas actividades públicas que se llevan a cabo, especialmente en actos como el propuesto”, tal como consta en un correo electrónico del 13 de agosto, dirigido a Rodolfo Reyes.  El “diplomático” sugirió a la familia del poeta esperar “hasta que Barcelona reencuentre un escenario más tranquilo y óptimo que permita celebrar una iniciativa como la que usted propone. Quizás la celebración del 50º aniversario de la muerte de Pablo Neruda podría considerarse, pero, previamente, la propuesta deberá contar con la autorización de nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores y de nuestra Embajada en España, tras someterla a una evaluación previa a la luz de las circunstancias correspondientes”. Reyes definió como una “burla” la contestación del cónsul chileno y una muestra del desinterés que la figura de Neruda genera en las actuales autoridades.  Pese a este nulo apoyo, el acto se realizó el 23 de septiembre en la Plaza Pablo Neruda –antes Plaza de la Hispanidad– de Barcelona. Esencial en esto fue el impulso aportado por el emblemático concertista chileno Eulogio Dávalos, quien preside el Centro Cultural Salvador Allende de aquella ciudad.  Igual de relevante fue el respaldo de la alcalde Ada Colau, quien les dio a los representantes de Neruda trato de reyes: no sólo apuntaló su acto de homenaje con todos los recursos disponibles, sino que comprometió respaldo a futuras iniciativas relacionadas con la memoria del poeta chileno. Como se ve, Piñera y su gobierno hacen todo lo posible por impedir que haya justicia para Neruda, quien fue no sólo un grandísimo poeta, sino un feroz defensor del pueblo y de la revolución chilena, lo que le ganó el odio de la oligarquía y la derecha. Este reportaje se publicó el 28 de octubre de 2018 en la edición 2191 de la revista Proceso.

Comentarios