CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Luego que jugadores del Boca Juniors fueran agredidos por seguidores del River Plate en su traslado al Estadio Monumental, la Conmebol decidió que la final de vuelta de la Copa Libertadores se jugará el día de mañana. Esta decisión fue tomada luego que, a lo largo de la tarde, el encuentro se pospuso en al menos dos ocasiones. El partido fue reprogramado para jugarse a las 14:00 horas tiempo del centro de México. Jugadores xeneizes habían manifestado que no estaban en condiciones de disputar el partido, ya que algunos como Pablo Pérez sufrieron lesiones. Más temprano, el autobús que transportaba a los jugadores del equipo Boca Juniors fue apedreado y rociado con gas pimienta en su camino al Estadio Monumental. El chofer de Boca terminó desmayado, mientras que los jugadores tuvieron que tirarse al piso para evitar el impacto de los gases, lo que derivó en quejas oficiales por parte del club. El Estadio Monumental abrió sus puertas desde temprano para recibir a los 60 mil fanáticos que alentarán sólo a River Plate, ya que por cuestiones de seguridad en los partidos en Argentina no se permite público visitante.