La maestra de kínder”: obsesión por el arte

domingo, 2 de diciembre de 2018 · 10:32
MONTERREY, N.L. (proceso.com.mx).- La maestra de kínder (The kindergarten teacher, 2018) es una obra que provoca enorme incomodidad. Observa, con curiosidad y preocupación, cómo el anhelo de una persona por trascender, puede romper barreras de moralidad y conducir hasta peligrosos territorios de autodestrucción. La maestra Lisa (Maggie Gyllenhaal) tiene una personalidad extremadamente compleja. Bajo su traje social de maestra comprometida, esconde una mentalidad obsesiva que bordea los terrenos de la insanidad. Acude a clases para aprender poesía, convive con su marido y sus hijos adolescentes en una aburrida existencia de clase media. Pero su hambre por convertirse en artista parece insaciable. Y cuando el destino le presenta la oportunidad de convertirse en creadora destacada, toma la oportunidad y atropella su propia honestidad. https://youtu.be/AE10EG-m-_g Remake de una película homónima producida en Israel, la cinta brilla por su originalidad. El guión de Nadav Lapid se concentra en Lisa como un ser humano que no se percata de los alcances de sus actos, atrevidos y cuestionables. Sin saberlo, está dispuesta a hacer lo que sea por obtener notoriedad. Lo peor de todo es que carece de talento y nunca pasará de ser lo que se llama una diletante. Sin embargo, eso no le impedirá alcanzar su sueño. En su vida se atraviesa el pequeño Jimmy (Parker Sevak) un niño de 5 años, superdotado para las letras. Parece un milagro la manera en la que el chico entra en trance para dictar poesía maravillosa, imposible para su edad. Pero nadie se ocupa de cultivar al genio. El niño pasa sus días en la guardería y, en casa, sus inspiradas creaciones se pierden en el aire. El gran giro de la historia es lo que la maestra decide hacer con el talento del prodigio. Obsesionada con su potencial, se empeña en protegerlo y asumir su tutoría hasta que el impulso se tuerce horriblemente, para hacer uso indebido de los poemas que surgen de la mente asombrosa. Con gran dramatismo, se percibe como la profesora va deslizándose peligrosamente hacia un estado de fascinación enferma. En un intento por proteger al menor, se apropia de atribuciones que no le corresponden y traspasa varios límites, hasta entrar en la zona oscura de la ilegalidad y el crimen. Gyllenhaal está en plan superior. Es sorprendente su interpretación de la maestra de moralidad ambigua. Enseña, con inquietante precisión, como una dama de sociedad, trabajadora y ama de casa puede convertirse en un ser absolutamente diferente, cuando encuentra la libertad para meterse en un ambiente que le permite intimidad y anonimato. Lo que hace la maestra merece reproche. Sin embargo, el sentimiento, al final es de pena y, si acaso, lástima. La maestra de kínder es una pequeña gran película, que puede dejar una angustiosa sensación de desagrado.

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