2019 abre una nueva cultura salarial, entre los reclamos de la IP y las objeciones de Banxico

miércoles, 2 de enero de 2019 · 19:04
CIUDAD DE MÉXICO (apro). – El 2019 inicia con un aumento del Salario Mínimo General (SMG) considerado como “histórico” tanto para el sector obrero, patronal y gobierno: Se trata de un salto de los 88.36 a 102.68 pesos; es decir, del 16%, lo que significa que, por primera vez en la historia, el SMG irá a la par de la Línea de Bienestar Urbana planteada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que equivale a los tres mil 61 pesos mensuales. Los 102.68 pesos se determinaron, partiendo del actual SMG de 88.36 pesos diarios, adicionado de un incremento nominal en pesos, a través del llamado Monto Independiente de Recuperación (MIR) de 9.43 pesos diarios, y considerando un ajuste porcentual (ligado a la inflación) del 5.00%. Sin embargo, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), abandonó la ruta para uniformar el país en una sola Zona Económica Salarial, estableciendo un salario mínimo fronterizo en 176.72 pesos diarios en 43 municipios, lo que causó extrañeza en el sector patronal y en el académico. https://twitter.com/STPS_mx/status/1080276251766636544 El presidente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos Walther, fue claro al decir que dicha medida no fue apoyada por los empresarios y fue impulsada solamente por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. “Nosotros no impulsamos el que exista una zona salarial distinta en la frontera norte. La Coparmex sostiene que sólo debe haber una sola zona de remuneración salarial. Venimos de tener varias zonas en los últimos años, se avanzó de seis a tres  y de tres a una. Este es un paso en la dirección incorrecta. Nosotros pensamos que no debería existir esto”, señala en entrevista. Y remata “lo de la división de la zona fronteriza es una propuesta del gobierno federal. En esta región es que solamente 90 mil personas, en toda la franja fronteriza, que ganan el SMG. Si se hubiera aplicado en el país, si sería cercano a 5 millones y por esta condición, solamente muy poquitas personas lo ganan. La incidencia de este cambio va a ser imperceptible, nosotros planteábamos hacerlo en todo el país hacia el 2020”. Se trata de municipios como Ensenada, Playas de Rosarito, Mexicali, Tecate y Tijuana, en el estado de Baja California; San Luis Río Colorado, Puerto Peñasco, General Plutarco Elías Calles, Caborca, Altar, Sáric, Nogales, Santa Cruz, Cananea, Naco y Agua Prieta, en el estado de Sonora. Además, los municipios de Janos, Ascensión, Juárez, Práxedis G. Guerrero, Guadalupe, Coyame del Sotol, Ojinaga y Manuel Benavides, en el estado de Chihuahua; Ocampo, Acuña, Zaragoza, Jiménez, Piedras Negras, Nava, Guerrero e Hidalgo, en el estado de Coahuila de Zaragoza; Anáhuac, en el estado de Nuevo León; y Nuevo Laredo, Guerrero, Mier, Miguel Alemán, Camargo, Gustavo Díaz Ordaz, Reynosa, Río Bravo, Valle Hermoso y Matamoros, en el estado de Tamaulipas.  Aumento en zona fronteriza: con reservas De Hoyos Walther explica que “no nos oponemos porque los niveles que se han planteado para la zona fronteriza son niveles que tienen que estar para todo el país, pero no nos parece una buena idea… El planteamiento de la Coparmex es que en los próximos años, de ser posible de aquí a mayo del 2020, debemos aspirar a que haya un realineamiento otra vez. No va a ser sencillo porque el margen es bastante amplio”. En el mismo tono, el economista y académico del Posgrado de Economía, Juan Carlos Moreno-Brid, impulsor del aumento del salario desde la iniciativa del exjefe de gobierno de la Ciudad de México,  Miguel Ángel Mancera, mostró su extrañeza ante la decisión. “Un punto preocupante es el salario en la frontera. Lo que a mí me preocupa, no es tanto el salario en la frontera, sino también la baja del IVA, el ISR. Muchas cosas que están pasando en la frontera, la verdad sí es difícil saber qué va a ocurrir. No es la primera vez que se tienen zonas salariales distintas, pero sí con un amplio margen en los salarios mínimos”. Moreno-Brid va más allá, al dejar claro que con el cambio de gobierno, la batalla era muy fácil ganarla, tanto políticamente como en la práctica, luego de que en la administración de Enrique Peña Nieto la política salarial se olvidó hasta en los últimos dos años de su gobierno. No obstante, aunque el SMG tuvo una recuperación importante, el impacto del incremento en los precios  de las gasolinas prácticamente “se comió” al salario. Eso sí, el doctor en Economía por la Universidad de Cambridge puntualiza que “ahora con dos salarios, se necesitan análisis técnicos sectoriales, con la productividad, con la evolución del empleo. Se necesita una Conasami potente técnicamente. Lo que se hizo ahora fue una labor que ya estaba hecha, nada más se le dio el banderazo de salida. De ahora en adelante es una labor de cirujano precisa y de un cirujano que negocia. Aquí es un concepto técnico, económico y político”. El líder de la Coparmex lo sabe y comenta que, para que dé resultado la nueva cultura salarial en el país, es necesario que la Conasami –ya sin Basilio González Núñez, quien ya acumulaba 27 años al frente del organismo tripartita– se transforme en la Comisión Nacional de Remuneraciones (Conare). “Pensamos que el mandato actual de la Conasami está corto, porque necesitamos una nueva política de Estado en materia de remuneraciones, construida de manera tripartita, pero con visión de largo plazo” Para la Coparmex , la Conare debe tener múltiples atribuciones que vayan desde la elaboración de políticas salariales y de prestaciones de largo plazo, hasta el desarrollo de propuestas de políticas tributarias que potencien el poder adquisitivo de los trabajadores. Asimismo, tendrá la misión de ser un órgano tripartito, colegiado, en el cual se desarrolle una política salarial que tome en cuenta diferentes puntos de vista. La patronal tiene claras tres condiciones al gobierno de AMLO para hacer crecer los montos salariales año con año: “Si vamos hacer un esfuerzo histórico por parte de los patrones para poder recuperar estos montos salariales, lo que pedimos al gobierno es que le ponga esas tres cosas: deducibilidad en prestaciones, modificar la tarifa del ISR y absorber parte del costo de la seguridad social que se encarecerá como consecuencia lógica de este incremento salarial”, señala De Hoyos Walther. Primero, explica, que se haga un ajuste en los próximos meses en la tarifa del ISR para las personas, de tal manera que los incrementos que se vayan logrando en el SMG no implique a los trabajadores que dicho aumento lo desplace la tarifa y lo que estén ganando por salario se pierda por impuestos; “tiene que haber un ajuste importante por parte de las autoridades fiscales”, consideró. En segundo lugar, abunda, “estamos planteando que se recuperen la deducibilidad de las prestaciones legítimas laborales que pagan las empresas a los trabajadores. Para que haya mayor bienestar es que no basta con el SMG, sino que se requieren otras prestaciones que paulatinamente se pueden ir incorporando, desde ayudas médicas, de transporte, etcétera”. “Para eso necesitamos que se recupere la deducibilidad plena y las prestaciones laborales que, a partir de la reforma fiscal que entró en vigor el primero de enero del 2014, quedaron sin ser deducibles”, puntualiza. Por último, el organismo patronal consideró que el gobierno federal en los próximos años deberá hacer aportaciones transitorias a la seguridad social, IMSS e Infonavit para que los patrones puedan ver esas mejoras salariales sin que les implique de un día para otro un incremento desproporcionado de sus obligaciones de seguridad social.  Banxico, con resistencia Así inicia una nueva etapa salarial en el país, aunque al Banco de México (Banxico) no le gustó mucho la idea. En su último comunicado de Política Monetaria, el banco central de plano aseguró que el aumento salarial es “un riesgo de carácter estructural” para la inflación. El Banxico advirtió que  “la inflación enfrenta riesgos de carácter estructural derivados de la posible adopción de políticas que pudieran conducir a cambios profundos en el proceso de formación de precios en la economía”. Mientras que sobre el salario, la institución encabezada por Alejandro Díaz de León soltó en su anuncio que, “considerando la magnitud de los aumentos recientes en el salario mínimo, además de su posible impacto directo, se enfrenta el riesgo de que éstos propicien revisiones salariales que rebasen las ganancias en productividad y generen presiones de costos con afectaciones en el empleo formal y en los precios”. Y dejó un mensaje para las autoridades encargadas de las revisiones salariales: “Para elevar de manera sostenida el poder adquisitivo de los salarios es necesario considerar el papel de otras políticas públicas, en particular fomentar la competencia en aquellos sectores de bienes y servicios con una participación elevada en la canasta de consumo de los segmentos de la población de menores ingresos”. – ¿El Banco de México sigue en la misma línea respecto al salario?  – se le pregunta a Gustavo de Hoyos –El Banco de México siempre ha temido esto. Sin embargo, entendemos que es su misión cuidar el poder adquisitivo de la moneda mexicana. Respetamos su opinión y entendemos la lógica en la que se da. Los análisis que tenemos en Coparmex nos dicen que no impactaron de manera significativa en la inflación en años anteriores. No va a darse en este caso tampoco. Qué bueno que está en la voz que llama a la ortodoxia, pero nos parece que el país tiene que avanzar en esta materia. En el mismo tono, Juan Carlos Moreno-Brid lanza: “El Banco de México siempre dice que su objetivo prioritario es bajar la inflación, mantenerla baja y estable. Si bien es cierto que es el fin prioritario, no es el único. Creo que no tienen el fundamento para poner en tela de juicio el aumento salarial. La vez pasada la inflación subió por gasolinazo, no por el incremento del salario y ellos lo saben”. Así las cosas, para el académico “la moneda está en el aire” en cuestión de reducir la desigualdad, ya que el aumento del Salario Mínimo General es buen comienzo, pero no la mejor herramienta como una reforma fiscal, la cual tendrá que impulsarla el nuevo gobierno “más temprano que tarde”. “Cuando se tiene un gobierno que pone a la igualdad en el centro de las preocupaciones, el instrumento más eficiente para combatir la desigualdad es la política fiscal y ellos mismos se están amarrando las manos en términos de una política tributaria… En términos de igualdad, el instrumento más importante para lograrla son los impuestos, otro es el salario mínimo y las transferencias que van bien, orientadas a grupos focalizados”, amplía el catedrático. Moreno-Brid remata: “Ahí lo que López Obrador quiere romper es ese círculo por dos lados. Uno es romper el cerco de la corrupción, porque es muy difícil decirle a la ciudadanía que vamos a hacer una reforma fiscal sabiendo que se están robando el dinero; es el primer paso de la reforma fiscal que tendrá que hacer en el tercer o cuarto año del gobierno. El segundo es el aumento al salario”.

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