CIUDAD DE MÉXICO (apro).- De manera cautelosa, el gobierno de México “solicitó” al de Estados Unidos una investigación exhaustiva sobre el violento repliegue de un grupo de migrantes a manos de agentes fronterizos, la noche del 31 de diciembre, en la línea que separa Tijuana y San Diego. Al igual que el pasado 25 de noviembre, los agentes estadunidenses dispararon con gases lacrimógenos a los centroamericanos que se encontraban en territorio mexicano con la intención de cruzar la barda para pedir asilo al gobierno de Donald Trump. Sin embargo, del lado estadunidense los hechos ya tienen explicación oficial: En un boletín difundido el pasado martes 1, el Departamento de Seguridad Interna (DHS, por sus siglas en inglés) aseveró que los agentes lanzaron gases lacrimógenos porque algunos centroamericanos les arrojaron piedras, y también planteó que las medidas represivas “no fueron dirigidas hacia los migrantes que intentaban entrar a Estados Unidos”. De igual manera, el DHS aseguró que “ningún agente fue testigo de que algún migrante en la barda fronteriza, niños incluidos, experimentara los efectos de los agentes químicos que fueron lanzados hacia los arrojadores de piedras a lo lejos”. En una nota diplomática que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) envió este jueves a la embajada de Estados Unidos, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador “lamentó que se registre cualquier tipo de actos violentos en la frontera con México”, y reiteró la petición del anterior gobierno de que se investigue la agresión del 25 de noviembre. “El gobierno de México mantendrá el enfoque de cooperación para atender el fenómeno migratorio de manera bilateral atendiendo sus causas y reconociendo que es una responsabilidad compartida”, planteó la Cancillería.