CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Alfonso Romo, jefe de Oficina de Andrés Manuel López Obrador, reconoció hoy que con la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) "perdimos mucha de la confianza ganada" entre los inversionistas internacionales, pero insistió en que con la llamada Cuarta Transformación "será más fácil" presentar a México como un país más seguro y menos corrupto.

"La relación con Estados Unidos no podría ser mejor", afirmó el hombre, a sabiendas que unas horas más tarde, el presidente estadunidense Donald Trump dará un discurso televisivo sobre el muro fronterizo.

También estimó que "el 30% del país está paralizado" por la inseguridad y la violencia: citó por ejemplo a Tamaulipas, Veracruz, y partes de Chihuahua o Sinaloa, entre otros; y aseveró que el gobierno recobrará confianza en esta materia. Durante su comparecencia en la XXX Reunión Anual de Embajadores y Cónsules, el empresario regiomontano alentó a los representantes de México en el exterior a mostrar "entusiasmo" para promover la inversión extranjera: "México necesita el capital privado extranjero para crecer, está hambriento de capitales", dijo.     México para los mexicanos A raíz de la desaparición de Proméxico, el canciller Marcelo Ebrard Casaubón encomendó ayer al cuerpo diplomático que asuma la representación comercial y aliente las empresas extranjeras a invertir en el país.

"A mí Proméxico no me preocupa", dijo Romo para calmar las preocupaciones que expresaron algunos diplomáticos. Aseveró que la mayor parte de las inversiones extranjeras provienen de Estados Unidos y, en menor escala, de España, donde "no necesitamos a Proméxico".

El hombre fustigó el discurso negativo que impera en México sobre la situación del país. "Nosotros somos buenos para no vendernos", afirmó. Insistió en que el nuevo gobierno revisará los 43 tratados de libre comercio que tiene México, pues subrayó que en 41 el país sale deficitario.

"Necesitamos ser más egoístas, México es para los mexicanos. Las primeras conversaciones con embajadores que tuvimos durante el periodo de transición han sido así: vamos a ampliar la relación comercial, pero la vamos a hacer más igualitaria", dijo.

Confianza  En este sentido, aseguró que habrá cambios en el funcionamiento de la banca de desarrollo, la cual en el estado actual "beneficia a las grandes empresas" y favorece la implementación de la inversión privada extranjera. "No vamos a financiar el desarrollo tecnológico de España", sostuvo. A lo largo de su intervención en la Cancillería, el empresario reiteró su confianza en los éxitos futuros del nuevo gobierno en materia económica.

"En el corto plazo venimos con una inercia del 2%, un cambio de gobierno siempre genera cautela en la confianza de los mercados", planteó, y añadió: "No dudo que en tres años estemos entre 3% y 3.5%".

Entre las señales alentadoras para el horizonte económico del país, Romo destacó la guerra comercial que libran Estados Unidos y China, la cual provoca el regreso de inversiones en el país.

"Durante la campaña nos decían que necesitábamos un Macron mexicano", recordó el empresario, y añadió, con un tono irónico: "Váyanse a Francia a ver cómo está el Macron francés" --en referencia a la ola de repudio contra el estadista galo, que se cristalizó en el movimiento de los "chalecos amarrillos"--.