CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La inflación cerró el 2018 en una tasa anual de 4.83%, presionada por el incremento constante de las gasolinas –aunque en los últimos meses se redujo-- y lejos de la meta planteada por el Banco de México (Banxico) que es del 3% (+/- un punto porcentual). De hecho, es el segundo año consecutivo que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se encuentra fuera del objetivo del banco central, ya que en el 2017 se abrió el mercado de las gasolinas en el país, provocando que la inflación se elevará a más del 6% durante dicho año. En el último mes del año, al interior del INPC, la inflación subyacente se elevó 0.47%, alcanzando una tasa anual del 3.68%. Este tipo de inflación se obtiene eliminando del cálculo del INPC los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, o bien que su proceso de determinación no responde a condiciones de mercado. Así, los grupos que se excluyen en el indicador subyacente son los siguientes: agropecuarios y, energéticos y tarifas autorizadas por distintos órdenes de gobierno. Por el contrario, la inflación no subyacente, que solamente incluye a estos últimos genéricos, registró un aumento del 1.39%, y una tasa anual del 8.40% en diciembre pasado. Los precios que más subieron durante el último mes del 2018 fueron algunos productos agropecuarios como el chile serrano, otros chiles frescos, nopales, el jitomate, el tomate verde, el chile serrano, el huevo. También el transporte aéreo y los servicios turísticos en paquete por la temporada vacacional. La vivienda propia; así como las loncherías, fondas, torterías y taquerías aumentaron sus costos. En contraste, disminuyeron los precios del gas doméstico LP, la gasolina de bajo octanaje, la gasolina de alto octanaje, el equipo terminal de comunicación, el servicio de telefonía móvil, los refrigeradores, el azúcar, las lociones y perfumes, el aguacate y la naranja, principalmente. En este contexto, el economista Jonathan Heath, quien fue propuesto para ser subgobernador del Banco de México acotó en su cuenta de Twitter: “Después de terminar 2017 con 6.77%, la inflación disminuye en 2018 a 4.83%. Sin embargo, la disminución fue en los primeros cinco meses del año cuando llegó a su punto más bajo de 4.51% en mayo; en los últimos siete meses del año permaneció dentro de un rango de 4.65 a 5.02%”. “Llevamos 16 años con el objetivo puntual de 3.0% para la inflación. Si utilizamos la inflación promedio del año como el criterio de medición, solo en 2015 y 2016 se cumplió con la meta”, agregó. Los riesgos En su último comunicado de política monetaria, el Banxico advirtió que la inflación enfrenta “riesgos de carácter estructural” derivados de la posible adopción de políticas que pudieran conducir a cambios profundos en el proceso de formación de precios en la economía. Además, consideró que la magnitud de los aumentos recientes en el salario mínimo, además de su posible impacto directo, “se enfrenta el riesgo de que estos propicien revisiones salariales que rebasen las ganancias en productividad y generen presiones de costos con afectaciones en el empleo formal y en los precios”. Por si fuera poco, el banco central señaló que la inflación también se podría ver afectada en caso de que se observen nuevas presiones sobre los precios de los energéticos o incrementos en los precios de los productos agropecuarios, o si se presenta un escalamiento de medidas proteccionistas y compensatorias a nivel global, o en caso de que se deterioren las finanzas públicas.