Bolivia extradita a Italia a Cesare Battisti, exmilitante de extrema izquierda
ROMA, Italia (apro).- El exmilitante de extrema izquierda Cesare Battisti, considerado un terrorista por la justicia italiana, pasó el 14 de enero su primera noche en una cárcel de su país, tras haber sido extraditado desde Bolivia gracias a una megaoperación policial en la que también participó el gobierno del presidente brasileño Jair Bolsonaro e Interpol.
“No me declaro inocente pero tampoco acepto que me consideren culpable de todo”, fueron las primeras palabras del izquierdista, condenado a cadena perpetua en ausencia por cuatro asesinatos en los años setenta cuando militaba en el grupo Proletarios Armados por los Comunistas (PAC), un brazo de las Brigadas Rojas.
“Tengo 64 años, estoy enfermo y he cambiado”, añadió Battisti, de acuerdo con una información difundida por Mauro Pili, un exparlamentario de Cerdeña, la isla italiana a la que el exmilitante fue trasladado tras haber aterrizado el lunes, escoltado, en Roma.
Battisti, quien pasará los primeros seis meses de su detención en régimen de aislamiento, está acusado de asesinatos supuestamente cometidos durante los conocidos como "años de plomo" en Italia, marcados por atentados de organizaciones de derecha y de izquierda.
40 años fugitivo
La entrega a Italia de Battisti (Cisterna di Latina, 1954), que el sábado había sido capturado en Bolivia, ha puesto fin así a casi cuatro décadas de clandestinidad del izquierdista quien, en los 80, tras fugarse de una prisión de su país y transcurrir un breve período en Francia, se instaló en México.
En México mantuvo una relación con una mujer de nombre Laurence y fundó el diario Vía Libre, del cual siguió ocupándose incluso después de abandonar el país y mudarse a Francia.
En este país europeo encontró refugio entre 1990 y 2004 gracias a la protección del expresidente socialista François Mitterrand, quien aplicó la llamada doctrina Mitterand, por la que se denegaba la extradicción de todo militante de extrema izquierda que hubiera renunciado a la violencia.
No obstante, en el año 2004, el gobierno de Jacques Chirac decidió poner fin a esta doctrina y anunció que iba a extraditar a Battisti. Por eso, el exactivista huyó a Brasil, cuya justicia rechazó en un primer momento la extradición a Italia y luego la autorizó.
El cambio de actitud de las autoridades brasileñas se aceleró en particular después de la victoria de Jair Bolsonaro, el actual presidente brasileño, quien poco después de subir al poder le prometió la extradición de Battisti a Matteo Salvini, el ministro de Interior italiano y líder de la también ultraderechista Liga.
De ahí que ayer Salvini agradeciese públicamente a Bolsonaro, con el cual también mantuvo una conversación telefónica después de la entrega del exmilitante.
Desde la pista de aterrizaje del aeropuerto romano de Ciampino al que arribó Battisti, Salvini también festejó “el día histórico” en el que se ha regresado “un asesino comunista” a Italia. Y añadió que se espera que esta extradición sea la primera de muchas otras de personas que están en el extranjero huidas de la justicia italiana.
En este clima, el ministro de Interior italiano también aprovechó la ocasión para lanzar una cascada de mensajes contra "los hombres y mujeres de izquierda, esos presuntos intelectuales, vips y políticos” que han “protegido y mimado” a Battisti, en referencia a la supuesta red de ayudas que amparó al izquierdista durante su huida.
Y, a renglón seguido, Salvini también agradeció a las autoridades bolivianas, sin citar explícitamente al gobierno de Evo Morales, el cual, según fuentes de ese país, accedió a la entrega pese a que el italiano había presentado una solicitud de asilo político en el país.
Esta información fue confirmada por David Tezanos, el Defensor del Pueblo del país, según el cual Battisti había pedido asilo a través de una carta enviada en el mes de diciembre al Consejo Nacional del Refugiado (Conare). En la misiva, Battisti sostenía que su vida y su libertad estaban en peligro.
No obstante, según Tezanos, “no se le tomó una entrevista ni se le hizo conocer una resolución denegatoria, aspectos fundamentales del debido proceso”.
Ante esta acusación, el Gobierno de Morales se defendió alegando que la solicitud de Battisti ya había sido rechazada.
Familiares y víctimas
La noticia de la detención, que desde el domingo, ha sido acogida con satisfacción por algunos familiares de las personas asesinadas durante los enfrentamientos de los setenta.
“Ha matado y nunca se ha arrepentido. Es justo que pague”, dijo asimismo Armando Spataro, exprocurador de Milán y quien persiguió a Battisti durante años.
Por el contrario, uno de los sobrinos de Battisti, Antonio, ha dicho que su pariente seguirá gozando de su apoyo.
“Mi hermano es inocente. Me dijo que no mató a nadie. Fue juzgado en base a testimonios de colaboradores de justicia que querían salvarse. Que (el ministro de Interior, Matteo) Salvini vaya a buscar a Brasil a los fascistas, los que han matado de verdad”, añadió asimismo el hermano de Cesare, Vincenzo Battisti.
En este clima, el lunes en la madrugada una gran pancarta con la leyenda “Battisti libre” apareció colgada en uno de los muros del Coliseo romano, y fue rápidamente removida.