"Glass": Una deslucida cinta de superhéroes

miércoles, 23 de enero de 2019 · 14:30
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La cinta dirigida por M. Night Shyamalan es todo lo contrario a las súper producciones de superhéroes a las que Hollywood nos tiene acostumbrados: hay pocas escenas de acción, pocos efectos especiales, mucho diálogo y no es muy entretenida. La película Glass (EU-2019) es la tercera parte de una trilogía que comenzó en 2000 con la cinta El protegido (Unbreakable), estelarizada por Bruce Willis y Samuel L. Jackson, dirigida por el mismo Shyamalan, y seguiría con Fragmentado (2016), con James MacAvoy. La historia gira en torno a tres personajes, los cuales aparecieron en las cintas anteriores: Elijah Price (Jackson), David Dunn (Willis) y un villano de múltiples personalidades conocido como Kevin Wendell Crumb (McAvoy). https://youtu.be/7u5Mv2JGdI4 Dunn usará sus poderes y la ayuda de su hijo para rastrear al psicópata de Crumb (y a sus múltiples personalidades); este último acaba de secuestrar a cuatro chicas quienes servirá de alimento a La bestia, una de las personalidades de Crumb. Dunn será el único que podrá detenerlo. Nuestro héroe se encuentra con el villano, libera a las chicas y comienza una lucha entre ambos, pero a media pelea son detenidos por las autoridades locales, y enviados a una institución mental en donde también se encuentra recluido el mismo Price. En este lugar, los tres personajes de cómic serán atendidos por la doctora Ellie Staple, quien se especializa en tratar a pacientes que creen ser súper héroes. Por supuesto, no contará con la astucia de Price, quien tiene un plan maestro. Completan el elenco la madre de Price (Charlayne Woodard); Joseph, el hijo de Dunn (Spencer Treat Clark), y una exvíctima de Crumb, Casey (Anya Taylor-Joy). Glass de Shyamalan es una cinta que corre con una calma desesperante, y luego de los primeros minutos cae en letargo de casi una hora, en donde grandes bloques de diálogos difusos --que poco aportan a la trama y empatía con los personajes--, prolongan el clímax. Así pues, lo único que tiene relevancia en la historia es la última media hora, tiempo en el que héroes y villanos se enfrentan… El final cuenta con un giro inesperado que nos cae como balde de agua fría y deviene en un sentimiento desalentador; no es heroico ni sublime ni conmovedor. Glass resulta decepcionante y eso es lo único consistente, porque cuando llegamos al final, en donde parece que podría pasar algo interesante, ya estamos aburridos de la historia y poco nos importa el destino de los personajes. El final de Glass sienta las bases para una posible saga de películas, si es que Shyamalan deseara continuar con la historia, y si es que los estudios confían en él. Esperemos que no sea así.

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