CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Durante su discurso del Estado de la Unión, el presidente Donald Trump acusó que, con el fin de deshacerse de los inmigrantes que viajan en caravanas desde Centroamérica rumbo a Estados Unidos, ciudades mexicanas utilizan camiones y autobuses para llevarlos a zonas donde hay poca protección fronteriza. Por eso motivo, dijo, ordenó el envío de otros 3 mil 750 soldados a la frontera sur para enfrentar semejante embestida. Ante el Congreso de Estados Unidos, el presidente Trump reiteró su exigencia de que se aprueben 5 mil 700 millones de dólares para la construcción de un muro en la frontera, una de sus principales promesas de campaña. Aseveró que el Congreso tiene 10 días para aprobar una iniciativa que financie el gobierno y brinde seguridad “a nuestra muy peligrosa frontera sur”, en referencia a la fecha límite del 15 de febrero. Afirmó que un muro fronterizo "inmediatamente" cambió El Paso, Texas, de ser una de las ciudades más peligrosas del país a una de las más seguras. “Es hora de que el Congreso le muestre al mundo que Estados Unidos está comprometido en acabar con la inmigración ilegal y en poner fuera del negocio a los coyotes despiadados, cárteles, vendedores de droga y traficantes de seres humanos”, afirmó el magnate neoyorquino. Insistió en que su gobierno envió al Congreso una propuesta “de sentido común” para poner fin a la “crisis” de la frontera sur. “En el pasado, la mayoría de las personas en esta sala votaron por un muro, pero el muro adecuado nunca se construyó. Yo conseguiré que el muro sea construido", exclamó en su discurso. Prometió una barrera inteligente, estratégica y transparente, más que un simple muro. “Se desplegará en las áreas identificadas como las de mayor necesidad. Donde los muros suben, los cruces ilegales descienden”, insistió. Trump volvió a aludir al antiguo Tratado de Libre Comercio de América del Norte, al que volvió a llamar catastrófico, y elogió el nuevo acuerdo conocido como T-MEC. “He conocido a hombres y mujeres de Michigan, Ohio, Pensilvania, Indiana, New Hampshire y muchos otros estados cuyos sueños fueron destrozados por el TLC. Durante años los políticos les prometieron que negociarían un mejor tratado. Pero nadie lo ha intentado hasta ahora”. Acompañado por el vicepresidente Mike Pence y la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, Trump mencionó también el tema de Venezuela, al recordar que reconocieron en forma oficial a Juan Guaidó como presidente interino, y reprobó las “políticas socialistas” de  Nicolás Maduro. “Estamos con el pueblo venezolano en su noble búsqueda de libertad”, dijo. Mencionó que en su propio país están alarmados por los llamados a adoptar el socialismo.  “Esta noche renovamos nuestra determinación de que Estados Unidos jamás será un país socialista”, exclamó.