Los Tiburones Rojos siguen nadando… pero en deudas

domingo, 31 de marzo de 2019 · 10:00
Sin el cobijo de los gobiernos priistas y abrumado por innumerables y millonarias deudas, el propietario de Tiburones Rojos de Veracruz, Fidel Kuri, lucha denodadamente por mantener la franquicia en la Liga Mx. Pese a tener todo en contra, el empresario futbolístico ve las cosas con calma e intenta salvar a los escualos del ahogamiento. Dice que le basta pagar los 120 millones de pesos de multa a la liga para mantenerse en ella, pero las cosas no parecen tan sencillas… CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El descenso de los Tiburones Rojos de Veracruz, el más rápido de los torneos cortos de la Liga Mx, alcanzó al propietario de la plantilla, Fidel Kuri Grajales, asfixiado por deudas millonarias que arrastra de administraciones anteriores y que forman parte de la cadena de demandas que exdirectivos, futbolistas y entrenadores del equipo emprendieron contra el club ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS, por sus siglas en francés) por despido injustificado. Esos asuntos legales y otros pendientes que la directiva de los escualos debe solventar tornan incierta la Certificación de Afiliación de la Federación Mexicana de Futbol (FMF) que les garantice la continuidad en la máxima categoría del futbol en el país. Esos añejos juicios no escapan a la vigilancia de la FIFA, el TAS y la propia Federación Mexicana de Futbol, pero cobran relevancia tras el descenso de la franquicia, ya que, en estricto apego a los estatutos de la propia Liga Mx, todo equipo deberá iniciar el siguiente torneo libre de deudas. Así, a Kuri Grajales tampoco le basta con saldar la multa de 120 millones de pesos para mantener al club en la Liga Mx. El empresario está obligado a cubrir otros adeudos, entre ellos el pago a los jugadores de la actual plantilla y su cuerpo técnico, que no reciben salario desde febrero pasado, de acuerdo con fuentes consultadas al interior del club. Para colmo, el comodato que Kuri firmó en diciembre de 2015 con el entonces gobernador Javier Duarte –publicado el 24 de diciembre de ese año en la Gaceta Oficial del Estado– especifica que la duración del convenio se condiciona a la permanencia de los Tiburones Rojos de Veracruz en la primera división. De otra forma, la directiva tendrá que regresar el patrimonio al estado: la marca comercial, escudo, colores, emblemas, estadio (Luis Pirata Fuente) y sus instalaciones, según la cuarta cláusula. Es decir, el convenio finalizó automáticamente con el descenso del club, el cual ocurrió oficialmente tras la derrota (2-0) ante el León en la jornada 11 del Clausura 2019, el pasado domingo 17. Y, de golpe, todo se complicó a seis fechas de que concluya la temporada en su fase regular. El gobierno de Veracruz, que ahora encabeza el morenista Cuitláhuac García, confirma a Proceso que el comodato ya está en proceso de análisis pero, “por instrucciones superiores”, no se emitirán comentarios, según explicó el jueves 21 el director de Comunicación Social del gobierno estatal, Iván Luna, luego de una solicitud de entrevista con los principales responsables del área. Futuro incierto  Si el gobierno de Veracruz no firma un nuevo contrato de comodato con Kuri Grajales, el equipo estará imposibilitado de jugar en el Estadio Luis Pirata Fuente. Pero hay otro inconveniente: el Reglamento de Afiliación, Nombre y Sede de la FMF estipula en su artículo­ 56 que “el club que ascienda o descienda a la siguiente división no podrá cambiar de sede y/o estadio en su primera temporada oficial, salvo que el Comité Ejecutivo considere necesario el cambio”. Más aún: en diciembre de 2018, la FIFA abonó 209 millones de dólares a los 416 equipos que aportaron jugadores a las selecciones nacionales en el Mundial de Rusia 2018. En el desglose de la repartición, la FMF recibió 5 millones 534 mil dólares para distribuirlos entre sus equipos afiliados. De esa cantidad, 475 mil 440 dólares correspondían a Tiburones Rojos por la participación de cuatro de sus jugadores convocados por la selección de Perú: los porteros Pedro Gallese y Carlos Cáceda, el defensa Christian Ramos y el mediocampista Wilder Cartagena. Pero el dinero nunca llegó a la cuenta bancaria de los Tiburones Rojos, ni a la de Kuri Grajales. La razón de todo fue el embargo que ordenó un juzgado de Suiza por una resolución del TAS contra el empresario, que él se rehúsa a cumplir. La notificación ya es del conocimiento de la propia FMF, según la fuente consultada por este semanario. Por este caso, el presidente del Veracruz está obligado a pagar una cifra estimada en 2.1 millones de dólares más intereses. En diciembre pasado el TAS también asestó un nuevo golpe al empresario. El tribunal lo condenó a pagarle al futbolista argentino Franco Peppino 900 mil dólares. En consecuencia, el club Veracruz solicitó los fundamentos de dicha resolución al TAS, que le fueron notificados en la primera semana de marzo. El equipo dispone de 21 días para apelar la resolución. Para promover la apelación, el dueño de Tiburones Rojos tiene que garantizar 60 mil francos suizos –equivalente a 60 mil dólares– para la integración del tribunal y los gastos de costas, además de la contratación de un abogado extranjero, lo que significa un gasto adicional de 30 mil euros. En principio, para dicho trámite precisa de unos 100 mil dólares, así como desembolsar la totalidad del adeudo del futbolista con los honorarios de los abogados. Ante la posibilidad de un nuevo fallo en su contra, Kuri no tendrá derecho a una segunda apelación. Peppino, Fabbiani y otros pendientes El conflicto data de 2011, cuando el club pertenecía al desaparecido empresario Mohamed Morales. Hasta la fecha, el defensa argentino Franco Peppino y su abogado Ariel Reck pelean en el TAS el pago de salarios correspondientes a un año de labores. Para entonces, el equipo jugaba en el Ascenso Mx con el mismo nombre: Tiburones Rojos y, por lo tanto, asume los adeudos de la administración anterior, pese al cambio de dueños. En esta revuelta situación, el delantero argentino Cristian Fabbiani, El Ogro, fue contratado por Mohamed Morales en mayo de 2010. En un caso atípico del futbol, Fabbiani­ no jugó ni siquiera un minuto con los Tiburones Rojos. Pero fue el primero en incorporarse al plantel, el 14 de mayo de 2010, y también el primero en marcharse, el 27 de junio de ese año. Fue despedido un mes y medio después de su presentación. El jugador demandó al club y Mohamed Morales fue sentenciado a pagar 1 millón 800 mil dólares por la “rescisión unilateral del contrato”. Un año más tarde, el agente de Fabbiani, Luciano Dutu, dijo que en principio la nueva directiva del Veracruz debió cubrir ese pago el 23 de mayo de 2011. El equipo solicitó una prórroga, que venció un mes después. Aún no deposita la suma requerida. Desde junio pasado, el delantero argentino tiene un acuerdo de pago con Kuri Grajales, en su carácter de obligado solidario, en la FMF. La directiva se comprometió a saldar ese millón dólares y los intereses correspondientes al futbolista. Según el acuerdo, Kuri Grajales debió hacer 10 pagos parciales de 100 mil dólares. Sólo cubrió la primera cuota. Fabbiani tiene la posibilidad de recurrir a la FIFA, alegando el vencimiento de la promesa de pago con la actual directiva del Veracruz, con el afán de que la FMF exija el pago a Kuri o, de lo contrario, le imponga las sanciones correspondientes. En agosto pasado se cumplieron cuatro años del fallo del TAS a favor de Gustavo Parente por rescisión de contrato del club Veracruz, durante la gestión del empresario taurino Rafael Herrerías. El dictamen del TAS obliga al equipo a pagar un adeudo de 2 millones 100 mil dólares más intereses a quien fue el vicepresidente del club. En virtud de que Kuri no ha liquidado la deuda, el monto se incrementa por el 5% de interés anual, vigente desde el 1 de mayo de 2005.  El Reglamento de Afiliación, Nombre y Sede de la FMF, de conformidad con el artículo 12, inciso 12.2, indica que son obligaciones de los afiliados “cumplir con las resoluciones y decisiones de la FIFA, el TAS, la Concacaf y la propia Federación Mexicana de Futbol. Y son causales para la pérdida de la afiliación si: incumple con sus obligaciones financieras para con la FMF o sus afiliados”. Los Tiburones Rojos de Veracruz, que operaba con la razón social Representaciones Soha Inc, propiedad de Mohamed Morales, fue desafiliado en junio de 2011 por no cubrir adeudos superiores a 40 millones de pesos. En junio de 2017, la reportera Beatriz Pereyra documentó en estas páginas la forma en que, de manera sucesiva, los gobiernos priistas de Miguel Alemán, Fidel Herrera y Javier Duarte, en complicidad con el Congreso local, financiaron durante los últimos 17 años a equipos profesionales de futbol, basquetbol y beisbol, sin exigir que los dueños de esas franquicias rindieran cuentas sobre la manera en que gastaron los recursos públicos (Proceso 2119). Por ejemplo, durante el periodo comprendido entre 2006 y 2016, el gobierno estatal financió alrededor de 990 millones de pesos. Se desconoce cómo fueron usados y comprobados esos recursos. La ayuda gubernamental para el equipo del empresario veracruzano terminó abruptamente con la salida de Duarte, actualmente preso por cargos de delincuencia organizada, lavado de dinero y defraudación fiscal. Con el arribo de Miguel Ángel Yunes Linares al gobierno del estado –quien se mantuvo en el cargo hasta noviembre de 2018–, Kuri Grajales dejó de recibir recursos del erario. En febrero de 2017, Yunes Márquez, a la sazón alcalde de Boca del Río e hijo del entonces mandatario, reveló que Duarte le regalaba a Kuri 100 millones de pesos para Tiburones Rojos, y recomendó al empresario ponerse al corriente con sus impuestos municipales. En el ayuntamiento, dijo, “nos hacemos cargo del tránsito, la basura, el alumbrado, las calles, la seguridad, y el señor tiene el estadio gratis; nadie le cobra. Entonces, ¿por qué le vamos a estar regalando todo?”, pretextó Yunes Márquez. El plan de rescate Sin el cobijo de los gobiernos priistas, y abrumado por las deudas del propietario del plantel, el descenso del equipo se consumó seis años después de que La Piedad cambiara de sede al puerto de Veracruz para jugar en el Estadio Luis Pirata Fuente bajo el nombre de Tiburones Rojos de Veracruz. Fundado el 9 de abril de 1943, en 75 años de existencia el equipo Veracruz no ha podido consolidarse en la principal categoría del futbol mexicano, desde la obtención de los títulos en la temporada 1945-1946 y 1949-1950. Es el club que más descensos registra en la historia, con cinco, y ahora el que más rápido se ha marchado, técnicamente, de la Liga Mx. No obstante, Kuri ya ha trazado un plan de rescate: continuar en la Liga Mx a cambio de pagar la multa de 120 millones de pesos, como lo hizo el año pasado Lobos BUAP, de acuerdo con el artículo 23 del Reglamento de Competencia 2018-2019 de la Liga Mx, el cual indica que el equipo descendido puede mantenerse en la máxima categoría con el pago de 120 millones de pesos a la liga, que serán utilizados, en teoría, para desarrollar y ejecutar diversos proyectos destinados a incrementar la calidad del organismo. El presidente de la Liga Mx, Enrique Bonilla, ratificó el martes 19 que si Kuri cumple con los 120 millones de pesos y los requisitos establecidos por la liga, el club podrá seguir en la primera división. Horas después, Kuri publicó un comunicado en su cuenta de Twitter, acompañado del nuevo escudo del club, con el nombre de Club Deportivo Veracruz, en el que confirma el pago de la multa: “aprovecharemos el reglamento para continuar la lucha en el máximo circuito y sacaremos ventaja de nuestro nuevo indicador porcentual, pero antes haremos una reestructura, planearemos a detalle cada paso y nos empeñaremos para regresarle a los aficionados un equipo protagonista y digno de representar con orgullo a Veracruz”. En todo caso, el equipo tiene como plazo el 10 de mayo para abonar los 120 millones de pesos. De ser así, los Tiburones Rojos iniciarán el siguiente torneo de cero, sin tener consecuencia en su cociente –para determinar al equipo que desciende– el próximo torneo. Este reportaje se publicó el 24 de marzo de 2019 en la edición 2212 de la revista Proceso

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