Se triplican inconformidades por respuestas de Presidencia a solicitudes de información: INAI

jueves, 2 de mayo de 2019 · 19:50
COLIMA, Col. (apro).- En los primeros cuatro meses del gobierno de Andrés Manuel López Obrador se triplicó, de manera “preocupante”, el porcentaje de recursos de inconformidad ante probables malas respuestas que ha dado la Presidencia de la República a las solicitudes de información pública, señaló el presidente del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), Francisco Javier Acuña Llamas. Refirió que dentro del periodo indicado la proporción de recursos interpuestos por ciudadanos ante el INAI alcanzó niveles cercanos al 13 por ciento, lo que calificó como “altísimo”, en comparación con el 4 por ciento considerado aceptable y normal. En rueda de prensa ofrecida en esta ciudad, adonde acudió para ofrecer una conferencia magistral, Acuña Llamas elogió los encuentros matutinos del mandatario federal con representantes de los medios de comunicación. Al responder una pregunta sobre ese tema, Acuña Llamas dijo: “Sin duda, lo que hace el presidente de la República es un ejercicio inusitado, indiscutiblemente genuino de transparencia; gobierna frente a las cámaras (…), frente al pueblo y eso está muy bien, ahí llama a su gabinete, ahí les instruye”. No obstante, aclaró que “eso no suple el derecho de acceso a la información pública, porque ahora incluso esas mañaneras, como se les conoce, matutinas, están provocando muchísimas solicitudes de acceso a la información, en las que le preguntan a la Presidencia de la República cosas que López Obrador dijo en su mañanera de tal día (…), ahora lo que la gente con mucha razón quiere saber es cómo se cumplen las promesas que el presidente hace cuando se instruye o explica algo”. El comisionado presidente del INAI manifestó que en cuatro meses únicamente la Presidencia de la República ha recibido más de mil solicitudes de información, sin contar las dirigidas a las dependencias, mientras que el número de recursos de inconformidad ascendió a 130. “Esto quiere decir que hay que mejorar mucho ahí, para que realmente las mañaneras sean como creo yo que lo son: un verdadero ejercicio de transparencia; ahora deben los colaboradores del presidente cuidar que su palabra no quede incumplida, en el vacío”, advirtió. En relación con el tema de universidades que se resisten a entregar información financiera a los ciudadanos por la vía de las leyes de transparencia, el titular del INAI comentó que las universidades “no han sido, vamos a decirlo así, muy educadas en términos de la transparencia, no han sido ejemplares”. En sus argumentos para negarse a entregar la información, mencionó Acuña, estas casas de estudios han esgrimido “puros pretextos”, pues “¿cómo no se van a saber los gastos financieros de una institución? Se tienen que saber completos, cuánto debe, cuánto ha pagado de nómina, cuánto le han retenido, cuánto le han retrasado, cuánto gasta en tal cosa; los asuntos financieros de las universidades son públicos por excelencia”. Sin embargo, las universidades “han ido aprendiendo poco a poco que no pueden resistirse; costó mucho hacerlas sujetos obligados, se resistían porque todas tienen poderosos sindicatos. Y más que los rectores y el staff administrativo de las universidades, los que se resisten y boicotean a veces y paralizan las respuestas de las universidades son los sindicatos de las mismas universidades, que no quieren que los descobijen”. Afirmó que los sindicatos en general tienen muy mala calificación en transparencia, no han cumplido con sus deberes de subir toda la información que tienen que subir: no han sabido, no han podido ni han querido hacerlo. Sobre la difusión de la nómina del gobierno federal, dijo que hay un falso debate que ni siquiera merece esa calidad, ya que la nómina “de ninguna manera puede ser secreta, en ningún sentido puede haber a estas alturas nadie que a ciencia cierta quiera o pretenda ocultar que si recibe un emolumento, un pago por el erario, se deba de conocer”. Francisco Javier Acuña reconoció que la normatividad mexicana en materia de transparencia es muy buena, pero para que se aplique “no basta que haya un gobierno, vamos a decirlo así, civilizado a la idea de la transparencia; urge que haya una sociedad que se lo exija”.

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