Los Blenders, garage rock de tercera dimensión en el Lunario
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Una banda invitada, 22 canciones, lentes 3D para todos los asistentes y fotos con los músicos al final de concierto, fueron los argumentos con que Los Blenders convirtieron la noche del sábado al Lunario en una especie de nave espacial para viajar al pasado.
Durante alrededor de dos horas, el recinto de la avenida Paseo de la Reforma cimbró al ritmo de las canciones provenientes de los instrumentos musicales que combinaron con visuales abstractos que provocaban perderse entre el rojo y azul del formato 3D.
[caption id="attachment_583947" align="alignnone" width="4535"] Con lentes 3D en el concierto de Los Blenders, en el Lunario del Auditorio Nacional.
Foto: Germán Canseco[/caption] Después de la breve participación de Parque de Cometas, la banda telonera, Alejandro Archundia (voz y guitarra), Guillermo Mancebo (batería), Sebastián Villalba (guitarra) y Osmar Espinosa (bajo), subieron al escenario cuando el reloj marcaba exactamente las 20:58 horas. “¿Qué onda, cómo están? ¡Qué chido verlos, qué bueno que vinieron!” --fueron las palabras de bienvenida al público por parte del vocalista, y al conteo de inicio marcado por las baquetas de Guillermo Mancebo sonó “Amigos”. Desde ese instante, la ola de almas asistentes al concierto no dejó de bailar durante todas las canciones, “Ya no te quiero”, “Surf de amor”, “TJTQ”, “Niña Surf” y “Bien verga” continuaron en el repertorio de la noche. Los visuales de las tres pantallas del Lunario hasta ese momento mostraban figuras aleatorias de colores eléctricos, además de un Thanos y Wolverine bailando al ritmo del garage rock de Los Blenders. [caption id="attachment_583949" align="alignnone" width="4975"] Espectáculo en tercera dimensión. Foto: Germán Canseco.[/caption] “¡Ustedes hacen esto, ustedes lo hacen!” --mencionó Osmar Espinosa al micrófono; seguido de eso continuaron con “Yo soy punk” y “Ana Sofi”. “La siguiente canción está dedicada para todas esas personas que no les importa el mañana” fue la frase de presentación para “Chavos bien”. “Dijimos que íbamos a tocar canciones que nunca tocamos”, y la promesa vertida en la entrevista previa de los músicos para Apro se cumplía al interpretar “Ah ho”, “Volando bajo” y “Me das igual”. Continuaron con “Solo”; el público que al principio lucía con sus lentes 3D puestos pareció haber dejado de existir, pues el baile y el ritmo de las canciones provocaron que poco a poco los asistentes se los fueran quitando para ver los visuales en forma real. “La siguiente rola es para que se pongan punks”, anunciaron, y prosiguieron con “Ponte Punk”. Luego vino “Caminos del rock”, donde esqueletos entre figuras excéntricas danzaron por las pantallas, mientras se escuchaba el coro de la canción. Los músicos dejaron sus instrumentos y abandonaron el escenario por primera vez, el reloj marcaba las 21:53 horas; segundos bastaron para que el público desde sus gargantas mencionara la frase que ya es un himno en los conciertos de la ciudad: “¡Oé oé oé oé, Blenders, Blenders!”, se oía decir en coro a los más de mil doscientos asistentes. [caption id="attachment_583954" align="alignnone" width="2817"] Guillermo Mancebo en la batería. Foto: Germán Canseco[/caption] Pasados cuatro minutos exactos, Los Blenders retornaron a la escena. “Meta y dinero” fue la canción inicial del encore (término francés utilizado en la música, especialmente en los conciertos para dar a entender que siempre hay un poco más). “¿Están listos?” --preguntó Alejandro Archundia a su público para dar espacio a “Amor Prohibido”; ninguna sombra en tercera dimensión de las que bailaban al centro del Lunario dejó de cantarla. “Culero” puso el ambiente nostálgico, por tratarse de una canción sobre una relación amorosa fallida, y para romper la melancolía se escuchó “Oye”, retomando el baile. En la etapa final de la velada interpretaron “Memes Muertos”, cuando parecía que todas las peticiones habían sido cumplidas llegó “Ha sido”, canción que derritió al recinto anexo al Auditorio Nacional desde la intro inicial que salió de la guitarra de Sebastián Villalba hasta el tope, con mil doscientas personas cantando en una sola voz: "No somos nada, no hay presente no hay mañana, no quiero ir a casa, quiero fingir que nada pasa"… “La que sigue ahora es nuestra última canción, queremos agradecer a toda la gente que trabaja con nosotros”. Así, Los Blenders agradecieron a todo su staff, para finalizar con “Playa Jacó”. “Nos vemos pronto, váyanse con cuidado a sus casas”. Las luces se encendieron cuando faltaban algunos minutos para las once de la noche. Con chamarras en los hombros, cansancio notorio por el baile y lentes 3D en la mano, los asistentes salieron poco a poco para regresar a una realidad alterna de la que habían sido testigos. Los integrantes de la banda accedieron a tomarse fotos con el público que esperaba en la primera fila pegada a la barra de seguridad, incluyendo a Heidi Añorve, quien con la setlist en mano esperaba su turno para quedarse con un recuerdo de Los Blenders en tercera dimensión. [caption id="attachment_583767" align="alignnone" width="702"] Set list de Los Blenders[/caption]
Foto: Germán Canseco[/caption] Después de la breve participación de Parque de Cometas, la banda telonera, Alejandro Archundia (voz y guitarra), Guillermo Mancebo (batería), Sebastián Villalba (guitarra) y Osmar Espinosa (bajo), subieron al escenario cuando el reloj marcaba exactamente las 20:58 horas. “¿Qué onda, cómo están? ¡Qué chido verlos, qué bueno que vinieron!” --fueron las palabras de bienvenida al público por parte del vocalista, y al conteo de inicio marcado por las baquetas de Guillermo Mancebo sonó “Amigos”. Desde ese instante, la ola de almas asistentes al concierto no dejó de bailar durante todas las canciones, “Ya no te quiero”, “Surf de amor”, “TJTQ”, “Niña Surf” y “Bien verga” continuaron en el repertorio de la noche. Los visuales de las tres pantallas del Lunario hasta ese momento mostraban figuras aleatorias de colores eléctricos, además de un Thanos y Wolverine bailando al ritmo del garage rock de Los Blenders. [caption id="attachment_583949" align="alignnone" width="4975"] Espectáculo en tercera dimensión. Foto: Germán Canseco.[/caption] “¡Ustedes hacen esto, ustedes lo hacen!” --mencionó Osmar Espinosa al micrófono; seguido de eso continuaron con “Yo soy punk” y “Ana Sofi”. “La siguiente canción está dedicada para todas esas personas que no les importa el mañana” fue la frase de presentación para “Chavos bien”. “Dijimos que íbamos a tocar canciones que nunca tocamos”, y la promesa vertida en la entrevista previa de los músicos para Apro se cumplía al interpretar “Ah ho”, “Volando bajo” y “Me das igual”. Continuaron con “Solo”; el público que al principio lucía con sus lentes 3D puestos pareció haber dejado de existir, pues el baile y el ritmo de las canciones provocaron que poco a poco los asistentes se los fueran quitando para ver los visuales en forma real. “La siguiente rola es para que se pongan punks”, anunciaron, y prosiguieron con “Ponte Punk”. Luego vino “Caminos del rock”, donde esqueletos entre figuras excéntricas danzaron por las pantallas, mientras se escuchaba el coro de la canción. Los músicos dejaron sus instrumentos y abandonaron el escenario por primera vez, el reloj marcaba las 21:53 horas; segundos bastaron para que el público desde sus gargantas mencionara la frase que ya es un himno en los conciertos de la ciudad: “¡Oé oé oé oé, Blenders, Blenders!”, se oía decir en coro a los más de mil doscientos asistentes. [caption id="attachment_583954" align="alignnone" width="2817"] Guillermo Mancebo en la batería. Foto: Germán Canseco[/caption] Pasados cuatro minutos exactos, Los Blenders retornaron a la escena. “Meta y dinero” fue la canción inicial del encore (término francés utilizado en la música, especialmente en los conciertos para dar a entender que siempre hay un poco más). “¿Están listos?” --preguntó Alejandro Archundia a su público para dar espacio a “Amor Prohibido”; ninguna sombra en tercera dimensión de las que bailaban al centro del Lunario dejó de cantarla. “Culero” puso el ambiente nostálgico, por tratarse de una canción sobre una relación amorosa fallida, y para romper la melancolía se escuchó “Oye”, retomando el baile. En la etapa final de la velada interpretaron “Memes Muertos”, cuando parecía que todas las peticiones habían sido cumplidas llegó “Ha sido”, canción que derritió al recinto anexo al Auditorio Nacional desde la intro inicial que salió de la guitarra de Sebastián Villalba hasta el tope, con mil doscientas personas cantando en una sola voz: "No somos nada, no hay presente no hay mañana, no quiero ir a casa, quiero fingir que nada pasa"… “La que sigue ahora es nuestra última canción, queremos agradecer a toda la gente que trabaja con nosotros”. Así, Los Blenders agradecieron a todo su staff, para finalizar con “Playa Jacó”. “Nos vemos pronto, váyanse con cuidado a sus casas”. Las luces se encendieron cuando faltaban algunos minutos para las once de la noche. Con chamarras en los hombros, cansancio notorio por el baile y lentes 3D en la mano, los asistentes salieron poco a poco para regresar a una realidad alterna de la que habían sido testigos. Los integrantes de la banda accedieron a tomarse fotos con el público que esperaba en la primera fila pegada a la barra de seguridad, incluyendo a Heidi Añorve, quien con la setlist en mano esperaba su turno para quedarse con un recuerdo de Los Blenders en tercera dimensión. [caption id="attachment_583767" align="alignnone" width="702"] Set list de Los Blenders[/caption]