Homenaje del teatro al galán Mauricio Garcés

viernes, 24 de mayo de 2019 · 08:53
El tema es un seductor. Y el prototipo, un galán de la comedia en el cine surgido en la década de los setenta en México. Los que conocieron a Mauricio Garcés lo disfrutarán en esta puesta teatral –asegura el director de la pieza de enredos ¡Suertudotas!, Joaquín Bissner, que estrenó en el Manolo Fábregas–, “y los millennials, que no lo conocieron, van a entretenerse con la historia”. Es un rescate de un personaje donjuanesco –presumidón y fatuo– en una época de humor blanco, y que hoy, por medio de la risa, permite el olvido momentáneo ante el deterioro social. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- En la comedia teatral de enredos ¡Suertudotas!, escrita y dirigida por Joaquín Bissner, se le rinde un homenaje al ser sex symbol que creó Mauricio Garcés en los años setenta en el cine, donde perpetuó frases como “¡Debe ser horrible tenerme y después perderme!” y “¡Las traigo muertas!”. Explica Bissner en entrevista:  “Hace nueve años tuve el primer coqueteo con este personaje, cuando escribí y dirigí la película Todas mías (2013), con Bruno Bichir, quien interpreta un galán que no es Garcés pero posee características, incluso físicas, de seductor y mujeriego. Yo me dedico a la comedia desde hace 28 años, básicamente en el cine, aunque también he realizado televisión y teatro.” En éste, su quinto montaje como escritor y director, utilizó el nombre de Garcés, “aunque realmente no es la vida del actor, porque, según mi investigación, él era un hombre tímido, nada conquistador, apegado a su madre y todo un caballero, y una gran persona, según me han contado, pero el individuo ficticio que creó era coqueto, marrullero e ingenioso al platicar, y el montaje está inspirado en ese varón tan enamorador de los largometrajes”. ¡Suertudotas! –que inició temporada el vernes 17 en el Teatro Manolo Fábregas (Serapio Rendón 15, Cuauhtémoc, San Rafael)– es protagonizada por Ulises de la Torre, y lo acompañan Andy Frederics (Verónica Du Bois), Cecilia Gabriela (señora Du Bois), Gerardo González (Fuentes), Violeta Isfel (Lucila Larock), Vanessa Montemayor (Sandy), José Montini (Shreik Lorenzo), Jorge Ortín  (Aristóteles) y Lalo Palacios (Wilfrido Bolován), entre otros. Para protagonizar la película Don Juan 67 (1966), dirigida por Carlos Velo, la productora Angélica Ortiz (madre de la actriz y cantante Angélica María) contrató al libanés Mauricio Garcés, donde actuó de galán atrayente, pero fueron los largometrajes de René Cardona Jr., como El matrimonio es como el demonio y El día de la boda, ambas de 1967, las que pusieron de moda a esa figura conquistadora, vanidosa y de la alta sociedad que apareció en alrededor de 70 filmes, en varias con Luis Manuel Pelayo. El verdadero nombre del comediante era Mauricio Férez Yázbek (Tampico, 1926-D.F., 1989). Su tío fotógrafo, Tufic Yázbek, lo contactó con el mundo de la farándula cuando contaba 20 años, y otro tío, el productor José Yázbek, lo introdujo en el reparto de la cinta La muerte enamorada (1950), de Ernesto Cortázar, con Miroslava Stern. Desde ese filme se denominó Garcés porque creía que la letra “g” podría darle suerte, como a las estrellas Gary Cooper, Cary Gran, y Clark Gable, a quien de alguna manera copiaba. Otras de sus películas famosas son Espérame en Siberia vida mía (1969), Click, fotógrafo de modelos (1970), Fray don Juan (1970), El sinverguenza (1971) y Hay ángeles sin alas (1971). Actuaron con él Elsa Aguirre, Zulma Faiad, Norma Lazareno, Marcela López Rey, Maura Monti, Silvia Pinal e Isela Vega. Tuvo su programa de televisión, La hora de Mauricio Garcés en 1970, y efectuó teatro, como No me manden flores, el cual fue un éxito. A su vez, Bissner, nacido el 16 de agosto de 1962 en la Ciudad de México, estudió dirección cinematográfica en el Instituto Mexicano de Cinematografía y Teatro; en 1986 ingresó al Seminario de Producción Cinematográfica en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, ahora Escuela Nacional de Artes Cinematográficas de la UNAM. Realizó la carrera de dirección se cine en la Universidad del Sur de California, y regresó a México para cursar dirección escénica y creación dramática en el Centro de Arte Dramático (CADAC), fundado por Héctor Azar. La adquisición de los derechos –¿No se le complicó obtener los derechos del playboy maduro con los familiares? –se le pregunta a Bissner. –Los derechos los posee una sobrina del actor, Dorys Feres. Conserva registrado el nombre y la personalidad de su tío, y más que difícil fue una labor tardada, concienzuda, de platicar con ella y entregarle el proyecto para que lo leyera. ¡Quedó encantada!, ¡le gustó! Confió en que sería un producto para enaltecer la memoria de Garcés. “Varios actores conocidos han querido hacer algo de Garcés, pero no sé cómo fue el acercamiento con ella o lo que hayan intentado. Sí fue una negociación interesante, donde charlamos y ella me tuvo confianza.” El dramaturgo escogió este género porque admira el teatro de finales de 1800 y principios de 1900: “Sobre todo las obras parisinas, con un montón de actores importantes que existían en esa época, lo que se llama la comedia vodebil o la farsa de  bulevar, el teatro que surgió en los bulevares de París, y a la fecha todavía existen sobre las calles públicas anchas más importantes de esa ciudad europea, y ahí se le conoció como teatro de enredos.”  La finalidad de ¡Suertudotas!, dice, es sólo entretener: “Es una hora y cuarenta minutos de diversión. Es una comedia puesta en escena farsíca para que el público se la pase bien y se olvide de las broncas de su casa y el trabajo, de la violencia en la ciudad del país, del mundo. Hay tantos problemas alrededor y cada día vemos tragedia tras tragedia en los periódicos y en las noticias, y la comedia viene siendo un bálsamo al alma. Reir te hace vivir más tiempo, se ha comprobado. No hay una aportación social complicada. “La comedia es muy necesaria, por eso es un género tan socorrido y muy cercano a los mexicanos. Esta pieza no es más que un disfrute sano para la familia. Las comedias de Garcés son con un humor bastante blanco a pesar de que se habla de conquistas de mujeres. Quizá un niño menor de diez años no lo entiende, pero yo creo que de doce en adelante pueden comprender y disfrutar sin ningún problema la obra.” Enseguida define al intérprete de las cintas Modisto de señoras y Departamento de soltero: “Era un mujeriego, vanidoso, un poco petulante, simpático e ingenioso. No me atrevería a decir que fuera metrosexual, porque el metrosexual creo que exagera en sus rituales de belleza. Garcés era más boca que otra cosa, era más presumidon básicamente. Es el elegido por Dios, lo hicieron guapo, se auto-piropea constantemente en sus cintas.” Otras de las máximas de Garcés son: ¡Claro que quiero ser el hombre de tus sueños… pero para eso ya duérmete, mamacita!. ¡Es bueno saber que soy el pensamiento incómodo de algunos maridos!. ¡De chiquito era tan bonito, que me rentaron para niño Dios!. ¡Les tengo una excelente noticia!: ¡Ya llegué!. ¡Yo no soy presumido!, ¿pero de qué sirve mi humilde opinión contra la de los espejos?. ¿Casado? No, yo soy original. ¡Arroooz!. ¡No soy un imposible, el que persevera alcanza!. ¡No importa el tiempo, tarde o temprano todas caen!. ¡Chiquita, yo soy como el tiempo: una vez que me pierdes, jamás me recuperarás! Bissner proyecta dicha a un par de días del estreno del montaje: “Siempre hay un poco de angustía ante el inicio de la temporada, no duermes bien. Hemos ensayado todos los días, no hay descanso, es un proceso de estrés para toda la compañía. Estamos cobijados por una empresa muy importante que es Mejor Teatro, comandada por Morris Gilbert, quien es uno de los grandes del teatro en México, con muchos años de carrera y experiencia, y la verdad estamos muy contentos en ese sentido. Hay un equipo de producción, creativo y técnico de primera línea. La obra visualmente es muy bonita, es muy espectacular, la escenografía es muy apantallante, y el vestuario también.”  El actual conquistador Relata cómo encontró a Ulises de la Torre para ser al enamorado que construyó Garcés: “De la Torre ejerce una estupenda caracterización del galán de galanes, una imitación de alguna forma. Hay un estudio del personaje por parte de él y mío, desde sus movimientos, la forma y el ritmo de hablar, en fin. Y sí fue difícil encontrar a alguien que lo pudiera elaborar. “Yo no conocía a Ulises, pero platicando con gente me dijeron que era muy bueno y que podía imitar a Mauricio. Entonces charlamos larga y profundamente, y me mostró que podía imitarlo. Eso fue hace un año exactamente, y desde aquel momento hemos trabajando la interpretación.”  El mismo De la Torre, también comediante, recuerda en charla con Proceso que le habló Bissner, cuando leyó el guion teatral, y cómo empezaron la odisea: “Es una idea original de Bissner. Juntó a actores y actrices y tuvimos una lectura atril con los productores de Mejor Teatro, Morris Gilbert y Federico González Compeán, y se les hizo muy atractiva la pieza por lo que significa la época, el personaje y lo divertido que está el texto, y comenzamos a laborar. Joaquín empezó la búsqueda del elenco restante y, con el trabajo de Mejor Teatro, hemos hecho una compañía muy bonita, de mucho apoyo, compañerismo, unión, respeto y admiración.” Su preparación ha sido ardua: “He visto los filmes, sus anuncios publicitarios, busqué lo más que pude de su biografía, estudié su gran personalidad, seducción, inteligencia y astucia de meterse en enredos y saber salir, y nunca aprende la lección como tal porque siempre se sale con la suya. Garcés tuvo un problema en las cuerdas vocales a finales de los ochenta, pero en su apogeo, a finales de los setenta y principios de los ochenta, disfrutaba de una voz muy sensual y particular, y su modo de expresarse en sus largometrajes era muy original, y todo eso es lo que se pretende proyactar en el montaje, y lo estamos disfrutando mucho.” –¿Qué opina de sus filmes? –Eran picarescos, con sensualidad, pero nunca empleó una mala palabra, no había un súper albur, siempre era una línea muy fina. Vestía muy bien, y marco una época. Estoy muy contento que Joaquín y Mejor Teatro me hayan dado la oportunidad de representarlo, es una responsabilidad importante, materializarlo, revivirlo, reencarnarlo… “En ¡Suertudotas! los que conocieron a Garcés lo disfrutarán, y los millennials, que no lo conocieron, van a entretenerse con la historia. La gente verá un relato con música con un enredo atemporal, no importa en qué siglo vivamos, porque la seducción siempre va a existir. Y qué mejor que albergue a¡Suertudotas! este recinto emblemático para esa época, ahora es el nuevo Teatro Manolo Fábregas.” De la Torre, nacido el 29 de septiembre de 1978 en la Ciudad de México, adelanta de la intriga: “Aquí, Garcés se va a casar en Acapulco, pero se enamora de otra chava. Entonces, ¿cómo le hace para no herir a la muchacha con la que se iba a esposar, y cómo le hace para que no se dé cuenta que se va a casar con otra que está en el mismo hotel? Cuenta con su asistente, Aristóteles.” El hotel con palapas, palmeras y vista al mar es diseño del escenógrafo Miguel Moreno. La caracterización la elabora Everardo Mora. De la Torre asegura que Garcés marcó “un estilo de vida y una forma precisa y particular de vestir”. En los largometrajes lucía muy bien peinado, con un vigote arreglado, casi siempre vestía traje, usaba lentes oscuros, cuando iba más informal se colocaba una mascada en el cuello, y siempre se transportaba en automoviles clásicos estilo convertible. El actor subraya: “Se volvió una corriente, y creo que es un gran experto en cómo acercarse a una dama con respeto. En general es una personalidad única con un estilo bien definido. Es un hijo de su madre, pero a su vez te daba ternura. Era tremendo y le pasaban cosas, y por eso uno se compadece y piensas: ‘¡Pobrecito!’. Había ese sentimiento de odio y ternura. ¡Es único!” Garcés hizo una mancuerna exitosa con Manuel El Loco Valdés en el programa El show del Loco Valdés. En la última década de su vida varios diarios nacionales destacaron que su salud se afectó por su adicción al tabaco y falleció de enfisema pulmonar. Perdió grandes cantidades de dinero por su aficción a las apuestas y juegos de azar, por lo que al final fue difícil para él cubrir económicamente su enfermedad.    Este texto se publicó el 19 de mayo de 2019 en la edición 2220 de la revista Proceso

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