CIUDAD DE MÉXICO (apro).— El Papa Francisco se mostró en desacuerdo con la idea de pactar con los cárteles de la droga, a fin de conseguir la pacificación en México, que desde hace años padece una espiral de violencia debido en gran medida a la guerra contra el narcotráfico. “A mí me suena mal”, respondió el pontífice al preguntársele si estaba de acuerdo con este pacto. Entrevistado por Televisa, Francisco agregó que este tipo de pacto sería “como si yo, para ayudar a la evangelización de un país, pactara con el diablo”. Sobre este espinoso tema, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) está abriendo en algunos puntos del país las llamadas “Escuelas del perdón”, espacios donde promueve el diálogo entre las víctimas de la violencia y sus victimarios –muchos de los cuales trabajan para el crimen organizado--, a fin de que lleguen a la reconciliación y al perdón. Todavía va más allá el actual obispo de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel, quien ya está hablando directamente con los líderes del narcotráfico en el estado de Guerrero, a fin de lograr la pacificación en la región. Sin embargo, Rangel siempre ha aclarado que su trabajo no es “pactar” con el narcotráfico, sino “dialogar”. Por su lado, el vicepresidente de la CEM, monseñor Carlos Garfias, en una reciente entrevista con el semanario Proceso, indicó que los obispos pueden dialogar con los capos de la droga, ya que el episcopado deja en libertad a cada obispo para alcanzar la paz en sus respectivas diócesis. Dijo al respecto: “Son circunstancias particulares, algo muy personal que cada obispo puede implementar para realizar su apostolado. Es una manera muy concreta, muy precisa de construir la paz” (Proceso 2219). Ahora, el Papa Francisco es quien externa su rechazo a todo tipo de pactos con el narcotráfico.