El Papa y Vladimir Putin hablan sobre Venezuela, Siria y Ucrania

jueves, 4 de julio de 2019 · 14:15
ROMA, Italia (Apro). — Una hora de retraso, 30 automóviles blindados y algunos temas delicados sobre la mesa, entre ellos los complejos conflictos de Venezuela, Siria y Ucrania. Con este preámbulo, llegó este jueves a Roma el presidente ruso, Vladimir Putin, para reunirse a puerta cerrada con el jefe máximo de la Iglesia católica, el papa Francisco. El encuentro privado entre el mandatario ruso y el pontífice duró unos 55 minutos y fue el tercero, tras los anteriores de 2013 y 2015. Ya en el Vaticano, el presidente ruso y el Papa mantuvieron una “cordial” conversación en la sala de la Biblioteca del Palacio Apostólico, donde ambos expresaron “su satisfacción por el desarrollo de las relaciones bilaterales”, según un comunicado de pocas líneas divulgado por la sala de prensa del Vaticano. “A continuación se habló de la cuestión ecológica y de algunos temas de actualidad internacional, con especial referencia a Siria, Ucrania y Venezuela”, confirmó la Santa Sede. En dichos países, con gran presencia de cristianos, se viven conflictos prolongados y que han supuesto grandes pérdidas de vidas humanas razón por la que estos temas se han convertido en asuntos prioritarios en la agenda de ambos líderes, especialmente el de Ucrania, donde desde 2014 se vive un conflicto armado en sus regiones orientales y que ya perdió el control de Crimea, península que fue anexada unilateralmente por Rusia. A dicho conflicto se sumó en el último año una lucha abierta entre las confesiones cristianas ortodoxas por la creación de la Iglesia ortodoxa de Ucrania avalada por las autoridades de Kiev, y que contó con el apoyo de la Iglesia Ecúmenica de Constantinopla, la cual también rompió sus relaciones con el patriarcado de Moscú. Una situación difícil, en un momento en el que el Papa quisiera viajar a Rusia como él ha sugerido en reiteradas ocasiones, y sobre la que también han especulado numerosos analistas desde el comienzo del papado de Francisco en 2013. Tanto así que de la situación de los cristianos en ese país también se discutió en la reunión entre los dos líderes, según informó el Vaticano. “Se abordaron algunas cuestiones relevantes para la vida de la Iglesia Católica en Rusia”, precisó la Santa Sede, en referencia a este encuentro al que también asistieron el cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin y el Secretario para las Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher, y que antecede una importante reunión el viernes entre los líderes católicos de Ucrania y funcionarios del Vaticano para abordar la crisis en este país. Tampoco fue casual la mención sobre Venezuela, donde Rusia ejercita una importante influencia también a través de la presencia de Rostec, contratista estatal rusa de Defensa. Agradezco el Papa por “el tiempo dedicado” y “el discurso muy sustancioso e interesante”, dijo el presidente ruso, quien a su llegada al Vaticano donde fue recibido en el patio de San Damaso I por Gaenswein. Tras ello, ingresó en el Palacio Apostólico, donde Francisco suele recibir a sus invitados más formales. Allí, como dicta el protocolo, los dos se intercambiaron también los habituales regalos. El Papa obtuvo un libro sobre el artista italiano Miguel Ángel, un DVD de la película "El pecado" del ruso Andrey Konchalovskiy y un ícono de los santos Pedro y Pablo. Putin, en cambio, recibió una medalla de la Primera Guerra Mundial, una copia del mensaje papal sobre la fraternidad humana que Francisco firmó recientemente con los líderes musulmanes, y una lámina con la imagen de la plaza de San Pedro. “Para que no se olvide de Roma”, le dijo el Papa, entregándosela. Además de ello, también firmaron un memorándum de entendimiento sobre la colaboración entre el Hospital infantil romano “Bambino Gesù” y los hospitales pediátricos de la Federación Rusa.

Disponen hasta francotiradores en operativo de seguridad

La llegada a Roma del presidente ruso provocó el despliegue de un gran operativo policial que incluyó francotiradores apostados en edificios y unidades aledañas. El espacio aéreo fue restringido y más de 50 calles fueron cerradas por el paso de los más de treinta vehículos —entre ellos, una limusina negra en la que iba Putin— de la delegación rusa hacia el Vaticano, en una jornada en la que también se prohibieron las manifestaciones públicas en la capital italiana. Tras el encuentro con el Papa, Putin se reunió en el Quirinal (la sede de la presidencia italiana) con el presidente del país, Sergio Mattarella. El principal tema de debate, en este caso, fue el conflicto en Libia, donde ayer casi 100 migrantes y solicitantes de asilo fueron asesinadas en un bombardeo sobre un centro de detención, en medio de la ofensiva armada lanzada en los pasados meses por el general Jalifa Haftar, y que ha generado tensiones también entre las potencias europeas. En su gira romana, que no duró más de 10 horas, el político ruso también fue acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, y por el de la Industria, Denis Manturov, quienes también lo seguirán en una cena en Villa Madama, en las inmediaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia. Allí es posible que se encuentre también con los líderes de los dos partidos italianos que lideran el Gobierno de este país, el del Movimiento 5 Estrellas, Luigi di Maio, y el de la xenófoba Liga, Matteo Salvini, así como un amigo de larga duración de Putin, el exprimer ministro conservador Silvio Berlusconi.

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