'Sembrar el petróleo”, el plan de AMLO para rescatar a Pemex

martes, 16 de julio de 2019 · 12:06
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El plan se resume así: en la primera mitad del sexenio, Petróleos Mexicanos (Pemex) reducirá su aportación al presupuesto federal, aumentará la inversión e incrementará su producción; en los últimos tres años, una vez que haya alcanzado su equilibrio financiero, contribuirá de nueva cuenta a la Hacienda Pública. Para el presidente López Obrador, la industria petrolera quedó en ruinas tras lo que identifica como el período neoliberal y ahora, con el plan de negocios de la petrolera, se dijo optimista y confiado:
“En esencia (el plan) consiste en seguir apoyando a Pemex, en los primeros tres años de gobierno con presupuesto y reducción de impuestos para que tenga recursos, pueda invertir y, en los últimos tres años del gobierno, ya con más producción, con excedentes que se van a obtener, Pemex va a contribuir al desarrollo de México. Tres años para rescatar a Pemex y tres para destinar inversiones al desarrollo nacional. Sembrar el petróleo, es el plan que tenemos”, dijo.
El plan, aprobado ayer en el consejo de administración de la petrolera y expuesto esta mañana en la conferencia de prensa presidencial, estima que se podrá lograr su objetivo mediante la reducción de la carga fiscal, que planteará con una reforma a la Ley de Ingresos por Hidrocarburos. Ante la propuesta de reducir la contribución de Pemex a las finanzas públicas estos tres años, el presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que la Hacienda Pública lo sustituirá mediante una mejor recaudación que, en cifras expuestas hoy, ha mejorado en lo que va del año en 60 mil millones de pesos y un mayor indicador de confianza en el gobierno que se refleja en un millón de nuevos registros fiscales de ciudadanos. El diagnóstico y un resumen del Plan de Negocios fueron presentados por el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, en Palacio Nacional, como “una nueva visión estratégica” y “un modelo diferente de gestión basado en la innovación, la eficiencia y, sobretodo, sin corrupción”. En el diagnóstico con el que Romero Oropeza inició su exposición, resulta que la industria petrolera ha sido mal negocio en los últimos años: una caída de la producción paulatina hasta llegar a un mínimo histórico de 507 mil barriles diarios en enero pasado, al mismo tiempo que la deuda de Pemex se duplicaba al pasar de poco más de un billón a más de dos billones de pesos. Para el presidente Andrés Manuel López Obrador, el problema es la corrupción del período neoliberal:
“En el caso de Pemex, (hay que) limpiar Pemex, que era de las empresas más corruptas del mundo… bueno, al grado de que está prófugo uno de los directores de la empresa”.
El mandatario se declaró optimista ante el plan y dijo tener confianza en que podrá salir adelante. Los datos dados a conocer por Octavio Romero, muestran que Pemex genera ingresos por casi dos billones de pesos, sin embargo, al pagar impuestos y derechos por cerca de un billón de pesos, y sumar el pago de intereses por deuda, se llega a un déficit financiero, de manera que la reducción de la carga fiscal será la clave para aumentar la inversión y con ello la producción.
“En resumen, son tres los problemas estructurales que enfrenta la empresa: la elevada carga impositiva, su deuda y la baja inversión. Esto atrapó a Pemex en un círculo vicioso”, dijo.
Reforma a la ley Para resolver el atorón de la petrolera, el plan considera una reforma a la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos que reducirá la tasa del Derecho de Utilidad Compartida (DUC), mediante un esquema gradual de siete por ciento para 2020 y cuatro por ciento para 2021. Actualmente, la tasa es de 65% y el plan contempla llegar a 54% en 2021. El gobierno aportará capital, por ejemplo, para la construcción de la refinería de Dos Bocas entre 2019 y 2021, año este último en el que las aportaciones federales se reducirán a tan sólo 38 mil millones de pesos. Un tercer factor, además de la reducción de la carga fiscal y la inversión federal, contempla la inversión privada a través de contratos de servicios de largo plazo para la producción de petróleo y la recuperación de la capacidad de las refinerías. La previsión es que, “a diferencia del pasado”, se consideren las mejores condiciones para Pemex, sin corrupción ni excesos de contratistas que, por otra parte, serán beneficiados con criterios de contenido nacional, es decir, privilegiar la contratación de empresas mexicanas. “Pemex también deja clara su apertura a esquemas de negocio con el sector privado bajo un estricto cuidado de sus intereses, con acuerdos justos y transparentes, dejando atrás las prácticas en las que Pemex siempre salía perdiendo”, dijo el titular de la empresa productiva del estado. La exploración Respecto a la exploración, el cambio de política consiste en intensificar la actividad en áreas terrestres y aguas someras privilegiando prospectos aledaños a los campos de producción, reducir los tiempos entre descubrimiento y primera producción de nuevos campos y fortalecer el portafolio exploratorio. El cambio en el modelo de exploración es patente pues desde 2011 los esfuerzos de Pemex se concentraron en explorar aguas profundas que, pese a la enorme inversión destinada a esa actividad no produjo un solo barril. Respecto a la producción de aceite y gas, el propósito delineado por Pemex es acelerar el desarrollo de los nuevos yacimientos descubiertos e incrementar la actividad de desarrollo en campos en explotación, tanto en pozos nuevos como aquellos que demandan reparaciones mayores. En tanto, revertir la declinación de la producción pasa por incrementar el factor de recuperación en los campos maduros, esto es, aumentar la actividad de mantenimiento a la producción base, así como implementar procesos de recuperación secundaria y mejorada. El objetivo es incrementar la producción a niveles de dos millones 697 mil barriles diarios en el último año de la administración. Además, por lo que toca a la refinación, Pemex se propone una recuperación gradual en la producción para lo que destinará mayores montos de inversión que se destinarán a la rehabilitación de las seis refinerías y la construcción de la nueva en Dos Bocas Tabasco. En el plan diseñado por la administración obradorista no se tocará el ingreso de los trabajadores, e inclusive, se plantean un mayor involucramiento del personal sindicalizado, para el que se adquirirán nuevas herramientas, capacitación y otros aspectos.  

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