CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Andrea Camilleri, el autor más leído de Italia, con más de 100 volúmenes publicados y 31 millones de copias vendidas en todo el mundo, falleció a los 93 años de edad en Roma, Italia, a consecuencia de un paro cardíaco por el que fue internado hace 25 días en el Hospital San Spirito. Uno de los máximos exponentes de la novela negra y padre del “Comisario Montalbano” --nombre tomado de su amistad con Manuel Vázquez Montalbán--, fue también un guionista y dramaturgo disciplinado, autor incansable que mantuvo la escritura en todo momento, su último libro es El cocinero de Alcyon (2019), incluso cuando perdió la vista desde hace unos años trabajaba dictando a su asistente. Originario de Porto Empedocle, al sureste de Italia, debutó en la literatura a los 53 años con el volumen El curso de las cosas (1978), le siguieron Un hilo de humo (1980), La strage dimenticata (1984), La temporada de caza (1992), hasta que llegó en 1994 La forma del agua en la que dio vida al personaje del comisario Salvo Montalbano, y tras ello llegó un éxito sin precedentes con 18 novelas más y una serie (Comisario Montalbano) que se emite desde 1999 en Italia, y de la cual se transmite actualmente su 13° temporada, así Montalbano ha llegado a 60 países. Sin embargo, el gran final de Montalbano también está escrito: el volumen se llama “Riccardino”, y Camilleri se lo dio a su editor en 2005 con la condición de publicarse hasta después de su fallecimiento. Hace año y medio El País de España entrevistó al escritor, quien sin mayor temor sobre la muerte comentó: “Si me voy ahora con 92 años no sentiré carencias, tampoco pienso en el pasado. En mis tiempos estaba la guerra y las bombas, siempre es mejor lo que pasa hoy. Echo de menos gente, algún amigo en Sicilia. Cuando vuelva este verano ya seré el último. De mis 15 amigos de infancia, solo quedo yo. ¿Y qué voy a hacer? Pues a respirar el aire de mi puerto”. “Tuo Luca” Luca Zingaretti, rostro y voz del personaje Salvo Montalbano se despidió públicamente con un largo mensaje a través de Instagram, que acompañó con una imagen de Camilleri viendo el mar, dice: “Ha llegado el momento de recordar. Buscar palabras para explicar quién será siempre Andrea Camilleri. Primero un Maestro, un hombre que es fiel a su pensamiento siempre leal, siempre del lado de la verdad que todos nosotros y nuestro país dijimos. “Es inevitable, está bien. Por su estatura artística, cultural, intelectual y sobre todo humana. Sus palabras siempre permanecerán con la misma simplicidad y con la inmensa generosidad y sabiduría con las que las ha compartido, tan libres y excelentes como son… Me echarás de menos porque en todos estos maravillosos años en los que he cruzado mi vida con la del comisario, has sido mi amigo. Tuve la extraña sensación de que un solo golpe de pluma era suficiente para cambiar mi vida. “Aprendí que el valor de las personas no tiene nada que ver con lo que ganan, con las posiciones que tienen, con los títulos que adornan su apellido: las personas se evalúan a sí mismas por lo que son. “Vete y déjame con una insuperable sensación de vacío, pero sé que cada vez que digo, solo en mi cabeza, ‘¡Montalbano soy!’ A donde sea que vayas, sonreirás astutamente, tal vez fumándote un cigarrillo y haciéndome un guiño como un signo de comprensión, como la última vez que nos encontramos en Syracuse. Adiós, maestro y amigo, ¡que la tierra sea ligera para ti!”, seguido de la firma “Tuo Luca”. “Ha llegado el momento de recordar. Buscar palabras para explicar quién será siempre Andrea Camilleri. Primero un Maestro, un hombre que es fiel a su pensamiento siempre leal, siempre del lado de la verdad que todos nosotros y nuestro país dijimos. “Es inevitable, está bien. Por su estatura artística, cultural, intelectual y sobre todo humana. Sus palabras siempre permanecerán con la misma simplicidad y con la inmensa generosidad y sabiduría con las que las ha compartido, tan libres y excelentes como son… Me echarás de menos porque en todos estos maravillosos años en los que he cruzado mi vida con la del comisario, has sido mi amigo. Tuve la extraña sensación de que un solo golpe de pluma era suficiente para cambiar mi vida. “Aprendí que el valor de las personas no tiene nada que ver con lo que ganan, con las posiciones que tienen, con los títulos que adornan su apellido: las personas se evalúan a sí mismas por lo que son. “Vete y déjame con una insuperable sensación de vacío, pero sé que cada vez que digo, solo en mi cabeza, ‘¡Montalbano soy!’ A donde sea que vayas, sonreirás astutamente, tal vez fumándote un cigarrillo y haciéndome un guiño como un signo de comprensión, como la última vez que nos encontramos en Syracuse. Adiós, maestro y amigo, ¡que la tierra sea ligera para ti!”, seguido de la firma “Tuo Luca”.