MADRID (apro).- España seguirá sin gobierno ante el fracaso de los partidos de izquierda para formar un gobierno de coalición y, por el contrario, terminaron intercambiando reproches por la responsabilidad del bloqueo recriminándose las líneas rojas impuestas en la negociación por los sillones del Consejo de Ministros.

La candidatura de Pedro Sánchez obtuvo un revés en la segunda votación parlamentaria de este jueves, al votar en contra suya 155 diputados de la derecha, y 67 abstenciones frente a solo 124 que le apoyaron.

“Lamento constatar que persiste el bloqueo (parlamentario)”, dijo Pedro Sánchez al intervenir en la segunda y definitiva sesión para alcanzar la presidencia de España.

Este escenario pone en marcha el calendario electoral para posibles nuevas elecciones para el 10 de noviembre, segundas este año, y cuartas en cuatro años.

Esto sucedería si no se presenta un nuevo debate de investidura antes del 23 de septiembre y en caso de que en esa nueva oportunidad tampoco hubiera un gobierno firme. En el supuesto de bloqueo, el rey Felipe VI, en su calidad de jefe de Estado, convocaría el 24 de septiembre a nuevas elecciones.

Hasta ahora, Sánchez dejó entrever que no tiene previsto volver a intentarlo en septiembre. “Hoy concluye la propuesta de investidura de las elecciones del 28 de abril y con ella se cierra el encargo que recibí del jefe del Estado”, quien le pidió intentar formar gobierno.

Reproches

El presidente en funciones lanzó duros reproches a quien era su socio predominante en esta negociación, Pablo Iglesias, de Unidas Podemos, por el bloqueo parlamentario al pretender controlar “el 80 por ciento del gasto social del gobierno” siendo “la cuarta fuerza política”.

“Pronto advertí que el programa de gobierno era algo secundario para usted, señor Iglesias. Existen grandes coincidencias en el programa social, ecológico, feminista con el programa de Unidas Podemos. Nunca hubo problemas de programas que impidieran el acuerdo. El problema nunca fue el programa”, le espetó desde la tribuna.

Lamentó que Iglesias rechazara las distintas propuestas de ministerios, incluso una vicepresidencia social, porque “quería entrar en el gobierno para controlar el gobierno”.

“Sigue sin querer entender que hace falta un gobierno coherente y cohesionado, no dos gobiernos en uno”.

En una entrevista previa a la sesión, la vicepresidenta Carmen Calvo criticó que “la ambición de Podemos era el gobierno entero”.

Sánchez también le recriminó que pese a ofrecerles los ministerios de Sanidad y Consumo, de Vivienda y Economía Social y el de Igualdad y una vicepresidencia de carácter social, fuera rechazada la propuesta.

“No conozco precedente alguno de un dirigente de izquierdas que se siente humillado ante la propuesta de una vicepresidencia. Una propuesta respetuosa y sensata. Y más que razonable puesto que en su formación no hay experiencia alguna, dada su juventud, en la gestión del gobierno”, le planteó.

Y le señaló que “entre las fuerzas de izquierdas, la investidura debería haber estado garantizada desde el primer día. Con la actual aritmética parlamentaria se necesitan acuerdos. Un acuerdo que no ha sido posible. Lo lamento por la histórica oportunidad que se desvanece de incorporar una fuerza de izquierdas a la izquierda del PSOE”.

“Yo no seré presidente ahora. He renunciado a muchas cosas muy valiosas, pero si me plantea gobernar España a cualquier precio y mis convicciones, no tengo ninguna duda, elijo mis convicciones”, subrayó Sánchez a Iglesias. “La izquierda útil – le dijo—es la que gana y sirve a la gente. ¿De qué sirve, señor Iglesias, una izquierda que pierde incluso cuando gana?”.

Iglesias se defiende

En su oportunidad, Pablo Iglesias le pidió que reflexionara si en las últimas semanas les ha tratado “con el respeto de un socio de gobierno”. Es usted, continuó, “presidente del gobierno, porque nos creímos una moción de censura, a cambio de nada”.

Le dijo a Sánchez que era “difícil negociar en 48 horas lo que no se ha querido en 80 días. Y dándolo (filtrando) todo a los medios de comunicación”, como el hecho de haber filtrado un documento de propuestas a la vicepresidenta Calvo que se presentó como “exigencias” de Podemos.

Desde la tribuna, Pablo Iglesias le hizo una última propuesta a Sánchez, que fue desechada. Le pidió que les ceda “las políticas activas de empleo en este país”, sin embargo, estas son competencias que están en manos de las comunidades autónomas (figura equivalente a los Estados de la República en México)

Tanto Pablo Iglesias del Partido Popular, como Albert Rivera de Ciudadanos (C´s) definieron que votarían en contra, como lo hicieron, al igual que el partido de la ultraderecha, Vox.

Por su parte, Gabriel Rufián, el portavoz de Esquerra republicana de Catalunya (ERC), les reprochó a PSOE y Podemos que dejaran pasar esta enorme oportunidad de haber formado un gobierno de izquierdas.

 “Señor Sánchez, señor Iglesias: miren (a) la derecha, están encantados de la vida. Y nos están aplaudiendo con las orejas. Ellos a esta altura si se tuvieran que poner de acuerdo, si hubieran tenido que negociar ya tendrían pactados hasta los sobresueldos”, dijo Rufián con su habitual sarcasmo.

Les dijo a Sánchez e Iglesias:

“¿Cuántos meses y cuántos años todos, toda la izquierda, tenga la bandera que tenga en el logo, nos vamos a arrepentir? Nos emplazan a septiembre. La pregunta que hago es: ¿habrá septiembre?”.

Rufián le señaló a Sánchez que fue un error “el veto al señor Iglesias. Lo único que ha provocado es subir el precio. Señor iglesias: es un error no aceptar me da igual dos, tres, cuatro, cinco ministerios”.

Y continuó diciéndole a Podemos que a cuatro años de existencia era “extraordinario” que entraran al gobierno.

“Entren en el gobierno y demuestren durante cuatro años que son mejores y cóbrenselo (al PSOE) en unas futuras (elecciones) generales”.