CIUDAD DE MÉXICO (apro). - Plácido Domingo, uno de los personajes más célebres del mundo de la ópera, fue acusado de acoso sexual por nueve mujeres. Los hechos, publicados por la agencia AP, habrían ocurrido en la década de los años 80. Según los testimonios, el compositor español acosó de al menos ocho cantantes y una bailarina abusando de posición como gerente de varias compañías de ópera y de su fama mundial. Una de las presuntas víctimas declaró que el hombre, hoy de 78 años, le pasaba la mano por la falda, mientras que otras tres aseguraron que, sin importar el lugar en donde estuvieran, les forzaba besos húmedos en los labios. “Un almuerzo de negocios no es extraño, pero que alguien intente sostener tu mano o poner su mano en tu rodilla es un poco extraño. Siempre te estaba tocando de alguna manera y siempre te besaba”, se lee uno de los testimonios. La agencia indica que, además de las nueve acusadoras, otra media docena de mujeres aseguró sentirse incómodas por las “obvias sugerencias” que el tenor les hacía. Una de ellas, incluso, dijo que Domingo la invitó a salir en repetidas ocasiones luego de contratarla para una serie de conciertos en los 90. Según lo publicado, AP contactó a decenas de cantantes, bailarines, músicos y miembros del personal para corroborar estos señalamientos, quienes dijeron haber sido testigos de un comportamiento sexual inapropiado de Domingo quien, dijeron, perseguía a las mujeres más jóvenes impunemente. Siete de las nueve acusadoras dijeron sentir que sus carreras se vieron afectadas por rechazar las insinuaciones de Plácido Domingo. Otras, a su vez, aseguran que las promesas nunca se materializaron y que, incluso, se vieron bloqueadas para trabajar en otras compañías. De las víctimas, sólo una, Patricia Wulf -mezzosoprano que cantaba con Domingo en la Ópera de Washington- permitió hacer público su nombre, mientras que las otras solicitaron el anonimato, pues temen represalias dado que aún continúan en el negocio. La agencia contactó a Domingo para pedir su versión, pero éste se negó a responder las preguntas detalladas. Sin embargo, sí emitió la siguiente declaración: "Las acusaciones de estas personas no identificadas, que se remontan hasta 30 años, son profundamente preocupantes, e inexactas tal como se describen. Aun así, es doloroso saber que pude haber molestado a alguien o haberles hecho sentir incómodas, sin importar cuánto tiempo haya pasado y pese a mis mejores intenciones. Yo creía que todas mis interacciones y relaciones fueron siempre bienvenidas y consensuadas. La gente que me conoce o ha trabajado conmigo sabe que no soy alguien que dañe, ofenda o avergüence a nadie a propósito. Sin embargo, reconozco que las normas y estándares por los que se nos mide hoy, como debe ser, son muy diferentes de lo que eran en el pasado. He tenido la bendición y el privilegio de haber tenido una carrera de más de 50 años en la ópera y me atendré a los estándares más altos". Las mujeres que dieron su testimonio dijeron sentirse inspiradas por el movimiento #MeToo.