Boom de 'La camarista”: se exhibirá en 50 ciudades más
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Debido a su enorme aceptación desde que se estrenó, hace cuatro semanas, el filme La camarista, ópera prima de Lila Avilés, ampliará este viernes su exhibición a 50 ciudades del país.
Con ello cubrirá prácticamente todo el territorio nacional, y eso, dice su directora, muestra que “ha tenido un camino muy afortunado”.
El largometraje (con 98 minutos de ficción) ha recorrido más de 60 festivales en varios países, como los de Toronto, Canadá, y de San Sebastián, España. Ganó el Ojo a Largometraje Mexicano en la 16 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia y el Ariel 2019 a Mejor Ópera Prima (tuvo 10 nominaciones).
El camino de dicho proyecto, escrito por Juan Carlos Marquéz y Avilés, fue arduo. Durante siete años lo escribieron y en 17 días filmaron la historia, que antes Avilés creó para teatro.
La camarista narra la historia de Eve (Gabriela Cartol), una solitaria camarista en un lujoso hotel de la Ciudad de México, cuyo deseo es la superación. Ella sueña a través de las pertenencias que los huéspedes olvidan en las habitaciones.
Mientras Avilés creaba el texto cinematográfico, trabajó en otras propuestas: “No me dediqué sólo al guión, en el ínter me fui construyendo, entendiendo mi lenguaje como cineasta. No estudié en una escuela formal de cine, pero trabajé en muchísimas áreas de diversas producciones fílmicas. Realicé arte, maquillaje, fui actriz y asistente de dirección, en fin, estuve en muchísimos ámbitos. A final de cuestas el cine es una escuela”.
La idea de escribir La camarista surgió de la pieza escénica que creó, inspirada en la obra de la famosa fotógrafa y la artista conceptual francesa Sophie Calle.
“La obra de teatro no tiene ya nada que ver con lo que es la película. Si uno parte de un punto de vista muy genuino, no importa cuál haya sido el detonador, mientras uno siga intentando descubrir de qué quiere uno hablar o profundizar en el tema, que fue mi caso. Todo empezó de un libro de Calle. La obra de teatro tenía mucho que ver con el punto de vista artístico de la artista francesa.
“Cuando por fin pude filmar, ya estaba con un universo más propio. Esa parte me parece fundamental en cualquier postura artística, como uno a final de cuentas se apropia del tema. Además, la historia, entre más la trabaja uno, va revelando su propia esencia”.
La cineasta rememora que el libro que la inspiró, ‘El hotel. Habitación 43’ (“L’hotel. Chambre 43”), contiene fotos que Calle tomó cuando era camarista en Venecia, Italia:
“Calle le tomaba fotos a la basura y a las pertenencias de los huéspedes. Ella más o menos las acomodaba, y así muestra una idea de la persona que estaba hospedada. Hace mucho tiempo, antes de la obra de teatro, concebí la historia como un ejercicio de dirección en un taller, que duraba a lo mucho diez minutos. ¡Me encantó! Luego lo transformé en una obra de teatro, que igual me gustó mucho.
“Después pensé en una película. Ahora se me han acercado algunos chicos y me preguntan cómo le pueden hacer para ser cineastas. Les comunico que se debe ser curioso. Centrarse en el tópico que uno desea enfocarse, y luego ver la forma de sacarlo a flote”.
https://youtu.be/UFgpQfDCG4c
Al pasar el relato teatral a la pantalla grande, todo fluyó: “La idea nunca se traiciona cuando atrás hay mucho trabajo. A la hora de filmar con el equipo correcto, como el que tuve, se gestó la película de una forma muy intuitiva y poderosa. Me parece maravilloso cómo todo se encamina hacia el mismo punto, los actores, los no actores y los del sonido, en fin. La cinta iba adelante y yo atrás guiando las cuerdas”.
--¿Cuál es su sentir de haber concebido un personaje como Eve, quien asea los cuartos de un hotel y tan invisible para la mayoría?
--Me gusta mucho centrarme en los personajes. Creo que antes surgen los personajes y luego la historia. Construyo personajes que no son estereotipos en el sentido de que el malo es malísimo y la buena es hasta una santa. Trato de encontrarles su humanidad. La historia se construyó de una forma muy natural. Indago mucho cómo deben hablar los personajes. A partir de esa búsqueda se da la protagonista que se llama Eve. En las 120 escenas del guión aparece ella.
Y relata que efectuó una laboriosa investigación: “Conversé con cuanta camarista fui encontrando en el camino. Obviamente en la cinta todo es ficción, no es un documental. Son personas que todo el tiempo trabajan con lo invisible, a partir de esa invisibilidad entienden al mundo y ese es su día a día”.
Avilés recapitula cómo encontró a la actriz Gabriela Cartol, quien protagoniza a Eve:
“La vi en la película ‘La tirisia’, de Jorge Pérez Solano, y me pareció muy bonita su cara. La invitamos al casting. Aunque había varias personas, sentía que había algo en ella, más allá de que es buena actriz, que me gustaba mucho. Quizá su sensibilidad humana que necesitaba para el personaje”.
El recorrido que La camarista ha hecho en los festivales, la realizadora lo resume así:
“Cuando uno crea un largometraje, uno jura que por la forma de hablar se va entender en tu país, pero empieza a viajar a otras naciones y dices ¡ay, caray!, por fortuna de eso particular hay algo de universal. En ese aspecto nos hemos sentido como muy acogidos por el público, por la prensa.
"Como que hay algo en esa simpleza de la historia, que no digo simpleza como algo despectivo, sino respecto a su esencia básica, humana, que hace que conecte. Lo que me parece muy bonito de la película es que es la historia de una camarista de hotel, pero además es el relato de las relaciones humanas, de cómo hay fronteras, no sólo geográficas sino entre nosotros mismos, de cómo hay una necesidad de atender en cualquier aspecto lo filosófico, lo espiritual, lo laboral y lo económico”.
Del Ariel 2019 a Mejor Ópera Prima, Avilés se confiesa dichosa: “Es una cinta, de cierta forma de autor, y es muy bello que se reconozca desde adentro de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas”.
El filme, que distribuye Caníbal, se encuentra en la cartelera nacional desde el pasado viernes 2 de agosto, y se estrenó con 50 copias.
“Al final eso es lo que uno quiere: llegar a las salas. A mí me gusta muchísimo ir al cine. Me gusta esa comunión, aunque uno vaya solo, pero esa energía colectiva me gusta. Obviamente uno espera que el filme sí llegue a las salas porque el público es inteligente, receptivo, nada más falta que les pongamos las historias más cerca, ¡porque a veces no llegan!, pero nada más es cosa de acercar a la gente y el proyecto solito va ir encontrando su camino”.
Hasta hoy, las salas en donde ver podía verse eran 11 en la CDMX, además de una en Aguascalientes, Estado de México, Guadalajara, Monterrey, Puebla, Querétaro, Toluca y Tijuana, y en dos de Toluca.
Gabriela Cartol
Cartol nació en Acapulco, Guerrero, en 1989. Al intervenir en algunos episodios en la serie Won, toot, tree detective agency (2012), protagonizó el largometraje La tirisa (2014), donde la acompañaron Noé Hernández y Gustavo Sánchez Parra.
Ahora es una de las actrices más activas en México. Laboró en Una familia con madre, de Enrique Arroyo; Sueño en otro idioma, de Ernesto Contreras, y Rencor tatuado, de Julián Hernández, entre otras.
Se le pregunta a Cartol qué implicó interpretar a Eve, y contesta a Proceso: “Fue un privilegio el regalo que me hizo Lila al adentrarme y permitirme ser parte de este universo de las camaristas. Me hizo apreciar mucho su trabajo. Es decir, ser una artista de tender las camas y limpiar un cuarto de hotel tiene su mérito. Además, estos papeles no han sido tan explorados, ni tan expuestos en el cine mexicano”.
Destaca que es una película muy mexicana y al mismo tiempo muy internacional: “Hay hoteles en todo el mundo y hay camaristas en todo el mundo y creo que las jornadas laborales pues son muy similares aquí y en China”.
Le preocupa que este tipo de trabajos no son valorados: “No se les da su valor como artífices, pero lo son, y precisamente como no se les da reconocimiento, no hay un valor económico, ni social. Me gustaría que las y los volteáramos a ver y que cambiara también nuestra percepción con las camaristas, con la clase trabajadora, con la clase doméstica. Hay que darles el valor que se merecen”.
Evalúa su andar actoral: “He sido muy afortunada en interpretar este tipo de mujeres, chicas fuertes, que tienen algo que decir. Me inquieta que el cine mexicano no se vaya por ahí, que no se siga yendo sobre esa línea. Para mí, es un gran reto lo que sigue después de ‘La camarista’, con un papel protagónico, hermoso, muy bien escrito y bien dirigido.
“Esa es mi preocupación: ¿cómo seguir encontrando esos guiones que aparecen una vez en la vida?”.
En la trama la acompañan Teresa Sánchez y Agustina Quinci.
Varios críticos del país ya la consideran una de las mejores películas mexicanas del año.