'Allá abajo soy muy peligroso”, advierte Muñoz Ledo
Después de atravesar un difícil proceso sucesorio en la Mesa Directiva de los diputados, Porfirio Muñoz Ledo niega que haya aceptado no quedarse seis meses más en el cargo por un “manotazo” de López Obrador. En una entrevista salpicada de mensajes políticos, el veterano político dice que hasta ahora el Ejecutivo no ha influido en el Legislativo, pero que la secretaria de Gobernación lo intentó. Por eso, dice, el gobierno debe entender que para conseguir las reformas de fondo planteadas por la llamada 4T es necesario equilibrar las decisiones tomadas “a mano alzada” con las legislativas, donde se harán realidad.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Durante cuatro días Porfirio Muñoz Ledo recibió injurias, fue acusado de tirano y calificado por la derecha de ser presidente espurio en la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados. Nada hizo mella en él, el político más avezado del país.
Nada, hasta que llegó el mensaje a sus compañeros de Morena, donde la secretaria de Gobernación puso de manifiesto que las formas para que el partido, y por consiguiente él, se mantuviera seis meses más a la cabeza del máximo órgano de gobierno del legislativo, estaban afectando al Ejecutivo.
La llamada fue apenas una de las gotas que derramó el vaso y que llevó a Muñoz Ledo a retirarse de la presidencia, pero no del Congreso. Pero asegura en entrevista que “no fue una causa-efecto, no fue un manotazo” del presidente de la República.
Se retira de la presidencia de San Lázaro porque, sostiene, “no quiero enfrentarme al Ejecutivo ni quiero que se prologuen los desmanes en la cámara”.
Hila advertencias y adelanta sentencias: “Yo le pido a Olga que no vuelva a caer en la tentación de influir sobre la vida de la Cámara de Diputados, porque yo no soy Belisario Domínguez, no me cortaron la lengua.
“Les recuerdo a quienes no les gusta mi actuar en la Cámara de Diputados que a mí no me han cortado la lengua –enfatiza–, me la han fortalecido, porque ahora no represento la unidad de la Cámara sino mi propio pensamiento”.
(Fragmento del reportaje especial publicado en Proceso 2236, ya en circulación)