CIUDAD DE MÉXICO (apro).­– Durante el desfile cívico-militar con motivo del 209 Aniversario de la Independencia de México, las Fuerzas Armadas asumieron como tarea suya ser el “apoyo de la Cuarta Transformación” que abandera la actual administración federal, encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Durante su primera parada cívico-militar con motivo de la Independencia, el presidente López Obrador pasó revista a 55 banderas de guerra, 13 mil 101 elementos de las Fuerzas Armadas y Guardia Nacional, 75 aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana, 416 vehículos militares, 218 caballos y 155 canes. La Guardia Nacional, de reciente creación y que marcha por primera vez en el contingente, fue acompañada por integrantes de otras fuerzas de similar corte en España, Argentina, Colombia, Chile, Portugal, Polonia y Turquía, las cuales tienen como origen su servicio de “proximidad social” y “origen militar”. La Guardia Nacional marchó en el nuevo cuerpo agrupado en el “Agrupamiento 4.a Transformación”, que también incluyó la participación de 33 beneficiarios de los programas gubernamentales –adultos mayores y Jóvenes Construyendo el Futuro– así como de elementos armados que participan en el programa Sembrando Vida. Previo al inicio del desfile, el presidente pasó revista a las tropas que integran las Fuerzas Armadas a bordo de un Humvee descapotado y con las cinco estrellas de insignia. Una vez que terminó el recorrido, subió al balcón presidencial y miró a la plancha del Zócalo, desde el que escuchó una voz en off la proclamación de lealtad:

“El pueblo de México es heredero de grandes cambios y a lo largo de esas tres primeras transformaciones cada generación ha defendido diferentes ideales. En la Independencia la libertad; en la Reforma, la consolidación de la nación como la República; y en la Revolución se luchó por la democracia, trabajo y la justicia, anhelos y aspiraciones plasmadas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917”, se escuchó.

“El pueblo de México es consciente de la herencia histórica que ha recibido de generación en generación y asume el compromiso de hacer de México una nación libre, igualitaria y democrática donde inicio a la Cuarta Transformación”, señaló otra voz en off, con la cual, poco después, dio inicio a la marcha de los contingentes. 21 cañonazos de guerra marcaron el comienzo de las celebraciones. *** A las 11 de la mañana del 16 de septiembre, el presidente López Obrador salió de la puerta principal de Palacio Nacional hacia la plancha del Zócalo; lugar donde ya lo esperaban representantes de los tres poderes de la Unión, así los secretarios de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Crescencio Sandoval, de Marina (Semar), Rafael Ojeda Durán y Seguridad Pública y Protección Ciudadana (SSPPC), Alfonso Durazo Montaño. Una vez que presenció el izamiento de la bandera, guardó honores y entonó el Himno Nacional, el presidente de la República guardó silencio y volvió a Palacio. Subió al segundo piso y se apostó en el balcón donde una noche antes proclamó su primer grito de independencia como mandatario de México. Ahí ya lo esperaba su esposa, la historiadora Beatriz Gutiérrez Müller. Una vez que se asomó a la plancha del Zócalo, el general Dagoberto Espinoza Rodríguez, subsecretario de la Defensa Nacional, pidió su permiso para iniciar el desfile militar con motivo del 209 Aniversario de la Independencia de México. Permiso que fue concedido. En el aire comenzó la aparición de los aviones F-5 E/F, utilizados en misiones de “apoyo aéreo”, “intercepción” y “escoltas”, uno de los cuales era piloteado por la teniente Karen Velázquez, cuya presencia en el grupo de pilotos aviadores fue anunciada por el equipo de comunicación. También destacó la participación de la teniente Miriam Martínez Magaña, piloto del turbohélice T-6C Texan, de la Fuerza Aérea Mexicana, quien además de la tripulación de su aeronave, formó parte de los 380 elementos de la Sedena que sirvieron como mecánicos, abastecedores, personal de tierra y controladores aéreos. Poco después hicieron arribo las escoltas de la bandera nacional, también encabezadas por un contingente de mujeres de la Sedena, Guardia Nacional y Semar, y donde faltaron la Policía Federal y Gendarmería, que en años pasados tuvo una presencia importante dentro del contingente. O la aparición de los vehículos terrestres, anfibios y aéreos de los distintos contingentes, del que destacaron unidades detectoras de explosivos, drones y armamento con el que actualmente cuentan las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional. Una tras otra, las fuerzas de seguridad del Estado mexicano hicieron arribo y por minutos arrancaron aplausos entre los cientos de personas que se congregaron alrededor de la Plaza de la Constitución en la capital del país. El recorrido inició por la calle Pino Suárez, en el centro de la Ciudad de México, hasta el Campo Marte en Paseo de la Reforma. Durante cerca de dos horas, miles de personas se apostaron en las calles de la capital, donde destacó la participación del personal de Petróleos Mexicanos (Pemex) con carros autotanques, utilizados en la lucha contra el robo de combustibles que encabeza la actual administración federal. Así mismo, desfiló personal de las Brigadas de Búsqueda y Rescate del Plan Marina. Durante el desfile, 15 paracaidistas descendieron desde helicópteros a 2 mil 700 pies de altura, para aterrizar sobre la plancha del Zócalo. Dentro de los pormenores, se reportó el accidente que tuvo el segundo Maestre de Infantería Mateo Hernández, de 35 años de edad, cuando en el acto de demostración de su agrupamiento, los fuertes vientos provocaran que se desviara de su ruta y cayera en la calle Corregidora, en el centro de la Ciudad de México. A decir de fuentes de la Semar, la caída provocó que sufriera un golpe en su cabeza, resultando traumatismo craneoencefálico y heridas policontundido en la cara, por lo que fue trasladado al Hospital Central Naval. Por último, el general Espinoza Rodríguez rindió Parte de Novedades al presidente López Obrador: “¡Sin novedades!”, pronunció desde uno de los vehículos artillados. Fotos: Miguel Dimayuga y Benjamín Flores