CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El presidente Andrés Manuel López Obrador entregó formalmente y por decreto la conducción de la política migratoria a Marcelo Ebrard Casaubón: a través de la nueva Comisión Intersecretarial de Atención Integral en Materia Migratoria –creada ayer y que operará hasta 2024--, el canciller tendrá bajo su mando a 16 dependencias federales, entre ellas la Secretaría de Gobernación (Segob). De acuerdo con el decreto presidencial –publicado ayer en el Diario Oficial de la Federación (DOF)--, dicha comisión establecerá los “objetivos, metas y estrategias” en materia migratoria y fungirá como “instancia de coordinación de las políticas, programas y acciones” para su cumplimiento. La comisión será “presidida y coordinada” por Ebrard, y reunirá a siete secretarios de Estado –Olga Sánchez Cordero, Arturo Durazo y Arturo Herrera Gutiérrez, entre otros-- y otros 8 titulares de organismos de la administración pública federal, como el Instituto Nacional de Migración (INM) o la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR). Con este decreto presidencial, López Obrador entregó formalmente las riendas de la política migratoria a Ebrard –a pesar de que esta tarea incumbe a la Segob--, tres meses después de que el canciller pactó un acuerdo migratorio con el gobierno de Donald Trump en Washington. A raíz de dicho acuerdo, celebrado el pasado 7 de junio, el gobierno mexicano se comprometió en impedir el paso por México a los migrantes centroamericanos que buscan el asilo en Estados Unidos, entre otros mediante el despliegue de 25 mil soldados de la Guardia Nacional en las fronteras del país y la multiplicación de redadas y operativos antimigrantes. El 11 de junio, el presidente anunció que Ebrard se haría cargo de cumplir con los compromisos del gobierno mexicano ante Trump, hasta que el pasado 6 de septiembre, el canciller presumió el “éxito” de las medidas de contención migratoria, marcadas por la reducción en un 56% del número de personas que llegaron a la frontera sur de Estados Unidos para pedir asilo. La alineación del gobierno de AMLO con los intereses de Trump provocó un rechazo entre organizaciones defensoras de derechos humanos, las cuales exigieron al gobierno mexicano que “deje de implementar una política que sirve a los intereses antiinmigrantes de Estados Unidos” y lanzaron la campaña #MéxicoNoEsUnFiltro el 10 de septiembre. Durante una visita al muro fronterizo que su administración está ampliando, Trump celebró ayer que “México ha sido fantástico” en detener a los migrantes antes de que lleguen a su frontera; advirtió que, en el caso de que el gobierno obradorista dejara de colaborar en materia migratoria, se retomaría la idea de imponer un arancel a las importaciones de productos mexicanos.