Rescate urbano, ecológico y cultural de Avenida Chapultepec
El recién iniciado proyecto “Rehabilitación y reforestación de la Avenida Chapultepec”, de acuerdo con el secretario de Cultura del nuevo gobierno de la CDMX, Alfonso Suárez del Real, es diametralmente opuesto al “Corredor Cultural Chapultepec” que le rechazó la ciudadanía al gobierno de Miguel Ángel Mancera. La exposición detallada del mismo, en entrevista, apunta a que las soluciones para la urbe pasan por una relación de respeto con los ciudadanos, al atender sus necesidades reales, entre las que se cuenta la de su historia.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Dicen que a cada capillita le llega su fiestecita. Así es con la histórica Avenida Chapultepec: Luego de varios intentos controvertidos, le toca su turno de remozamiento para crear lo que el secretario de Cultura del gobierno de la Ciudad de México, Alfonso Suárez del Real, llama “Calzada de Vida”.
Y es que así se llamaba originalmente en náhuatl:
“Ochpantli Yoliztli.”
El proyecto “Rehabilitación y reforestación de la Avenida Chapultepec” inició el 26 de agosto pasado, en medio de una demanda por 921 millones de pesos por parte de empresas vinculadas al “Corredor Cultural Chapultepec” –impulsado por el gobierno anterior a cargo de Miguel Ángel Mancera–, que pretendía construir una megatorre como parte de la remodelación del paradero de autobuses en el Metro Chapultepec.
Presentada como una propuesta con más dimensión humana, sin torre, con un paseo peatonal que se incrementará de 5 a 10 mil metros cuadrados, reforestación con 368 árboles y 97 mil 393 plantas para crear un área verde de 11 mil 407 metros cuadrados, más ciclovías, la iniciativa de la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum nada tiene que ver con aquel megaproyecto.
Sus propósitos son renovar pavimentos, mejorar el alumbrado con 282 luminarias y la infraestructura de drenaje con 3190 metros de longitud y de agua potable con 2076 metros lineales, además de crear 12 cruces seguros: 106 peatonales y 112 mixtos, según un tríptico del propio gobierno.
En la placidez silenciosa de sus oficinas del antiguo Palacio de los condes de Heras y Soto, ubicado en la Centro Histórico, en entrevista con Proceso, Suárez del Real ofrece detalles del proyecto que busca, asimismo, recuperar la memoria de la avenida que fue esencial para la fundación de la ciudad de México-Tenochtitlan.
Aclara que todo se hace a ras del piso, no habrá un segundo nivel con locales comerciales, como contempló el Corredor Cultural Chapultepec-Zona Rosa que se había concesionado al Grupo Invex por 40 años bajo una inversión de mil millones de pesos. A esa obra los habitantes de la zona, básicamente, dijeron “no” mediante una consulta pública en toda la ciudad, según el seguimiento que le dieron al tema la agencia apro y la revista Proceso en su momento.
Una gran diferencia es que “aquí no se concesiona ni un centímetro de la obra pública a ningún particular”.
Ya que se trata, informa, de una inversión total del gobierno de la ciudad, con recurso de los contribuyentes, obra que va desde la calle de Lieja hasta la de Balderas, lo cual abarca Arcos de Belén. Costará 750 millones de pesos. Pregunta y responde él mismo:
“¿Sabes cuánto están pidiendo por cancelar el corredor Chapultepec? 900 millones de pesos. Entonces pensemos que de esta forma se le puede aducir al juzgado que nosotros estamos utilizando el recurso público para el beneficio público a mucho menor monto de lo que ellos pretenden, simple y llanamente por los renders (imágenes digitales) que presentaron, pues no presentaron ningún proyecto ejecutivo.”
Suárez del Real está convencido de que sus argumentos serán válidos ante el juez, pues se invierte el dinero en beneficio de la gente, para cambiar el drenaje, la red de agua potable y eléctrica de la colonia Roma. La Juárez tiene la subestación Diana, pero del lado sur apenas se está renovando la ubicada frente a los edificios Condesa. No se ha hecho aún nada en Chapultepec y hay muchas fluctuaciones en el suministro de energía. Los trabajos se aprovecharán “para meter todo el cablerío en redes subterráneas”.
A través de su cuenta en Twitter, Sheinbaum informó el 12 de junio pasado:
“Por no haber construido el corredor Chapultepec en 2015 por voluntad ciudadana, pretenden que el gobierno pague 921 millones de pesos. Se van a quedar con las ganas. Se acabó la corrupción, y Av. Chapultepec se mejorará con recurso público.”
Se le pregunta si entre los demandantes está Simón Levy, exsubsecretario de Turismo del gobierno de la 4T, quien entonces aparecía en los medios como director general de ProCDMX, un fideicomiso privado en el cual participaba también Deutsche Bank y Proyectos de Infraestructura Chapultepec, responsables del proyecto. Sheinbaum destacó que el banco presentó la demanda en la Oficialía Mayor en agosto de 2017: 121 millones por la preparación y ejecución del proyecto y 799 por la “pérdida consecutiva de utilidades operativas del proyecto no obtenidas”, en total 921 millones.
Suárez del Real dice que por ahora sólo aparecen nombres de empresas y que la jefa de gobierno ha dicho “de manera muy elegante” que sólo se les pagarán dos boletos del Metro: Los que tomarán “para traernos la demanda y el de regreso con el acuse de recibo”.
Acerca del proyecto del Centro de Transferencia Multimodal (Cetram), donde se construiría una megatorre y que, desde su anuncio fue cuestionado pues podría poner en riesgo la estabilidad del edificio de la Secretaría de Salud (obra del arquitecto Carlos Obregón Santacilia, con murales de Diego Rivera, ubicado en la calle de Lieja y declarado patrimonio artístico en 1993 por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura –INBAL–), dice el funcionario:
“Ése es otro tema. Está en la mesa de Andrés Lajous (secretario de Movilidad de la Ciudad de México). Lo único que te recuerdo es que el INBAL no ha modificado su rechazo al proyecto de la torre, pues pone en riesgo un edificio de alto valor artístico como es la Secretaría de Salud. Estamos esperando poder revertir la reducción del área de valor ambiental (AVA), que hizo Tanya Müller (entonces secretaria de Medio Ambiente), para escamotearnos la calzada de Tacubaya, que llegaba al Bosque de Chapultepec.”
Recuperación histórica
En tanto que se trata de una obra de renovación de infraestructura y ambiental, que contempla agilizar la vialidad, se le cuestiona por qué se le encomendó a la Secretaría de Cultura. Responde Suárez del Real:
“Queremos decirle a la ciudad que sin esta Calzada de Vida no habría subsistido México-Tenochtitlan, ni la Ciudad de México capital de la Nueva España. Tan es así que en 1521 lo primero que hace Hernán Cortés, después de meter los bergantines a la laguna, es cortar el acueducto de Chapultepec para establecer el sitio en contra de México-Tenochtitlan y ésta sucumbe. Cuando Cortés determina, desde Coyoacán, que debe regresar para recibir la ciudad, restaura el acueducto.
“Por eso le pasaron el proyecto a Cultura, para entender que es una calzada fundamental para la ciudad, de cara a sus 700 años, a los 500 años de la conquista, a los 500 años de la fundación de la ciudad capital de la Nueva España, y a la propia traza de Alonso García Bravo, quien contempló el acueducto en su derrotero desde Chapultepec, para surtir de agua hasta lo que después conocimos como el Salto del Agua.”
Recuerda que la famosa fuente del Salto del Agua, ubicada en Eje Central Lázaro Cárdenas esquina con Izazaga, es una reproducción en fibra de vidrio, un vaciado fiel de la original que se encuentra en el Museo Nacional del Virreinato. Asimismo, que García Bravo, a quien Cortés encomienda la nueva traza de la capital de la Nueva España sobre la antigua Tenochtitlan, no realiza el trazo del acueducto, pues fue construido en la época prehispánica, pero respeta su derrotero original para mantener el suministro del agua.
Los españoles restauran la parte que habían cortado para el sitio de Tenochtitlan, y “García Bravo contempla una plaza que es la de San Juan Moyotlan, donde posteriormente Revillagigedo y Bucareli diseñan estas grandes fuentes: La primera, la de Belén de las Flores, que estaba en el pueblo de San Miguel Chapultepec, en lo que ahora es el paradero de Setravi (Secretaría de Transporte y Vialidad), en el Metro Chapultepec, ahí era una posta”.
Cuenta que las postas eran sitios donde la gente que salía de la Ciudad de México repostaba, es decir, “cambiaba de caballos o mulas”, y en esa fuente bebían los animales. Había otra posta en Mixcoac y otra más al llegar a San Ángel, detalla:
“La fuente de Belén de las Flores se colocó a un lado de lo que fue el cementerio de San Miguel Chapultepec. Cuando se hizo la Estela de Luz se descubrieron huesos del viejo cementerio, no es verdad que la iglesia estuviera en el Castillo de Chapultepec, la de ahí era una capilla. La de San Miguel estaba cerca de donde hoy está la Estela de Luz, era muy pequeñita.”
–¿Recuperarán esta historia después de las obras?, ¿se hará algún libro?
–Por lo menos se estará divulgando de manera tal que se pueda recuperar el orgullo de la Calzada de Vida, de la Avenida Chapultepec, que deje de sentirse como el traspatio de Paseo de la Reforma, el traspatio de la Juárez, de la Roma o la peor avenida de la Ciudad, queremos que se reposicione.
Paseo de la Reforma, se le comenta, es una de las más emblemáticas, y se le conoció como la Calzada de la Emperatriz. Su historia está vinculada a los emperadores Maximiliano y Carlota. Entonces reitera el valor de la Avenida Chapultepec:
“La calzada es la más importante para mucha gente, a diferencia de la de Los Misterios, la de Guadalupe o la Calzada de Tlalpan, que son las tres principales que teníamos. Ésta, como Calzada de la Vida, con su acueducto, maravilló a los españoles. Nunca se imaginaron que se pudiera construir sobre el lecho de un lago de agua salada para transportar el agua dulce.”
Sin gentrificación
Suárez del Real indica que, desde hace 52 años, cuando se terminó de hacer el cajón del Metro de la línea 1 y los pasos a desnivel sobre la avenida, no se había renovado la infraestructura. El lado de la colonia Roma sufrió los mayores cambios, porque a sus casas se les quitó el jardín frontal para crear un carril más y tener la banqueta. Ahí se cambió el drenaje y la red de agua potable, pero desde entonces hay un desgaste, los materiales (asbesto) ya no son recomendables y las propias condiciones de la Ciudad de México obligan a una renovación.
Asimismo, se hizo una evaluación del sistema vial, confinada a los pasos a desnivel, que sólo tienen dos carriles. Dice que hay una subutilización de carriles en el tramo de Insurgentes a Lieja y es común la vuelta a la izquierda, que es “lo peor en una avenida con dos carriles”. Todo ello vuelve inhóspita la avenida para los peatones, no se puede cruzar de esquina a esquina.
El secretario Lajous decidió romper ese esquema, tener como una avenida de desahogo a Durango y quitar las vueltas a la izquierda, darle al peatón el doble de espacio con los 10 mil metros cuadrados ya mencionados, y se crearán ciclovías, pero no en el centro de la avenida sino en los extremos, para ir en el mismo sentido que la circulación vehicular, como en Reforma.
Las jardineras permitirán la infiltración de agua al subsuelo para revertir la desertificación de la zona y mantener los edificios en sus niveles freáticos previstos. La misma función se dará al piso. Los terminados serán como en Reforma, color amarillo Oaxaca, pero tendrán a la vez un sello característico, una greca hecha de cilindros en tonos ocres, grises y negros que, al filtrar el agua, evitarán encharcamientos.
La escultura Encuentro de dos mundos, de Gilberto Aceves Navarro, será restaurada. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se encargará, por su parte, de la intervención de los arcos del acueducto que se conservan, y que a decir suyo constituye “uno de los monumentos mejor cuidados de la época colonial fuera del Centro Histórico”.
Ha habido algunas quejas de vecinos y locatarios. Para Suárez del Real son por las molestias que toda obra ocasiona, pero dice que en general están de acuerdo en la necesidad de restaurar la avenida. El primer tramo debe estar terminado a más tardar el 11 de enero de 2020.
Un aspecto más que destaca el secretario es que se garantizará la no “gentrificación”. Primero, porque la avenida seguirá siendo esencialmente habitacional y se contemplarán estímulos fiscales para reconocer el arraigo mínimo de cinco años en calidad de renta, no de propietario. En otra etapa se permitirá la construcción de edificios de departamentos que respeten las alturas de la zona para repoblar y lograr que la gente se quede y adquiera viviendas de interés social.
“Sobre todo en una colonia como la Juárez, donde estamos sobre cinco mil habitantes. No ha habido un crecimiento. A pesar de las oleadas de coreanos y de otras nacionalidades, no sube el número de vecinos. En la Roma fue al revés, su auge nos ha llevado a una cantidad impresionante de edificios que se venden a precios inaccesibles para los propios vecinos.”
Finaliza:
“Le estamos dando dignidad a la avenida por donde corría el agua del manantial del Cerro del Chapulín a Tenochtitlan, la Calzada de Vida”.
Este reportaje se publicó el 29 de septiembre de 2019 en la edición 2239 de la revista Proceso.