La nueva estrategia del Cruz Azul: mandar a la banca  a Guillermo Álvarez

domingo, 6 de octubre de 2019 · 10:22
Los días de Guillermo Álvarez como el único y poderoso mandamás del Cruz Azul están contados… Al menos eso cree su cuñado y vicepresidente del equipo, Víctor Garcés, quien apenas retomó las riendas de la organización. En entrevista con Proceso, Garcés habla de la reconfiguración que pretende en La Máquina, la cual implicará reducir a siete la cifra de futbolistas extranjeros y “tomar en cuenta a la afición mediante una encuesta”, para saber qué jugadores merecen ser recontratados. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- A escasos días de retomar la vicepresidencia del Club Deportivo Social y Cultural Cruz Azul, cargo que comparte con su cuñado Alfredo Álvarez, Víctor Garcés Rojo ya da indicios del sello que pretende imponer en la organización: restringir la representación del presidente del equipo, Guillermo Billy Álvarez, su otro cuñado. De acuerdo con el plan, Billy ya no será el único que tome las decisiones en la organización. La medida obedece a que el presidente de La Máquina ejerce una posición “pasiva, y para dirigir una empresa también se requiere la energía y la exigencia de respeto”. Si se concreta la reorganización, las decisiones recaerán en un órgano colegiado que estará integrado por los dos vicepresidentes, tres vocales y el presidente del Consejo Directivo del equipo. Con lo anterior, dice Garcés Rojo, “se evitará que la dirección general quede en manos de quienes pretenden dirigir el futbol mexicano: los promotores”. Garcés menciona “un proceso de reordenamiento social, económico y político” en el equipo para justificar el cambio que pretende. En entrevista con Proceso, critica la administración centralizada que por años lleva el actual presidente de Cruz Azul, “porque no ha conseguido prácticamente nada”. Fortalecido por su reposicionamiento en el club, anticipa que uno de los principales cambios consiste en la aplicación de un contrato con base en el éxito de los futbolistas, “de acuerdo con su rendimiento”, y que los aficionados determinarán si realmente el jugador se ganó la oportunidad de continuar en el equipo. “Me estoy metiendo en otro lío en el club: voy a abrirlo. La afición tendrá el derecho a opinar sobre la recontratación de un jugador mediante una encuesta. La opinión del aficionado será tomada en cuenta, tenga o no contrato el jugador. Estoy metiendo candados en los contratos de tres años; si la afición no acepta al futbolista, tendré argumentos legales para dar por concluido el compromiso.” Garcés Rojo agrega que con la medida se terminará el dispendio en la contratación de jugadores, cuyo valor exceda los 10 millones de dólares. “Me niego a pensar que sólo con dinero se puede obtener el título”. Otra medida que pretende el vicepresidente es limitar a siete la cantidad de futbolistas extranjeros, para impulsar las fuerzas básicas y minimizar la injerencia de los promotores. “El representante del jugador ya no se va a enfrentar a una sola persona (Billy Álvarez), se va a encarar a un órgano colegiado”. Precisamente sobre ese tema, reconoce que el promotor Carlos Hurtado sigue operando en Cruz Azul con la complacencia de Guillermo Álvarez, aunque asegura que su presencia ahora es mínima. “No lo hemos podido erradicar, tiene una influencia muy fuerte con el presidente del equipo, pero le puedo decir que está fuera en un 90%. Su presencia ya es mínima con nosotros y con el propio licenciado (Billy), quien de tanto escuchar nuestras molestias creo que ya se enteró de que (dicho promotor) es un hombre que no beneficia a la institución. Desde hace 10 años venimos insistiendo en eso.” Otra de las modificaciones impactará a la figura del director deportivo, cargo que recién abandonó Ricardo Peláez tras el regreso de Víctor Garcés. La vicepresidencia del equipo reducirá el salario del sustituto de Peláez. “No creo que ningún otro director deportivo en el futbol mexicano gane lo que él percibía (700 mil pesos mensuales). Ahora, al nuevo le vamos a generar el perfil del puesto”. Garcés Rojo revela haber forzado la salida de Peláez porque, asegura, él quiso imponer a Joaquín Moreno como reemplazo del entrenador portugués Pedro Caixinha. “Si lo dejamos, Peláez va a ser el que va a manejar el equipo. Si así nos trajo a 10 jugadores, para la próxima temporada va a hacer esto y aquello, y no va a dejar que Siboldi actúe libremente. Prueba de ello es lo que dijo: ‘Que no venga Siboldi, deja a Joaquín Moreno’. Ya nada más con tratar de imponernos a Moreno nos estaba diciendo para dónde iba. ¿Cree que nos estamos chupando el dedo o qué?” “Quiero que me respeten” Víctor Garcés dice que mantiene la demanda contra Guillermo Álvarez para que rinda cuentas sobre el manejo del equipo. Tampoco cede a sus pretensiones de “legitimarse” como socio cooperativista, y adelanta que su caso será analizado en la próxima Asamblea General de la cooperativa, que podría realizarse en noviembre. “Acredito dos cosas: soy asociado del Club Deportivo Social y Cultural Cruz Azul, sin lugar a dudas. Segundo, no ser socio de la cooperativa no implica que deje de ser asociado del club. Aquí está el estatuto y no está puesta esa condición como requisito.” Explica que tiene un documento que le entregó el anterior Consejo de Administración, firmado por Raúl Enríquez y José Antonio Marín, y agrega que cuenta con una constancia expedida por el presidente de la Comisión de Conciliación y Arbitraje, Héctor Lara, “que también es del grupo disidente que está en mi contra, en la que manifiesta que no existe ningún proceso. “¿Cómo me excluyen si no hubo proceso? Nadie sabe el motivo de mi expulsión porque no hubo denuncia, no hubo proceso y no hubo denunciante. Tampoco se me notificó que tenía un periodo para defenderme y no se me convocó a la Asamblea General donde se conoció el asunto. El que hable de una destitución no tiene un acta legal que así lo acredite.” Garcés se comprometió a entregar los oficios al reportero, pero no lo hizo al cierre de esta edición. En marzo de 2010 fue inhabilitado como director jurídico de la cooperativa, perdiendo todos los poderes y facultades que le confirieron, de acuerdo con una resolución de la Asamblea General Extraordinaria de los socios cooperativistas, fechada el 20 de marzo de ese año. Lo anterior consta en un escrito que los presidentes del Consejo de Administración y del Consejo de Vigilancia, Apolinar Ortiz Hernández y Armando Valverde Talango, respectivamente, turnaron al director general, Guillermo Álvarez, el 31 de marzo de 2010. En 2011 Garcés Rojo fue excluido de la organización, señalado por estar sujeto a una investigación por malversación de fondos en quebranto de la cooperativa por alrededor de 400 millones de dólares. Garcés dice que durante dos años cobró su jubilación, la cual fue suspendida en enero último, pero que sigue recibiendo una devolución de su capital social. –¿Guillermo Álvarez está de acuerdo con las medidas que pretende? –No tiene de otra. No tiene para dónde hacerse (ríe). Nos falta que el licenciado reconozca que existe un órgano oficial llamado Consejo Directivo, que tiene sus funciones y toda la intención de colaborar con él. De su parte hay una resistencia, diría normal, por tantos años de haber manejado al equipo como autoridad única. –¿Ya se acabó esa autoridad única? –En ninguna parte del mundo es adecuada, ni en la política ni en la iniciativa privada. Él lo sabe perfectamente bien. –Pero ustedes permitieron que actuara de esa manera. –Así es, pero no obtuvo títulos. Y eso obra en su contra. En el único título de liga que el equipo ganó en su gestión, en 1997, ni siquiera estuvo en León para levantar la copa, lo hicimos Alfredo Álvarez y yo. –¿Por qué no le exigieron la rendición de cuentas anteriormente? –Antes era muy fuerte la posición del licenciado. Usted decía algo en contra de él y todo el grupo de cooperativistas reaccionaba. Entonces, había que manejarlo con mucho tacto, esperar a que las cosas se dieran para demandar nuestro ingreso. Se aprovechó la coyuntura de la falta de títulos. –¿Por qué hasta ahora deciden cambiar el rumbo del club? –No quisimos interrumpir un proceso. Sin embargo, está claro que no es haciendo lo mismo como vamos a tener resultados diferentes. Garcés dice que lleva una excelente relación con Billy Álvarez y que desea que le respeten la función de vicepresidente y que no le cuestionen que por no ser socio de la cooperativa no puede estar en el equipo. –¿Así se lo planteó a Guillermo Álvarez? –Exactamente, nada más quiero mi lugar. Al fungir como vicepresidente debo ser respetado como tal. En el carácter de socio que la asamblea dicte mi posición correcta. Austeridad Sobre la denuncia que interpuso contra su propio cuñado (Proceso 2237), Garcés explica que personalmente le avisó a Billy de su decisión. “Le dije que tenía que rendir cuentas y me respondió: ‘Lo voy a hacer, lo voy a hacer…’ “Muchas veces, para que el licenciado realice una acción, tiene que ser un poquito presionado, como lo estoy haciendo. No existe una discrepancia, ni siquiera algún asunto que por sí mismo sea capaz de afectar la relación social. Al contrario, toda mi vida he defendido la dirección general y él ha sido un hombre justo.” –¿Por qué no rinde cuentas? –Él trae un uso y costumbre desde la administración de su padre. Sólo que Guillermo Álvarez padre fue fuerte y rígido. Billy heredó esa posición, la quiere conservar con base en un mando complaciente, tolerante y yo no. Las normas se hicieron para respetarse, y si no se respetan, tiene que haber una autoridad que las haga valer. –¿Cómo califica la gestión de Guillermo en el club? –Diría que ha sido una función buena, pero severamente afectada por no conseguir el objetivo primordial: el título de liga. No ha tenido la posibilidad de levantar la copa de la liga. “El reclamo de los disidentes es por la falta de títulos, porque hay una erogación muy fuerte sin resultados. Se gastan entre 200 y 250 millones de pesos al año. No olvide que tenemos actividad social en escuelas, hospitales… Son 250 millones de pesos que capta el club, que también tiene sus ingresos, como la televisión. “Pero acabo de diseñar un plan severo de austeridad para incrementar los ingresos. Vendrán menos gastos, menos pagos injustificados, para que ese dinero se capitalice en favor de los socios de la cooperativa, que están pasando situaciones no muy confortables.” El nuevo estadio Respecto de los planes sobre el primer estadio del Cruz Azul, habla de la propuesta del alcalde de Tlalnepantla, Raciel Pérez Cruz, para construirlo en dicho municipio mexiquense. “Esa área es una de las que cumple con todo lo que se necesita. Ahora veremos costos y que tenga todos los requisitos legales. Queremos hacer un estadio ejemplar, de bajo costo, de unos 150 millones de dólares.” Víctor Garcés y Alfredo Álvarez reaparecieron como vicepresidentes del club el viernes 6 durante la presentación del nuevo entrenador de Cruz Azul, Robert Dante Siboldi. Sin embargo, Garcés dice que ya estaban involucrados en el equipo. “Ya habíamos tenido reuniones con Billy para la rendición de cuentas... nunca estuvimos separados del club, simplemente no ejercíamos nuestra función”. Sobre el relevo de Guillermo Álvarez como parte de los cambios que busca aplicar en la organización, el vicepresidente responde que “él tendrá que decidirlo porque para mí ya es una posición mental y física de si está cansado o aburrido. En el grupo Cruz Azul son muchas empresas y es humano tener un agotamiento físico, pero lo veo con la fuerza mental y el ánimo de llevar a la cooperativa al reordenamiento que requerimos, y al club al título”. “Garcés miente” El abogado de la institución, Eugenio Olvera, desmiente a Víctor Garcés. Asegura que la coalición de socios cooperativistas “sólo existe en un chat”. “No entiendo por qué no se digna a tener una relación personalizada con los socios, como yo sí la tengo. Sobre todo, para que aclare algunas cuestiones que no les gusta, como el hecho de haber demandado al director general”. Asesor del proyecto de coalición de los socios de la cooperativa, Olvera reitera que sólo se trata de un plan que no tiene nombre, porque no ha sido formalizado y carece de un representante. “Si hablamos de una coalición de socios de la Cooperativa La Cruz Azul, inmediatamente tenemos que desligar a Garcés, al igual que del club. Él podrá ser asesor cuando formalice de manera correcta la coalición. Mientras tanto, únicamente está utilizando la figura de la coalición para un protagonismo absurdo y para pararse en las barandillas, alegando que desarrolla el trabajo que en realidad lo está llevando la Dirección Jurídica de la cooperativa.” El también asesor legal de un grupo de cooperativistas aclara que la idea “ni siquiera es de Garcés”. Se trata de un proyecto “que tiene una ruta definida: la defensa de los intereses de la cooperativa, pero de ninguna manera está supeditada a los roles de las personas que no pertenezcan a la cooperativa”. El abogado agrega que hace menos de un año propuso a un grupo de socios de la cooperativa la creación de una coalición y, por lo tanto, “lo único que existe es la exposición de motivos que les presenté. Y ahora resulta que lo que hice se lo quiere apropiar (Garcés)”. Este reportaje se publicó el 29 de septiembre de 2019 en la edición 2239 de la revista Proceso

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